EN CASA. El estadio Alfredo Harp Helú abrió sus puertas en CDMX apenas en 2019 y funge como sede de los Diablos Rojos del México.
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El beisbol reclama su corona como ‘el rey de los deportes’ después de que le abrieran espacios televisivos, lo que ha permitido desarrollar una industria más allá de los estadios.
Por: Mara Echeverría
El estadio Alfredo Harp Helú, que abrió sus puertas en marzo de 2019 con capacidad para 20,000 espectadores, se convierte en una gran fiesta cada vez que la Nación Escarlata, la afición de los Diablos Rojos del México, llega al lugar. Desde niños hasta personas de la tercera edad, la mayoría vestidas de rojo con la gorra o el jersey del equipo de la Ciudad de México, ocupan las butacas, donde no hay división entre el equipo local y el visitante, como en el futbol.
La música suena desde el primer play ball, mientras que Rocco, la mascota del equipo, se acerca a la afición para hacerla bailar. Tampoco falta el que organiza las clásicas ‘olas’ ni quien canta las porras que son acompañadas por los altavoces del estadio y el sonido de las matracas y las trompetas dispersas entre el público.
“Aquí todos somos amigos, aunque no nos conozcamos. Venimos a apoyar a nuestro equipo y, además, nos divertimos. Nadie se agrede, te ríes con el de junto y no estás pensando en otra cosa más que echar las porras y bailar con el DJ del estadio, que ya quisiera yo para una fiesta”, dice Iván Hernández, fanático de los Diablos Rojos.
El aficionado, quien acompañaba a su abuelo al estadio del Seguro Social, que cerró en el año 2000, ha visto cómo cada vez se suman más personas a la afición, incluso, considera que, antes de la pandemia, el deporte no había tenido tanto impacto. “Antes, era un deporte para viejitos y ahora traigo a mis amigos curiosos, muchos nunca habían venido al beis”, comenta.
Este boom no es una casualidad. Horacio de la Vega, presidente ejecutivo de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) desde 2019, es un impulsor de los deportes. Tras asumir el cargo, se propuso el despegue de la industria, hasta anotar un jonrón.
De la Vega conoce bien el sector. Representó a México en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y Sidney 2000 en la competencia de pentatlón moderno. Luego tomó la dirección comercial de los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. También fue director general del Deporte de la Ciudad de México durante la administración de Miguel Ángel Mancera.
AUGE. El presidente Andrés Manuel López Obrador es fanático de este deporte e inauguró el estadio Alfredo Harp Helú.
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RECURSOS. En la presente administración, se ha destinado presupuesto público para construir y remodelar estadios.
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Sin conocer nada de beisbol, el directivo tuvo una reunión con la asamblea de la LMB, conformada por los dueños de los equipos de la liga, y les dijo: “Si ustedes creen que el beisbol se ve, están equivocados”. Desde entonces, su encomienda es mejorar el alcance del deporte y, al mismo tiempo, hacerlo un negocio redituable para todos los involucrados.
El gran paso se dio en 2020. Con los estadios cerrados y el circuito de verano cancelado por la pandemia, De la Vega inició con los cambios operativos y comenzó por centralizar la producción de contenidos, con un enfoque en las transmisiones por televisión, para unificar los partidos y vender los derechos a las televisoras, a las que entregan un producto listo para transmitirse, reduciendo costos de posproducción.
A esto, se suman 17,000 piezas de video que se generan en cada partido para resaltar la mejor jugada y otros momentos destacados, que además de en las pantallas chicas, se comparten en plataformas digitales y las redes sociales de cada equipo.
“Santo que no es visto no es adorado, por eso homologamos el estándar de producción en todos los partidos para poder vender los derechos de televisión y ahora tenemos acuerdos con 24 televisoras a nivel nacional y 11 en estatal”, explica, sin revelar el monto que se ha generado por cada uno de los pactos comerciales.
