Por: Fernanda Hernández Orozco
Romina Calatayud nació en Ciudad de México. Cuando era niña, encontró en el futbol su pasión. Empezó a jugar desde que tenía tres años con su familia. “Mi hermano y mis primos eran apasionados del futbol y supongo que necesitaban a alguien para completar el equipo”, dice. Durante mucho tiempo, fue la única niña en los equipos en los que jugaba.
Esta pasión la acompañó durante la adolescencia y la universidad. Llegó a ser del equipo femenil del King’s College de Londres, donde estudió Ciencias Políticas. En esta etapa, entendió que las brechas de género que había enfrentado en el deporte se extendían al resto de ámbitos y con otras compañeras decidió tomar acciones para acabar con estas desigualdades desde la cancha.
Es una empresa social fundada hace seis años que abre espacios para que niñas de entre cinco y 18 años jueguen futbol en espacios seguros. El objetivo es que, a través de la práctica del deporte, puedan desarrollar habilidades de vida, como el trabajo en equipo y el liderazgo.
“Cuando tienes cinco o seis años y tienes la posibilidad de salir a jugar futbol con tus amigos, estás aprendiendo a trabajar juntos hacia un mismo objetivo, te expone a otras oportunidades donde aprendes acerca de la resiliencia, la disciplina, el esfuerzo y la comunicación”, dice. Otro objetivo es que las niñas también lleven estos cambios a sus comunidades y puedan actuar como agentes de cambio.
Girls United ha apoyado a más de 5,000 niñas en las 33 ubicaciones en las que trabaja. Inició en Bacalar y cuenta con tres sedes base en Quintana Roo, una región con altos índices de violencia de género, pero con apetito por el deporte. A inicios de 2023, abrió una sede nueva en Iztapalapa, en Ciudad de México. También cuenta con sedes en Reino Unido. La iniciativa ha permitido, además, la formación de entrenadoras de futbol. “Así hemos ido desarrollando empleos y abierto oportunidades de carrera”. La organización ha colaborado con marcas como Nike, lo que le ha permitido dar visibilidad al proyecto y a las historias de las participantes.
Ahora, Calatayud ve una oportunidad para expandir Girls United a otros puntos de Ciudad de México y beneficiar a más niñas, ya que en la capital del país hay un gran potencial para desarrollar el futbol femenil. También busca fortalecer su presencia en el sureste. “En los próximos cinco años queremos alcanzar las próximas 5,000, 10,000 niñas, ¿por qué no?”, dice.