Una de las principales cualidades que una Súper Empresa pide en la actualidad a sus líderes, más allá de dirigir a sus colaboradores para que cumplan metas, es ayudarlos a encontrar el balance en sus vidas y procurar su bienestar. En las evaluaciones que hacemos año con año en TOP Companies, nos hemos dado cuenta de que el líder siempre es quien dicta la estrategia dentro de las organizaciones, pero la conexión emocional con sus colaboradores no era tan sólida. Sin embargo, este año parece que los líderes se tomaron más en serio su rol. En los cerca de 1.2 millones de cuestionarios que hemos aplicado de julio de 2018 a marzo de 2019, es evidente que los colaboradores encontraron en sus líderes el soporte que necesitaban para enfrentar un entorno político y económico lleno de incertidumbre. Al cruzar datos y hacer correlaciones nos percatamos de que los líderes fueron el gran sostén, en términos emocionales, para que los colaboradores de las empresas se sintieran tranquilos y seguros ante la duda de qué pasaría en su trabajo, qué cambios habría y si conservarían su empleo o no. La clave, considero, es que los colaboradores percibieron que los líderes actuaron en congruencia con los valores de la empresa y se ganaron su confianza. Son líderes que, con su conducta, propiciaron la motivación interna y se convirtieron en un rol model que inspira, genera engagement, fortalece las relaciones y da bienestar. Cómo se comunican los valores es fundamental. La forma más eficaz para que los colaboradores los identifiquen es a través del comportamiento de los líderes. La congruencia se transmite con el lenguaje no verbal, es decir, con acciones. Ahora bien, con los resultados que hemos obtenido, estamos descubriendo que, en la medida en que el líder apalanca la parte emocional, se da un mejor ambiente laboral y mayor estabilidad emocional, que, al final, se traduce en el bienestar del colaborador. ¿Qué hicieron diferente las Súper Empresas este año? Se ocuparon de que los líderes tuvieran una mayor consciencia y compromiso en cómo ayudar a su gente, contenerla, bajarles la presión y darles certezas a través de mensajes clave adecuados y un comportamiento impecable. Esperemos que esta tendencia se mantenga, pues, sin duda, va a derivar en líderes más humanos, colaboradores con mayor bienestar y en organizaciones estables, productivas y rentables.