Juan Aguirre Abdo, director general de Grupo Radio Centro, logró cerrar los acuerdos para reestructurar la deuda de la compañía, de 1,450.7 mdp.
Por Zyanya López
A los 23 años, superó su primera prueba de fuego. Como integrante del consejo de administración de Grupo Radio Centro, Juan Aguirre Abdo logró la autorización para colocar y emitir certificados bursátiles por 1,100 millones de pesos en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). “Era algo que nunca se había hecho en la compañía”, recuerda el ahora director general del grupo, de 28 años. “Este bono que logramos sin garantías y en pesos mexicanos nos permitió, además, refinanciar una deuda que teníamos en dólares”.
Concluir satisfactoriamente esta tarea impuesta por su padre, Francisco Aguirre Gómez, que entonces lideraba la compañía, fue determinante. En 2018, logró cerrar el acuerdo con Carmen Aristegui como conductora estelar del grupo radiofónico. El ejecutivo asegura que ganarse la confianza de los tomadores de decisiones de la empresa –con estos logros– se convirtió en su trampolín profesional.
Aguirre Abdo empezó a trabajar a los 14 años. Durante los veranos ayudaba en las actividades comerciales y administrativas de la firma fundada por su abuelo, Francisco Aguirre Jiménez. Esto le ayudó a definir sus prioridades, tanto, que rechazó estudiar en la Universidad de Oxford. “Encontré la licenciatura nocturna , así que decidí trabajar por la mañana y estudiar en la noche”, menciona.
Así inició su carrera que, en junio de 2019, lo llevó a la dirección general de Grupo Radio Centro. Su misión era devolverle la confianza a los inversionistas. Y junto al consejo de administración, decidió desprenderse de activos relevantes y vender la estación de radio 97.7 de FM al Grupo MVS, en mayo. Igual hizo con la 93.9 FM de Los Ángeles, el comprador fue el Grupo Meruelo Media. “Era lo que se tenía que hacer para lograr una estabilidad financiera”, asegura.
En paralelo había otro reto: el lanzamiento de un canal de televisión, un objetivo que su padre buscó concretar en 2015 sin éxito, debido a que le resultó imposible pagar los 3,058 millones de pesos en los que estaba valuada la cadena de 123 canales que había conseguido. En un segundo intento, en 2017, Aguirre Gómez logró obtener un canal en Ciudad de México y la Zona Metropolitana por 425.9 mdp, dando lugar a La Octava dos años después.
Jorge Bravo, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi), dice que se trata de una apuesta audaz. “La cobertura local es acertada, en la Ciudad de México están los mejores anunciantes y las audiencias más exigentes. Tiene la oportunidad de crear un nuevo mercado al enfocarse en la información. Tiene que ser una oferta distinta a la que ya vemos”, señala.
Aguirre Abdo estima que, para 2030, 40% de los ingresos provendrán de radio y televisión, y el otro 60% lo obtendrá vía digital. Para lograrlo, sometió a la compañía a un proceso de transformación tecnológica que le va a permitir incrementar su presencia en redes sociales, además de volverse relevante en el mercado del podcast.
El plan de la reestructura de GRC
incluye pagos a partir de diciembre de 2021 y se extiende el plazo en cinco años adicionales a su vigencia original, hasta diciembre de 2028.
Tras los primeros retos, llegó la segunda prueba: el covid-19. La pandemia lo agarró en medio de las negociaciones con los tenedores de sus certificados bursátiles fiduciarios para reestructurar su deuda, con un valor de 1,450.7 mdp según el segundo informe trimestral de 2020. “Fue muy complicado”, asegura. Fueron muchos meses de pláticas diarias de manera virtual. Así, el 14 de mayo consiguió un plazo de 30 días para negociar los términos y condiciones del plan de reestructura, alegando que la reducción de inversión publicitaria por parte de las empresas ante la crisis sanitaria había afectado, directamente, al negocio.
Llegó el 14 de junio y tampoco se logró un acuerdo: Grupo Radio Centro y los tenedores de certificados bursátiles apostaron por seguir negociando. Finalmente, el 26 de julio se celebró la asamblea del día y lograron la reestructura. “Fue un proceso cardiaco”, asegura el ejecutivo.
A pesar de este logro, la empresa ha tenido que cargar con las consecuencias del coronavirus. Por un lado, el despido de 27% del personal. Por el otro, la reducción de la audiencia de radio. Aunque la consultora Nielsen afirma que los escuchas incrementaron 4.36% durante el confinamiento, Aguirre Abdo asegura que disminuyó en sus estaciones de FM, principalmente.
Y, algo peor, la caída en ingresos. Durante el segundo trimestre del año, la empresa reportó a la Bolsa Mexicana de Valores una baja de 67.7%, respecto del mismo periodo de 2019, por transmisión de pauta, lo que se atribuye a la crisis sanitaria.
Ricardo Aparicio, profesor del área de Factor Humano del IPADE, asegura que preservar el patrimonio familiar no es sencillo, y mucho menos en medio de la volatilidad del mercado; sin embargo, el conocimiento del negocio ayudó a encaminarlo de forma correcta. “En un momento de cambios, si no te quedan claras las bases, entonces te meterás en muchos problemas. Aquí, lo importante a destacar es la agilidad con la que se tomaron decisiones”, asegura.
Aunque el futuro no está escrito, Aguirre Abdo está convencido de que, a partir del cuarto trimestre, las cosas empezarán a cambiar.
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