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SEIS AÑOS DE INTEGRIDAD CORPORATIVA


EL NÚMERO DE COMPAÑÍAS CON UNA CALIFICACIÓN PERFECTA EN EL RANKING DE LAS 500 EMPRESAS CONTRA LA CORRUPCIÓN AUMENTA, PERO LOS CASOS DE OPACIDAD CORPORATIVA NO DESAPARECEN.


POR: Ricardo Alvarado Andalón / Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).




Ante la persistente existencia de la corrupción en la vida pública, su impacto negativo en el desarrollo económico y sus consecuencias devastadoras en las familias mexicanas, la única salida es una respuesta sistemática.

Convencidos de la importancia que tenía el sector empresarial mexicano en esta misión, Transparencia Mexicana y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, junto con Grupo Expansión, impulsamos un esfuerzo para evaluar la publicidad y la calidad de las políticas de integridad y anticorrupción de las empresas más grandes del país, en términos de ventas.

Fue así como, en 2017, se creó el Índice de Integridad Corporativa 500. Este IC500 es una evaluación anual a las firmas que integran el ranking de ‘Las 500 empresas más importantes de México’, elaborado por la revista Expansión. Califica la existencia de políticas o lineamientos anticorrupción, así como códigos de ética o conducta. La metodología empleada permite conocer si las empresas asumen un compromiso público con estándares mínimos de integridad, establecen políticas para difundirlos entre todos sus empleados y socios comerciales, y si señalan mecanismos internos para hacerlos efectivos.

Este año, presentamos los resultados de la sexta evaluación consecutiva del IC500:


















El esfuerzo realizado en los últimos años por un gran número de las empresas por revisar, publicar y socializar sus políticas anticorrupción es notable; sin embargo, aún hay mucho por hacer. Los reactivos que constituyen el IC500 representan el piso mínimo que toda compañía debería tener para fomentar dinámicas de integridad en su interior y con sus socios.

El objetivo de esta evaluación es que todas las empresas alcancen los 100 puntos posibles, pero aún estamos lejos de eso:





La apuesta de la integridad corporativa es desalentar la comisión de actos de corrupción desde la iniciativa privada. El primer paso para lograrlo es tener reglas claras para empleados, socios y directivos, al alcance de todos y con mecanismos de rendición de cuentas. Es lo menos que nos podemos exigir para empezar a reducir la corrupción.