Tras años dedicado a proyectos de consultoría, su interés era un nuevo trabajo en donde pudiera aplicar su conocimiento de estrategia empresarial, pero a proyectos emergentes y los tecnológicos llamaban su atención. Quería un ambiente de equipo, divertido y retador. Al aterrizar los objetivos de esa lista, lo encontraron a él.
“Fue una lista que hice en un vuelo a CDMX. Llegando, me contactó un reclutador de Uber. El proceso fue largo; parecía más bien un proyecto de consultoría, pero desde ahí me hicieron ver que se alineaba con mis objetivos”, recuerda Ranero.
De origen guatemalteco, Ranero ingresó a Uber en 2016 para dirigir la sede de Guadalajara y, un año después, tomó el liderazgo de la firma en el país. Bajo su gestión, Uber ha enfocado esfuerzos en mejorar la seguridad y habilitar programas de desarrollo, como tarjetas de lealtad y alianzas con aseguradoras, gobierno y otros. Tan sólo en 2018 se desactivaron 20,000 choferes por no cumplir con las mejores prácticas de Uber y únicamente 12% de las solicitudes para ser socio son aceptadas, destaca el ejecutivo.
En lo personal, Ranero tiene claro que priorizar el impacto social que puede tener su trabajo, más que un título, es la clave para nutrir su futuro. “No sé a dónde voy a llegar, pero sí sé cuándo voy a parar: nunca”, asegura.
Por Gabriela Chávez.
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