Con el párrafo anterior arranca la editorial de la edición de marzo de la revista Expansión este año, que hace un recuento de lo que han sido dos décadas y media de hablar de poder e inclusión. En estos años, no solo el ranking ha evolucionado, incrementando su número de integrantes, sino que en nuestras páginas hemos contado la historia de decenas de mujeres. La intención, siempre, es visibilizar su trabajo y cómo lo han logrado.
Para esta edición, el equipo de Inteligencia de Expansión analizó 320 perfiles, un crecimiento de 15% respecto a los cuestionarios recibidos el año pasado. No nos cansamos de decirlo: cada año es más complejo cerrar este ranking a 100.
Contar las historias de estas mujeres es uno de los momentos más interesantes del año para las y los periodistas de Expansión. Salirnos del dato para entender cómo lo lograron, cómo superaron barreras, se levantaron en algunos casos y siguieron adelante.
Estas son las protagonistas de la portada de ‘Las 100 Mujeres Más Poderosas de los Negocios’ y así se hizo la edición 2024.
Encontrar un hueco en la agenda de Constanza Losada, presidenta y directora general de Pfizer México, es entrar a un mundo de prioridades, en el que el trabajo, su familia y su tiempo personal deben tener cabida. Es clara en una cosa: priorizar sin culpa, y lo lleva como mantra en la escala personal y laboral.
La ejecutiva no tenía como plan definido trabajar en una farmacéutica, pero se ve como un paso lógico en su carrera, pues algo que sí tenía claro era que quería hacer algo que la motivara a vivir nuevas experiencias y a tener un impacto positivo en las personas. “Vengo de una familia donde mi padre es médico y mi madre, abogada, digamos, carreras tradicionales. Nadie había incursionado en las ciencias económicas, pero sabía que me quería desarrollar en este tema y que quería hacer algo que me divirtiera y que todos los días me hiciera salir de la cama contenta”.
Aunque el inicio de su trayectoria estuvo enfocado en las finanzas y la consultoría empresarial, Losada entró a la farmaceútica en abril de 2008, donde lideró el Cono Sur de América Latina, como directora financiera y fungió como líder de Finanzas para Mercados Emergentes de Pfizer apoyando a Latinoamérica, África, Medio Oriente, Asia y China. En 2019, fue designada presidenta y directora general interina para el Clúster de Centroamérica y el Caribe (CAC), para, en abril de 2020, en plena pandemia, tomar las riendas de la dirección general de México, la primera mujer en hacerlo.
"Las 100 mujeres más poderosas de los negocios 2024"
"Las 100 mujeres más poderosas de los negocios 2024"
Una constante en la vida y en la carrera de Felisa Ros ha sido el movimiento. Nacida en un poblado cercano a Rosario, Argentina, ha cambiado de residencia en múltiples ocasiones –en más de cinco países– para crecer profesionalmente. A 26 años de haber iniciado en la francesa ENGIE, hoy es Country Manager en México, Managing Director de Networks Americas –la división de los negocios asociados al gas natural– y VP de Transformación América del Sur, que incluye los mercados de Perú, Chile y Brasil.
Ingeniera civil de profesión, al terminar sus estudios no imaginó que se dedicaría al mercado energético, pero un proyecto que desarrolló al finalizar la universidad fue el punto de partida. La meta de ese trabajo era idear una forma de implementar una red de gas natural en una comunidad argentina. Ese fue el primer punto crucial de su carrera.
Lo que siguió fue una estancia de nueve meses en Italia para conocer más sobre el mercado del gas natural. Justo a su vuelta, este sector estaba en proceso de privatización en Argentina. Sin planearlo, se había capacitado en un mercado que necesitaría de nuevos profesionales. Tiempo después, llegó a ENGIE.
“Las cosas que creo que me han llevado hasta aquí es la forma de trabajar y de buscar hacer las cosas siempre, desde la posición que tenga, de la mejor manera. Motivar a los equipos, tomar el liderazgo y dar esa milla extra”, dice. También admite que ha tenido que hacer algo más: demostrar quién es y sus capacidades profesionales. Ser mujer en un sector como el energético, donde hay una mayoría de hombres en puestos de poder, siempre traerá consigo un cargo extra, aunque este sea mínimo. “Siempre que llegué a un lugar me tuve que dar a conocer en el sentido de quién soy, qué experiencia tengo, que puedo hacer esto igual que los hombres”.