Desde entonces, es común ver la transmisión de los partidos de la liga de beisbol en canales de ESPN, TDN, Televisa, Tv Azteca, Canal 11, Claro y en plataformas como Star+ o Amazon Prime, cuando antes solo había acuerdos para los Diablos Rojos y los Sultanes de Monterrey.
No obstante, ahora el reto es recortar el tiempo de los partidos del circuito de verano para transformarlos en un producto que sea más sencillo de mantener en televisión. Para ello, se han comenzado por reducir las entradas de nueve a siete, y se evalúan algunas medidas como estandarizar el tiempo máximo que un pitcher tiene para lanzar una bola.
Ahora, la liga mexicana se ve en 20 países y en televisión tiene un alcance de 66 millones de espectadores acumulados durante el último año, lo que significa un crecimiento de 18% en su comparación anual, según los datos que compartió el directivo. Para De la Vega, esto provocó que los patrocinios vieran con nuevos ojos a los equipos de beisbol en el país.
Además de los derechos de televisión, se han abierto las puertas para hacer crecer la industria, desde las entradas a los estadios, los alimentos y bebidas que ahí se venden, a los ingresos que se generan en las tiendas de los recintos y que comercializan desde llaveros, jerseys o chamarras de los equipos.
Los resultados son tangibles. Los ingresos de la liga pasaron de entre 15 y 20 millones de pesos en 2019 a una facturación de 340 mdp en 2021, aun con el paso del covid-19 y la crisis económica, de la que aún se sienten secuelas. “La liga ya es autosuficiente, nunca lo había sido, y hasta 2021 ya no se requirió del subsidio de los equipos para sobrevivir”, revela De la Vega.
El directivo también ha encabezado las negociaciones con los patrocinadores y las alianzas para la venta de mercancía, lo que, para él, significa una mayor presencia y solidez de la liga. Entre estas alianzas, destaca la de New Era, que comercializa las gorras de todos los equipos. La marca vende entre 150,000 y 180,000 gorras por temporada, dice De La Vega. Los precios rondan los 800 pesos y los diferentes modelos se encuentran en los pisos de venta de sus tiendas y de otras especializadas.
NEGOCIO. Este deporte no solo abarca lo relacionado con los estadios, sino el impulso a toda una industria detrás.
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OBJETIVOS. Desde que asumió el cargo como presidente de la LMB, Horacio de la Vega se propuso el despegue de la industria.
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El aumento del interés entre la población en este deporte, que pasó de 25.2% en 2018 a 31.2% en 2019, según los últimos datos disponibles de Statista, también se ha visto reflejado en el crecimiento de los equipos que participan en el circuito de verano, que desde 2021 sumó a sus filas a tres más.
El Águila de Veracruz y los Mariachis de Guadalajara debutaron en 2021. Ambas franquicias fueron presentadas a finales de 2020 por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se ha declarado un aficionado del deporte.
El Águila de Veracruz no es un equipo nuevo. Su historia se remonta a 1901, pero desapareció de la LMB por tres años, antes de su reaparición. El equipo regresó al Parque Deportivo Universitario Beto Ávila, ubicado en Boca del Río, que fue reacondicionado para su reinauguración para la temporada 2021.
A la par, los Mariachis de Guadalajara debutaron como una nueva franquicia. El equipo comparte el inmueble con los Charros de Jalisco, que juegan en la Liga del Pacífico. El estadio Panamericano también fue remodelado, con una parte de recursos gubernamentales.
Rafael Tejeda, presidente del equipo, comenta que, tras ser la segunda franquicia más taquillera de la temporada de su debut, la intención es llenar el Panamericano, después de este apretón de tuercas para echar a andar la franquicia, con inversión privada.
Si bien el nombre del equipo que viste de negro y gris es parte de la tradición jalisciense, fue elegido a través de un estudio de mercado. Su reto es atraer a la afición más joven y se nota en la comunicación que mantiene con ella a través de las redes sociales.
