IWC Schaffhausen, casa de alta relojería con 150 años de historia, lanza la nueva versión del gran clásico cronógrafo.
Cuando se habla de un diseño icónico, se habla de una obra que cautivó con su perfección y así trasciende en el tiempo. En el caso del Portugieser Cronógrafo, del sello IWC Schaffhausen, se ha convertido en uno de los relojes de lujo más emblemáticos desde el siglo pasado.
Ya son 150 años de historia de la casa relojera suiza, en los que ha gozado del prestigio al desarrollar ingeniosos y resistentes modelos de cronógrafos.
Fabricadas bajo la filosofía de “la forma sigue a la función”, las atemporales creaciones de la firma plasman los sueños y ambiciones de sus propietarios. Década tras década, este clásico se ha visto en manos de personalidades, artistas, líderes y empresarios.
La colección llega con seis versiones, con piezas elaboradas en oro rojo de 18 quilates o acero inoxidable, cuya manufactura sigue enalteciendo los orígenes de la marca.
Aunque los modelos 3716 no presentan cambios en su apariencia externa, sí tienen grandes novedades al interior, con el calibre 69355, un movimiento de manufactura de IWC que garantiza una indicación y medida del tiempo precisa.
También fue mejorado el corazón de los modelos de la familia de calibres 69000, con un resistente movimiento de alta calidad fabricado internamente por la firma.
El Portugieser fusiona avanzados métodos de fabricación estadounidenses con la artesanía de los relojeros suizos.