La promesa del empleo que se acaba

La refinería es uno de los proyectos estrella del gobierno federal y ha permitido el crecimiento de Tabasco. Pero sus habitantes ya se preparan para el fin de las obras.



Por: Diana Nava / Paraíso, Tabasco
Fotografía: Jesús Almazán

Una valla divide el terreno donde se construye la refinería de Dos Bocas del resto de la población. Nadie más que los trabajadores y los funcionarios pueden acceder a ella y desde fuera poco se puede ver: a lo lejos, solo tanques, grúas, torres y estructuras de metal. Todos saben que ahí estará el nuevo complejo de Pemex, pocos conocen realmente cómo luce, pero el proyecto ya ha cambiado a toda la comunidad. Las calles están abarrotadas. Alrededor de 20,000 trabajadores laboran en el terreno de 586 hectáreas, pero los hombres y mujeres vestidos con overol están en todos lados: en el transporte, en los restaurantes, en los supermercados. Paraíso se ha plagado de naranja.

Cuando Rubí pasea frente al manglar que marca la frontera con el terreno donde se construye la refinería, pregunta si ese es el lugar en donde trabajan todas las ‘zanahorias’. Rubí tiene cinco años y lo que cuestiona no lo ha sacado de una caricatura de televisión. Desde 2019 los trabajadores que visten de naranja comenzaron a llegar a Tabasco y entre los pobladores los han apodado con el nombre de esa hortaliza. La niña no podrá recordar lo qué fue Paraíso sin la refinería.

La región aprendió en el pasado lo que es depender del petróleo. Y hoy, el megaproyecto ya define su futuro. Hace más de una década Tabasco vivió un boom cuando Pemex y algunas empresas privadas incrementaron la inversión en los activos petroleros del sur. Eran los primeros años tras la aprobación de la reforma energética.

Impacto. La construcción de la refinería ha movido la dinámica económica de la ciudad de Paraíso. En la foto, un pochi o pochimovil, un vehículo tradicional de la región sur del país, que transporta a trabajadores de la refinería.

Pero el dinamismo duró muy poco. La crisis de precios de 2015 sumergió a Tabasco, que perdió 4,000 empleos en los siguientes tres años, según los registros del gobierno estatal, y de a poco la región se fue vaciando. Los tabasqueños saben que es peligroso que su economía dependa del todo de los hidrocarburos, pero la administración federal ha decidido apostar por ello. La nueva obra ya se ha erigido como la gran promesa de la economía tabasqueña.

En 2020, cuando el país atravesaba los primeros meses de la crisis desatada por la pandemia, Tabasco veía, después de varios años, crecimiento económico: ese año fue de 3.5% y en 2021, de 10.2%, indica el INEGI. El año pasado fue el segundo estado que más creció –solo detrás de Quintana Roo, impulsado por el turismo–. Era algo anormal para una región que ya se había acostumbrado a la recesión y una dinámica muy distinta a la que vivía el país. En 2018, el último año del sexenio pasado, la economía tabasqueña cayó 8.2%.

Empleo. La refinería ha empleado a más de 20,000 obreros. Los tabasqueños y trabajadores de otros estados están aprovechando el auge que ha traído la refinería con salarios de hasta 40,000 pesos diarios, según información del gobierno del Estado.

El crecimiento de la economía –que se traduce en un aumento continuo en su PIB durante al menos los dos últimos años– ha sido una bocanada de aire para la región que, desde antes de la pandemia, ya veía cierres de negocios y una pérdida importante de empleos. Para Erika Casados, significó abrir de nueva cuenta el restaurante que su madre heredó a sus hijos, remodelarlo, ampliar la capacidad para recibir a más comensales –de 500 a 800– y contratar a más empleados. Ya suma 40. “Hubo un tiempo, cuando la reforma de Enrique Peña Nieto, que sí nos comenzó a ir mal. Esto era un auge petrolero impresionante, pero cuando lo de la reforma, la economía sí cayó bastante. Paraíso era ya un pueblo fantasma”, dice. “La refinería para nosotros ha sido el boom que estábamos esperando”, cuenta mientras enumera las compañías con las que tenía contratos hasta hace unos años: Schlumberger y Halliburton, entre ellas. Hoy, esos contratos han comenzado a llegar de nuevo.