“Al ser un equipo nuevo, estamos construyendo aficionados, estamos construyendo gente que se enamore de nuestra marca, de nuestros colores, del jersey, de venir al estadio y por eso estamos buscando otorgar una mejor experiencia a los aficionados”, declara.
Los Mariachis cerraron una alianza con Tucané, marca local que se encarga de patrocinar la ropa casual de los jugadores del equipo. La compañía tiene experiencia en los deportes, ya que patrocina a competidores mexicanos de polo y tenis. Como parte de los acuerdos, Tucané instaló una tienda en el estadio, en la que comparte anaqueles con New Era y las marcas que se encargan del resto de la mercancía del equipo.
José Antonio Amutio, el creador de la marca, refiere que el deporte es un escaparate importante para posicionar la marca. Con esto, se encargará del desarrollo de colecciones de playeras, polos, gorras y gorros.
“Se tiene un presupuesto para patrocinios y el ejercicio va más allá de tener presencia de marca, se debe tener una visión a largo plazo para sumar la parte comercial y que esto sea un negocio que, por un lado, permita el desarrollo del deporte, pero que también genere recursos y ecosistemas de negocio”, refiere.
Amutio proyecta que la tienda en la casa de los Mariachis se convierta en un canal para sacar mercancía rezagada, como ocurre con las unidades que tiene en otros recintos, como el estadio de los Astros de Jalisco, el equipo local de basquetbol.
NEGOCIO. Tucané, marca de ropa de Jalisco que patrocina la ropa casual de los jugadores de Los Mariachis, instaló una tienda en el estadio en la que comparte anaqueles con New Era y otras marcas.
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A la lista de nuevos equipos se sumaron los Conspiradores de Querétaro, cuya creación se anunció en noviembre. El equipo, el primero de beisbol del estado, debutará en 2024 y tendrá su sede en el municipio de El Marqués. La primera piedra de este estadio se pondrá durante los primeros meses de este año.
Además de los Conspiradores, el director de la liga mexicana adelantó que están en conversaciones para tener estadios en Chihuahua, que tiene su liga estatal con una gran afición para Los Dorados.
Entre las construcciones de las plazas, la adecuación de estadios con renovación de determinada infraestructura, como la iluminación y el despliegue de fibra óptica para la producción de televisión, el desarrollo de una aplicación móvil y los gastos de cada equipo, las inversiones de la liga rondan los 1,000 millones de pesos, según los cálculos del directivo.
El beisbol no ha sido ajeno a otras industrias. Tal es el caso de B-Bat, una cadena de restaurantes que nació en junio de 2021 y que logró desarrollar un modelo de franquicias, que ya cuenta con cinco sucursales en el centro del país, y que tiene un crecimiento en número de visitantes de 300%.
Aleksei Báez, director general de B-Bat México, cuenta que el concepto inicial, que ha tenido varios ajustes, nació con el fin de ofrecer un espacio para que los aficionados desarrollaran sus habilidades con la renta de cajas de bateo, a la par del ‘renacimiento’ del deporte. Con un público no tan profesionalizado, el ajuste en el primer restaurante, ubicado en la colonia Portales, se orientó hacia un concepto más familiar y recreativo.
Tres meses más tarde, una vez que se estableció este concepto final, la marca abrió una sucursal dentro del estadio Fray Nano, en la alcaldía Venustiano Carranza en Ciudad de México, recinto que también albergó a los Diablos Rojos y donde se realizan varias de las ligas locales, como la Oceanía. Y el 12 de noviembre inauguró otra unidad en la Zona Rosa.
En diciembre, abrió la sucursal de Lomas Verdes, en el Estado de México, y durante este mes se cortará el listón de la tienda en Los Cabos, la primera bajo el modelo de franquicia que se instala fuera de la zona centro del país. La inversión para cada local es de alrededor de 3 millones de pesos, de acuerdo con el número de jaulas que se instalan en el lugar.
