Look completo, Gucci. Anillo y pulsera, Bulgari

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A sus 37 años, entiende la importancia de la colaboración y el trabajo en equipo: a través de su casa productora busca impulsar nuevos talentos como a él le ayudaron antes.


Texto: Ana Estrada |AkulkaN
Fotos: Luis Calderón
Moda: Jessica Luna

Un rasgo que distingue a Sebastián Zurita en la industria del entretenimiento es su capacidad de conocer y entender el trabajo de una producción en facetas muy distintas: inició como actor, sí, pero también es productor y director, además de CEO de una casa productora. Estar frente y detrás de la cámara le da una sensibilidad distinta a la hora de trabajar con un equipo.

Y además, apuesta por la colectividad: entendiendo el privilegio propio, haciéndose consciente del mismo y usándolo para colaborar, impulsar nuevo talento y nutrirse de quienes le rodean. Es decir: crear redes de trabajo y apoyo mutuo en la industria mexicana.

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“Hay que apostar por eso y hay que cambiar la dinámica. Tenemos que apoyarnos, hacer grupos, estar en el proyecto del otro porque ellos también van a estar en el tuyo”, dice en entrevista para Life and Style y explica cómo en la serie Cómo sobrevivir soltero -disponible en Prime Video- el elenco era, en un inicio, conformado por actores y actrices poco conocidas.

“Todos los actores “de nombre” nos apoyaron a mi hermano y a mí porque estábamos empezando”, asegura y ahora busca replicar eso mismo como un modelo similar a lo que hacen estrellas de Hollywood como Ben Stiller y Adam Sandler, que apoyan e impulsan a sus grupos. “Eso a mí me gustaría causar acá. La idea es cómo fomentamos eso en nuestra generación y que se vaya haciendo equipo”.

-Es decir, ¿apostar por la colectividad y no por el ego?, le pregunto.

“Exactamente. Viene de que también nosotros tenemos que cambiar nuestra manera de pensar y actuar: apoyarnos, crecer juntos en lugar de crecer por separado”.


No es un secreto que Sebastián Zurita creció en la industria del entretenimiento mexicana, su trabajo ha sido desarrollar y perfeccionar su talento, así como educarse y aprender a abarcar distintos aspectos del negocio.

Desde hace algunos años él, su hermano Emiliano y su amigo y compañero Ricardo Gaspar de Alba echaron a andar la casa productora Addiction House de la que Sebastián es CEO.


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A sus 37 años, estar frente y detrás de la cámara ha sido aleccionador: le da una sensibilidad para trabajar tanto como actor, entendiendo la labor de dirección y producción; así como saber las necesidades de actores y actrices cuando le toca estar “del otro lado” de los proyectos.

“A mi hermano le preguntan qué le gusta más, si actuar o producir, y dice: ‘es que actuar es lo más fácil, producir es nada más resolver problemas’. Entonces nosotros cuando estamos filmando y estás de actor, terminas y te vas. Cuando estás filmando y eres productor, terminas y sigues y sigues y sigues”, dice entre risas.

Ambas tareas de una producción las disfruta y las compagina: “como productor tenemos un tacto muy distinto con los actores y entendemos cuáles son los ‘berrinches’ que un actor podría hacer y entiendes muy bien cómo compensar y saber cuándo tiene razón y cuándo no. Al dirigir y producir tratamos de hacerlo como nos gustaría que nos trataran como actores y como actores también tratamos de poner el ejemplo”.


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Addiction House ha sido, para Sebastián, la forma en que ha compaginado el trabajo de actor/productor/director con la búsqueda e impulso de nuevo talento.Así como en el inicio él y su hermano recibieron ayuda de distintas personas del medio, ahora él busca apoyar a que otras personas crezcan en el medio artístico.

Un ejemplo es la obra de teatro Enemigo de clase (2017) en el que el elenco era poco conocido y hoy tienen grandes proyectos o nominaciones a premios como los Ariel. “Ese ha sido el ideal de la productora y lo que buscamos de nuestros proyectos”.

En Las flores perdidas de Alice Hart (2023), Sebastián interpreta a Dylan un hombre violento que pone en peligro la vida de la mujer a la que dice amar.

Este papel, explica el actor, lo llevó a explorar nuevos límites emocionales y personales y a aprender sobre violencia de género y también a desaprender comportamientos socialmente aceptados para hombres y mujeres que resultan en distintos tipos de agresiones.

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“Me costó mucho trabajo hacerlo, lo mandé el último día posible porque era un casting muy violento, muy difícil. A esas cosas tienes que entrar a momentos medio oscuros de ti para poder reflejarlo”, explica en entrevista. “Es una temática sobre la que no estamos tan educados como deberíamos, tienes que ser lo más honesto a lo que sería ese personaje, esa persona, tienes que leer cosas… he leído libros tormentosos (sobre violencia de género)”.

En la serie, que se estrenó este verano y que por la huelga de actores no pudo tener promoción, Zurita actúa junto a Alycia Debnam-Carey (como Alice Hart) y la gran Sigourney Weaver (June Hart).

Para esta producción, basada en el libro de Holly Ringland del mismo nombre, el actor pasó medio año en el desierto australiano y debió aprender acerca de la psicología de hombres que violentan a mujeres: desde el control, la manipulación y la violencia económica, psicológica hasta la física.

“Todo ese tipo de cosas las fuimos aprendiendo y yo le decía al director: “siento que estoy tomando clases para ser un hijo de puta y es muy fuerte porque estoy tratando de encontrar las peores cosas de mí que reflejen eso” (...) tienes que ser muy honesto porque lo que estás contando no me toca a mí juzgarlo, me toca hacerlo para que la persona que vea la serie pueda juzgar y, tal vez, aprender”.

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El próximo proyecto a estrenar del actor es la película Tequila Re-Pasado, una comedia completamente distinta a Las flores perdidas de Alice Hart.

Este año terminó el rodaje en México y el elenco, aunque pequeño, es muy nutrido: Zurita actúa junto a Ludwika Paleta, Paulina Gaitán, Miguel Rodarte, Adal Ramones, Héctor Jiménez y Mauricio Barrientos.

Se cuenta la historia de Danny, un hombre adicto al trabajo con un jefe violento y abusivo que lo pone a competir constantemente con una compañera de trabajo. Un buen día les dice que habrá un aumento de sueldo, pero solo uno lo obtendrá y la otra persona será despedida.

En esas anda Danny, intentando destacar frente a su jefe, cuando descubre que al beber un tequila puede viajar al pasado y cambiar el curso de las cosas. En esta producción, Sebastián tuvo que interpretar al personaje tres veces durante toda la película.

Abrigo, COS

“Como actor vas, y te diviertas y tomas el papel, pero también la película entera es un loop: vivíamos la misma escena durante dos meses porque el personaje vuelve a la misma escena varias veces, entonces filmamos la película 20 veces y yo estaba haciendo a tres personajes. Un tiempo sí me volví loco porque filmaba a los tres, 17-18 horas de llamado, ¡una locura! Terminábamos y yo me había cambiado unas 45 veces (de vestuario)”, dice.

Con esta nueva película los siguientes proyectos de su productora, retándose con papeles como el de Dylan, Sebastián Zurita se posiciona como un actor completo y que, por encima de todo, busca contagiar con una nueva mentalidad a una generación de artistas mexicanos para trabajar en conjunto y tender redes fuertes.