Lo que Casados recuerda como el daño de la reforma impulsada por el expresidente priista es realmente el efecto que dejó la caída del precio internacional del petróleo. El cambio constitucional se aprobó con precios de 100 dólares por barril, pero dos años después se desplomaron por debajo de los 50. Hoy, los altos precios han llegado de nuevo y el negocio petrolero aprovecha el momento. Pero la época en que las compañías se fueron y se perdieron empleos ha quedado entre los tabasqueños como una herida profunda, que la actual administración ha sabido capitalizar. En las calles de Paraíso abundan los letreros de apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador, algunos piden que su mandato dure más.

Cualquier plan de recuperación económica tiene como un componente principal la inversión en infraestructura, y la estrategia del presidente desde un inicio tomó eso y se dirigió hacia el sur. Campeche y Tabasco concentran tres cuartas partes de la inversión pública federal, tan solo el segundo será destino de 28% de esta inversión durante 2022, según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). Históricamente, los recursos federales se han dirigido a estas entidades por su naturaleza petrolera, pero la tendencia se ha acentuado a partir del inicio del sexenio obradorista.

En Tabasco, esa fórmula probada ya ha arrojado algunos resultados. La duración de estos efectos es el cuestionamiento que está por abrirse. “Los efectos reales no se verán hasta que el proyecto esté terminado y después va a tener que recorrer, como todo proyecto de inversión, cierto tiempo para que podamos analizar si realmente está cumpliendo con sus objetivos”, dice Alberto Pérez, investigador del CIEP.

Historia. En la foto, Candelario Hernández, un trabajador de la refinería Dos Bocas. Dice que ya se prepara para cuando finalicen las obras y de nuevo se quede sin empleo, pero mientras tanto aprovecha la bonanza, cuenta que su sueldo es alrededor de 50% mayor al que percibía antes.

El empleo se desvanece

La refinería fue inaugurada el viernes pasado aún sin ser concluída. La promesa incluía un complejo construído en tiempo récord, pero los trabajos continuarán al menos por un año más. Y con ello, entre los tabasqueños corre la misma narrativa: la obra ha creado muchos empleos con salarios que no existían antes en la zona –un obrero especializado puede ganar hasta 40,000 pesos mensuales, según datos del gobierno de Tabasco–, pero ya han puesto una fecha de caducidad en sus calendarios: la mayoría ahorra, construye sus casas y ya piensa a qué se dedicará después. A algunos les han prometido empleo en la refinería hasta el fin de año, a otros más, hasta el siguiente verano. Pero nadie tiene certeza.

Las calles de Zapotal, en el municipio de Comalcalco –uno de los más cercanos a la refinería–, delatan un poco de este dinamismo: motocicletas con trabajadores de la refinería transitan continuamente por la carretera y en algunas de las calles aún de tierra, viviendas recién construidas o en proceso y empaques de electrodomésticos fuera de las casas. La planta se levanta en el centro de Paraíso, pero ha generado un efecto dominó hacia otros municipios de la zona.

Candelario Hernández regresó hace casi cuatro años, después de que se anunció la construcción. Es soldador y se había ido de Comalcalco porque no había empleo. Se mudó a Saltillo, Coahuila, en donde uno de sus hermanos se estableció hace varios años. No encontró trabajo de lo que sabía hacer, pero sí como mesero. Dice que no buscaba irse de Tabasco, pero que no tuvo otra opción. El trabajo en la refinería tampoco ha sido sencillo: ha tenido que negociar con varios sindicatos y cambiar de compañía cuando se acaba el trabajo. Además, se dio de baja por un tiempo, después de que su hermano falleciera tras contagiarse de covid-19 mientras trabajaba en la refinería.