Para Báez, lo más retador, incluso más que el modelo de franquicia, es el desarrollo y la adecuación de las máquinas de bateo, que considera el corazón del concepto, más allá del menú, que está formado por hamburguesas, boneless y snacks.
“En realidad, todo ha sido un reto y nos ha costado un año de aprendizajes. Ahora, contamos con un equipo de ingeniería industrial que nos ha ayudado a optimizar las máquinas para adecuarlas a todas las edades y niveles básicos hasta profesional para lanzar rectas, curvas y efectos que no se juegan, y esto no lo pensábamos cuando se planeó el concepto”, explica.
Con el desarrollo del modelo de franquicias listo, bajo el esquema llave en mano, que requiere una inversión que puede partir desde el millón y medio, hasta los 3 millones de pesos, el creador de B-Bat proyecta impulsar el crecimiento hacia Querétaro, Mérida, Oaxaca y Sinaloa, con por lo menos tres sucursales por año.
“Estamos trabajando en otros temas, como el desarrollo de menús en braille y el beisbol para ciegos, haciendo que las pelotas tengan un pitido porque queremos preservar el dicho de que el beisbol es para todos”, refiere.
AMPLITUD. La afición acude a los partidos, consume productos, como gorras y chamarras, y asiste a restaurantes, detonando la industria.
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La música es otra arista que este deporte ha trastocado. Durante los meses más duros de la pandemia, en 2020, un grupo de músicos y promotores que compartían ideas para generar ingresos en un chat de WhatsApp, decidieron adaptar su pasatiempo a un modelo para generar recursos, ante la pausa en los eventos.
Con la opción para ofrecer un espectáculo al aire libre, desde la agencia Oveja Negra crearon el concepto de Béisbol Rocks, que se trató de un torneo entre cuatro equipos y que duró cuatro días, en el que compitieron músicos de bandas como Panteón Rococó y Kinky, quienes también alternaron en pequeños escenarios.
“Fue un experimento que nos arrojó buenos resultados, fue una buena experiencia y generó un sentimiento de unión dentro del movimiento del rock nacional en medio de lo duro que fue en la pandemia”, dice Othon Zapata, director de la agencia.
INGRESOS. Músicos, como Tammy, de Abominables, y Bonnz, de HelloSeaHorse, buscaron una alternativa ante el parón de los conciertos.
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DIVERSIÓN. La liga de beisbol creada por músicos ya también incluye a un equipo de luchadores del Consejo Mundial de Lucha Libre.
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INSTALACIONES. La construcción y apertura del estadio Alfredo Harp Helú ha impulsado el crecimiento de la afición en la Ciudad de México.
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En un inicio, no todos los músicos eran astros del peloteo, pero ya hacia una segunda edición, se reúnen para entrenar y también desarrollaron un gusto por el deporte, que derivó en una segunda edición de esta pequeña liga, que ya tuvo juegos en algunas plazas, como Tijuana. Este año, con la reapertura de los centros de entrenamiento , el reto para el desarrollo del campeonato, en el que también ya hay un equipo de luchadores del Consejo Mundial de Lucha Libre, es que las agencias de los músicos puedan coincidir.
Por lo pronto, en el centro de la LMB, de cara al centenario en 2025, la meta para De la Vega está en elevar el valor de cada una de las franquicias y generar nuevos productos fuera de la temporada nacional, como la reciente Liga Invernal y la apertura de la Liga Mexicana de Softbol, planeada para este año.
“El cúmulo de estas decisiones de manera colectiva nos ha permitido tener resultados positivos. Hemos puesto el foco en ser un espectáculo, pero también en que los aficionados vivan una experiencia diferente a lo que significa presenciar un evento en el que se sigue una pelota”, concluye el director de la Liga Mexicana de Beisbol.
DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB Paula Carrillo / COORDINADORA DE FOTOGRAFÍA Betina García