Expansión nace en 1969, en un momento de bonanza económica: el Desarrollo Estabilizador de Antonio Ortiz Mena había llevado a un crecimiento del PIB de entre el 7% y el 8%, con una inflación prácticamente nula y en un contexto de poca competencia por parte de las compañías extranjeras. Por ello, las empresas eran capaces de prever su crecimiento con bastante exactitud, y Expansión salió al mercado con algo que es hoy el sueño imposible que cualquier medio: un año de publicidad pagada por adelantado.
La ola de crecimiento llegó a su fin bruscamente en 1982, y comenzó una etapa que puso al descubierto todas las ineficiencias y las oscuridades del sistema político y económico de los periodos anteriores. El temblor del 85 marcó también unos años en los que arrancó el proceso de privatizaciones y globalización que cambiaría para siempre el país.
Todas las décadas son convulsas, llenas de crisis y recuperaciones, pero esta ha quedado como una de las que reúne más momentos emblemáticos: los asesinatos de Colosio y otros políticos, la firma del TLCAN, el 'error de diciembre', el zapatismo, la huelga de la Unam... En medio de todo esto, empresarios como Carlos Slim y Ricardo Salinas Pliego comenzaron a destacar en el panorama económico.
Tiempo de cambios políticos y económicos: de transición democrática, con la victoria de Vicente Fox, y económica, con el boom de internet y la economía digital. Expansión también comenzó a rejuvenecerse y lanzar algunas nuevas franquicias para dar paso a voces a las que tenía olvidadas, como las mujeres y los emprendedores.
La revolución digital ya no es cosa de gurús y del futuro, sino una realidad ineludible para las compañías. Sin embargo, a pesar de todas las innovaciones y transformaciones, la base de la economía mexicana sigue siendo petrolera e industrial. Pemex, por ejemplo, se mantiene todavía como la firma más importante del país, y el discurso económico y político gira aún en torno a actividades que existen desde el siglo XIX.