Tabasco ocupó por años el penúltimo lugar en generación de empleos, de acuerdo con las estadísticas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En 2019, cuando la refinería ya había comenzado a construirse, registró una disminución de 0.7% en este indicador, solo superada por Guerrero. En el primer trimestre de este año, el estado ha escalado hasta el primer sitio, con un aumento de 18.8%. En 2021 rompió una racha de seis años con cifras negativas. José Friedrich García, secretario para el Desarrollo Económico y la Competitividad de Tabasco, presume en entrevista que en los últimos cuatro años se han creado 48,000 nuevos puestos de trabajo y dice que Paraíso tiene el salario promedio más alto del estado, de 543.92 pesos diarios, por encima de los 173 de salario mínimo promedio.

A marcha forzada. Antes de la inauguración de la obra, en las calles se observaron trabajos de mantenimiento: se asfaltaron calles, se pintaron banquetas y se construyó un nuevo malecón cerca de la refinería.

Auge. Por años, Tabasco ocupó el penúltimo escaño en generación de empleos. Los últimos datos oficiales indican que ya ocupa el primer sitio.

La explicación se basa en la refinería: el empleo en la rama de la construcción ha crecido 56% de 2019 hasta el primer trimestre de 2022. Mientras que en otros sectores, como el comercio o la industria extractiva, el aumento ha sido de solo un dígito y en la agricultura incluso ha disminuido.

Tabasco experimenta un auge y eso ha atraído a hombres y mujeres de otros estados del país o mano de obra muy especializada de otras partes del mundo, pero esto amenaza con tener un efecto de corto plazo y terminar una vez que se concluya la megaobra. “Los datos nos hablan de la naturaleza temporal de la generación de empleo. Si el impacto de la inversión no es el adecuado en términos de productividad y rentabilidad, no va a ser sostenible este efecto en los empleos”, dice Ana Gutiérrez, investigadora del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). “Si no hay más crecimiento de la actividad económica y más apertura o inversión para nuevos negocios, esta generación elevada de empleos está en peligro”.

Como sea, Candelario Hernández dice que quiere sacar provecho al momento, que gana más del sueldo que percibía en Saltillo o unos años antes en Comalcalco, que sabe que este empleo solo será temporal y que por eso lo está aprovechando: está cambiando el piso y construyendo una cocina en la casa de su madre, en donde vive con su hijo y su esposa, y ha puesto aire acondicionado a su dormitorio. “No lo podía haber hecho antes, el salario que hay en la refinería es como un 50% más elevado del que podíamos tener. Sabemos que en un futuro va a bajar mucho el trabajo. Sí va haber, pero para la gente de Pemex, para los que van a operar la refinería, no para nosotros”, dice en el patio de su casa.

Los tabasqueños entrevistados señalan que sí han logrado encontrar empleos, pero que los puestos especializados se han reservado para quienes vienen de fuera, con grados de especialización más altos, y Friedrich García lo confirma. En el estado, el promedio de escolaridad es de 9.7 años, equivalente al primer año de bachillerato. Y esto hace que sus habitantes descarten ser de los operadores de la refinería y Pemex no les ha hablado de ello. Entre los testimonios es usual encontrar a quienes cambiaron de oficio para aprovechar la construcción.

Jorge García, quien ha pedido cambiar su nombre para este reportaje, era, hasta el inicio de la pandemia, cocinero en un resort de Playa del Carmen. Dice que cocinar es lo que más le gusta hacer, pero que llegó la pandemia, se quedó sin empleo y volvió a Tabasco. No pensaba cambiar de oficio, pero la necesidad lo obligó, probó como repartidor de una marca de pan, pero lo dejó al poco tiempo. Y entonces escuchó de la refinería.

