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ACERERAS

GRUPO TECHINT No. 23
ALTOS HORNOS DE MÉXICO NO.67
GRUPO VILLACERO NO. 76
ARCELORMITTAL MÉXICO NO.85
DEACERO NO.90
INDUSTRIAS CH NO.105
CUPRUM NO.237
GRUPO COLLADO NO.303
EVRAZ NA MÉXICO NO.471

PREPARADAS PARA LA BATALLA

Los fabricantes de acero que operan en el país pueden beneficiarse, pese a todo, del arancel que Trump impuso al acero mexicano.

POR: Ivet Rodríguez

Dice un viejo proverbio que un emprendedor ve oportunidades donde otros ven problemas. Y eso es exactamente lo que está haciendo Techint, ahora que el gobierno estadounidense impuso un arancel de 25% al acero proveniente de México, Canadá y la Unión Europea, y ahora que México respondió con un impuesto similar (al menos, hasta el cierre de esta edición, el 1 de junio).

A pesar de que el conflicto del acero ya se avecinaba, ante las amenazas de Donald Trump, el grupo ítaloargentino Techint y su subsidiaria Ternium —el segundo mayor fabricante de acero en México— invirtió 1,100 millones de dólares en 2017 para construir una planta en Pesquería, en Nuevo León. Y en 2019 reinvertirá 1,400 millones de dólares para duplicar su capacidad.

La compañía cree que la guerra comercial incrementará en México el consumo de acero que se pueda conseguir dentro del país. “Las limitaciones que están poniendo las principales economías al acero harán que las importaciones se sustituyan por producto local”, destaca César Jiménez, presidente ejecutivo de Ternium en México. “Nuestras inversiones están enfocadas en abastecer una demanda de productos y servicios cada vez más sofisticados”, añade.

México le compra a Estados Unidos más acero del que le vende. En 2017, importó del país del norte 3.8 toneladas de acero, por un valor de 4,100 millones de dólares, principalmente productos de alta especialidad para la fabricación de componentes automotrices, latas de refresco, varilla, alambrón, tubería y ductos. Por otro lado, Estados Unidos importó de México 3 millones de toneladas, sobre todo aceros planos, largos, acero inoxidable, tubos y tuberías y productos semi-terminados. Estas importaciones alcanzaron un total de 2,970 millones de dólares.

“Estados Unidos es superavitario frente a México en el comercio del acero, por lo que no se entiende esta medida desde una lógica comercial. Es más bien una presión política para que México y Canadá acepten las condiciones para la renegociación del TLCAN”, dice Luis Aguirre Lang, presidente de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), que representa a 1,200 empresas en México, muchas de las cuales utilizan acero importado de Estados Unidos para fabricar sus productos.

Según este experto, la imposición de un arancel de 25% puede desalentar la compra de acero estadounidense en el corto plazo. “Vamos a revisar el impacto que esto tendrá en las cadenas de valor. Estaremos muy atentos a cómo quedarán los aranceles, y a partir de esto tendremos más claridad de qué tipos de acero podemos sustituir con producto local”, dice Lang.

El potencial está ahí, para las compañías que lo puedan aprovechar, afirma Jiménez. Los mayores consumidores de acero en la región son la industria de la construcción, los fabricantes de equipo y maquinaria y la industria automotriz. “Hay un mercado muy grande en México, y nosotros queremos ponernos al frente con las inversiones que estamos realizando”, dice el directivo de Ternium. Esta firma ya provee el 20% del acero que consume la planta de la surcoreana KIA, ubicada a un costado de su complejo en Pesquería.

“La cercanía con Ternium es una gran ventaja competitiva para nosotros”, apunta Víctor Alemán, director de relaciones institucionales de la planta de KIA. De esta fábrica saldrán este año 314,000 vehículos, de los cuales, el 73% se exportan a 65 mercados, incluyendo Estados Unidos.

La clave para fortalecerse y reducir el impacto de los aranceles, agrega Jiménez, estará en especializarse e integrarse a las cadenas de valor locales y regionales, en lugar de importar de Estados Unidos los planchones que sirven como materia prima para fabricar los aceros más especializados.

Además de Ternium, hay otras nueve grandes compañías del sector entre las 500 mayores empresas del país, desde internacionales, como ArcelorMittal, a nacionales, como Altos Hornos y Deacero.

Para estas firmas, sin embargo, el enemigo no es Estados Unidos, sino Asia. Los fabricantes de acero piden un piso parejo frente al producto importado de China, que lo vende a muy bajo costo gracias a los subsidios que su industria recibe del gobierno. “Hay que trabajar con la Secretaría de Economía para responder de forma firme a la competencia desleal”,afirma Jiménez. “Éste es el desafío que tenemos como México y como industria”, finaliza.