Por: Puri Lucena
Mariana Guedea trató de esconderse de su vocación, pero esta la acabó encontrando. Esta regiomontana asentada en Nicaragua estudió Mercadotecnia, a pesar de que toda su vida había jugado a ser maestra. “Mis papás me decían: ‘Es que ahí no vas a ganar nada”. Siguió su consejo y, después de acabar la licenciatura, comenzó una maestría en Administración de Negocios. En su tiempo libre, empezó a dar clases de apoyo académico. “Me encantó tanto que terminando la maestría me metí a otra de educación y empecé a trabajar de maestra”.
Por: Puri Lucena
Mariana Guedea trató de esconderse de su vocación, pero esta la acabó encontrando. Esta regiomontana asentada en Nicaragua estudió Mercadotecnia, a pesar de que toda su vida había jugado a ser maestra. “Mis papás me decían: ‘Es que ahí no vas a ganar nada”. Siguió su consejo y, después de acabar la licenciatura, comenzó una maestría en Administración de Negocios. En su tiempo libre, empezó a dar clases de apoyo académico. “Me encantó tanto que terminando la maestría me metí a otra de educación y empecé a trabajar de maestra”.
Fue el primer paso para fundar Meraki en 2017, un proyecto social de educación emocional con un enfoque en mindfulness para niños de primaria. El segundo detonante fue atravesar una depresión. “Ahí hice clic: puedes tener muchos títulos, pero si no estás bien emocionalmente, de nada sirve”.
Meraki se centra en los niños, pero capacita a los docentes y padres para que haya un cambio profundo. Hasta el momento, trabaja con algunos colegios privados en Nicaragua, pero su mayor éxito ha sido entrar al sistema público en Querétaro, donde ha trabajado con alrededor de 145 centros educativos.
Lo hizo de la mano de la empresa Dell. En 2018, Guedea fue invitada a la Latin America Education Conference, organizada por Harvard. Allí hizo alianzas con varias organizaciones, entre ellas, la firma de tecnología. “En 2020 me dijeron que querían que mi programa fuera parte de una solución educativa que estaban desarrollando por la pandemia. Integramos la parte de mindfulness a un programa que llamaron Solución Educativa 360”, dice.
Guedea señala que, con base en encuestas levantadas en los colegios, han detectado una mejora en el rendimiento académico, mayor integración social del grupo y una reducción de la violencia entre los alumnos. Ahora, trabaja con una organización en Chile para expandir el modelo a los colegios públicos del país y llevar a cabo métricas cuantitativas. “La parte complicada es que la parte emocional cambia y deja huellas en el corto plazo, pero más en el mediano y largo. Son trabajos que no puedes medir de forma tan clara”, señala la emprendedora.
Mientras trabaja para ampliar su equipo en México para llegar a más planteles y aumentar la población objetiva a alumnos de secundaria y preparatoria, Meraki lanzó el año pasado en Nicaragua una línea de juegos educativos como apoyo para los padres y docentes que buscaban otro tipo de actividades para que los niños ocuparan su tiempo. “Y, en el corto plazo, vamos a sacar más productos, rompecabezas, juegos de mesa. El objetivo, al final, es tener un impacto en toda Latinoamérica”, señala Guedea.