Nunca antes había trabajado como obrero, ahora es operador de una de las máquinas que se ocupan en la construcción. También dice que cree que el empleo solo es temporal, que quiere aprovechar que tiene un buen salario y que por eso labora horas extras y de lunes a domingo. “Te sorprendes cuando ganas bien, lo que antes ganaba quincenal ahora lo gano semanal y a veces me pongo a pensar: ¿qué voy a hacer cuando [la construcción] ya no esté? Voy a tener que emigrar de nuevo o buscar cómo le haré”, cuenta. “Si me voy, que sea para cumplir mi sueño, que sea para cocinar de nuevo”. García está construyendo su casa y pronto llegará su segundo hijo.

Identidad. La refinería ya se ha vuelto un símbolo de cotidianidad en Paraíso, en donde comercios locales han adoptado el nombre de la obra.

A distancia. La refinería hace frontera con las comunidades de la comunidad, pero desde afuera poco puede verse.

IZQUIERDA: Identidad. La refinería ya se ha vuelto un símbolo de cotidianidad en Paraíso, en donde comercios locales han adoptado el nombre de la obra. DERECHA: A distancia. La refinería hace frontera con las comunidades de la comunidad, pero desde afuera poco puede verse.

El impacto en otros sectores

Pero el efecto de la refinería en el empleo tiene otra cara no tan favorable. La segunda actividad económica que ha definido a Paraíso es la pesca, pero quienes la ejercen no saben cuánto tiempo más podrán hacerlo. La industria petrolera genera un alto impacto en su entorno, en sitios como Tabasco suele producir un aumento significativo en la temperatura del agua y eso, poco a poco, aminora la cantidad de peces en sus costas.

Las capturas de los pescadores han bajado en los últimos años, dice Santiago García, el representante de una cooperativa de pescadores que tiene su sede justo enfrente de una separación de batería de hidrocarburos de Pemex, un complejo en donde la compañía separa el crudo y el gas que extrae. García explica que el volumen que obtienen cae aún más cuando existe un derrame de petróleo o cuando aumenta la cantidad de plataformas petroleras que llegan a la costa, porque les prohíben pescar cerca de las instalaciones.

A los pescadores de la región, dice, no se les ha explicado los efectos que traerá la construcción en su actividad y nunca fueron consultados. “Solo hemos escuchado que el precio de la gasolina va a bajar, porque en la refinería se va a producir todo tipo de combustibles. Por eso para nosotros es algo tan esperado. Pero también vemos lo malo, tampoco sabemos cuánto va a contaminar y cuánto tiempo más podremos continuar pescando”, cuenta, mientras alza la voz porque el sonido que emana de las instalaciones de Pemex es ensordecedor.

Hace unas semanas los pescadores tuvieron que parar su actividad porque una compañía contratada por Pemex comenzó con los trabajos para llevar agua a la refinería. Atravesaron un tubo de gran diámetro que les ha impedido continuar con sus actividades. Para hacer esta obra, fue necesario la destrucción de un banco de ostión, donde cuatro cooperativas pescaban alrededor de una tonelada de ostión.

Frontera. La refinería tiene como separación natural un gran volumen de manglares.

Desorden. La construcción ha traído una especie de caos en el transporte público, con picos durante la entrada y salida de personal de la refinería.

IZQUIERDA: Frontera. La refinería tiene como separación natural un gran volumen de manglares. DERECHA: Desorden. La construcción ha traído una especie de caos en el transporte público, con picos durante la entrada y salida de personal de la refinería.

Paraíso, desbordado

La migración desde otras partes del país se ha vuelto cotidiana. Los datos gubernamentales aún no lo reflejan, las últimas cifras del INEGI hablan de un aumento de apenas 0.7% en la población en Tabasco durante 2020, pero las calles –al menos, de Paraíso y sus alrededores– muestran una realidad contraria. Paraíso ha vivido un crecimiento apresurado y parece que le ha tomado por sorpresa a la región, que da la impresión de que el caos es su nueva naturaleza: semáforos sin funcionar, filas en el supermercado y en los cajeros automáticos y un tránsito vial que los tabasqueños no habían experimentado.

Y ese aumento en la actividad económica también se percibe en un alza de precios en los alimentos y los servicios, y en rentas impagables para muchos. Abundan los letreros ofertando casas y cuartos en renta, muchos, con la leyenda “solo a empresas”. Estas pueden pagar más que un trabajador.

Algunos tabasqueños han decidido mudarse a otras zonas y rentar sus casas, vaciar uno de los dormitorios para ponerlo en renta o construir una recámara más para hacer lo mismo. Un par de trabajadores de la refinería cuentan que en 2020 rentaban una propiedad en 9,000 pesos, la dejaron al terminar su contrato y volvieron en los primeros meses de este año. Pero ahora la renta es de 22,000 pesos mensuales. Esa misma casa en donde sólo vivían dos, ahora deben compartirla con tres personas más.

Tabasco registró en mayo una inflación anual de 6.8%, por debajo del 7.65% promedio del país. Pero los habitantes de Paraíso creen otra cosa. Cecilia, una vecina de la colonia Lázaro Cárdenas del Río, justo al lado de la refinería, dice que antes de las obras una gallina le costaba entre 100 y 120 pesos, hoy la consigue por no menos de 300. “Y entonces una se pregunta: ¿para quién es realmente el beneficio de esta refinería? Me cuesta todo más de lo que me dejan los pequeños negocios que he podido hacer”, comenta. Cecilia vende comida a los trabajadores de Dos Bocas por cerca de 60 pesos, su hija lava los overoles por 25 pesos la pieza.

Friedrich García reconoce que la refinería ha traído consigo un fuerte aumento en los precios, pero afirma que el gobierno del estado está creando estrategias para mitigarlo, como la creación de campamentos para los trabajadores estacionales, a los que Paraíso ya no puede alojar. Pero la inflación ha pasado a un plano secundario, el gobierno que hasta hace poco lideraba el hoy secretario de Gobernación, Adán Augusto López, también quiere concentrarse en aprovechar el momento. “Queremos replicar [los efectos] aprovechando que tenemos presidente de Tabasco, que tenemos un secretario de Tabasco, que tenemos esta inversión”, dice en entrevista.

Límite. Para la construcción se retiraron alrededor de 270 hectáreas de vegetación, pero aún es posible observar manglar desde el lado del río que funciona como una valla con el exterior.

El gobierno federal ha desdeñado la reforma de 2013, pero el estatal cree que 34 contratos localizados en la región –con miras a iniciar producción en 2024– podrían mantener el ritmo de inversión en el sector energético y, por lo tanto, en los empleos. Friedrich García también dice que Tabasco basará su crecimiento en una estrategia con tres pilares: disposición de agua, de gas y de infraestructura logística. El estado está construyendo una terminal portuaria en Centla y quiere conectar la entidad con la infraestructura ferroviaria del sur del país. Además, Tabasco será sede de una estación y un paradero del Tren Maya.

La refinería solo necesitará 1,200 trabajadores para su operación, según los anuncios gubernamentales. Y la última promesa ha sido que todos quienes se han empleado en la refinería tendrán trabajo en otro de los proyectos presidenciales. Pero mientras tanto, los tabasqueños ya toman previsiones. Candelario no quiere irse de nuevo, dice que no está hecho para dejar Tabasco. Seguirá ahorrando y ya planea un negocio para procesar cacao con su madre. Quiere comprar unas parcelas y dedicarse a la siembra.

Cambio. Los trabajadores de la refinería han modificado la dinámica de Paraíso. Se ha vuelto cotidiano ver a hombres y mujeres vestidos de naranja por las calles.



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