Cuesta trabajo pensar que ha habido momentos en los que Christine Kenna ha tenido que aprender a pedir lo que quiere. Su historia ha sido, más bien, de construcción.
Inició en el venture capital en México en un momento en el que apenas había inversión para emprendedores. Cofundó la asociación MBA Mujeres cuando llegó al país, en 2006, después de terminar el suyo en Harvard, para conocer a otras mujeres y crear una red de apoyo, en donde hoy ha encontrado a algunas de sus mejores amigas. Y cuando inició en el mundo de la inversión y vio la falta de equidad de género, formó con otras líderes Mujeres Invirtiendo. “Siempre he sido una persona muy comprometida, nunca me quedo quejándome de las cosas que no me gustan, sino que trato de realizar un cambio. Creo que esa ha sido mi actitud en todo lo que he hecho en México”, explica.
Kenna es de Palo Alto, el corazón de Silicon Valley y del venture capital. Y, sin embargo, asegura, si no hubiera salido de ahí, duda de que hubiera entrado a la industria. “La verdad es que si me hubiera quedado en Silicon Valley, no estaría haciendo lo que hago hoy porque cuando llegué a México no había este mundo de VC, tuvimos que construirlo”, afirma.
Ahí entra en juego Ignia, el fondo de capital de riesgo en el que es socia y que fue pionero en el país. “Fuimos el primer fondo en levantar capital de las Afores, el primero en levantar CKD (certificados de capital de desarrollo)... Hoy tenemos el mejor retorno de inversión de todos los fondos. Abrimos brecha y amo lo que hago, por el impacto que puede tener en el país y en Latinoamérica”, asegura.
“Mejor vete a otra compañía”, fueron las palabras que recibió Alejandra Corona de su jefe mientras era asistente de marca en Gerber. Contrario a lo que podría interpretarse como un despido, era el catalizador para su crecimiento personal y profesional.
Corona recién se había graduado de Negocios Internacionales cuando halló su primera oportunidad laboral en Gerber. Dos meses después, Otón García, quien venía de trabajar en una multinacional de productos de consumo, se convirtió en su jefe y compartió con ella un plan de desarrollo. Lo que no anticipó fue el impacto de brindarle a Corona más habilidades, tomando en cuenta que la empresa era pequeña y que no estaba preparada para retener talento senior. “Tienes que ir a una compañía más grande que invierta en el desarrollo de la gente. Prefiero que vayas a hacer cosas grandísimas, a tenerte aquí frustrada en el mismo puesto”, le dijo.
Los siguientes 17 años los pasó en una multinacional de productos de consumo, donde ocupó varios cargos, como directora asociada de Marketing y directora regional de Marca. Luego saltó a la banca, en Citibanamex, y al retail, en Amazon, pero su gusto por el consumo la hizo regresar en 2021, esta vez, en Henkel.
“Nunca imaginé que me apasionaría tanto entender una idea creativa y proponer mejoras en la fórmula de un producto; escuchar la necesidad de los consumidores y mover los engranajes para que un cambio suceda. Eso es lo que más disfruto de las empresas de consumo”, asegura.
Nacida en Panamá, un país clave para el comercio mundial, Marliz Bermúdez Richard supo a temprana edad que ahí estaba su vocación, influenciada también por un tío que era piloto de puerto en la vía interoceánica. A los 17 años se mudó a Chile y estudió Ingeniería Naval, para después convertirse en segundo oficial de cubierta y navegar como parte de la tripulación de barcos portacontenedores de la entonces naviera Maersk SeaLand y otras, como Wallenius Wilhelmsen. La aventura de surcar los mares duró sólo unos meses. “En algún momento dije: ‘Navegar es una gran experiencia, pero quiero estar en tierra’”, recuerda Bermúdez.
Así, su vida dio un giro. Se instaló en Nueva York y se graduó de la carrera de Logística y Transporte Intermodal. Hacia 2006, cursó una maestría en Londres que marcó su carrera hasta ahora, que es la directora general de APM Terminals México (APMT), una empresa global de terminales portuarias filial de Maersk, el gigante integrador logístico danés.
Desde entonces, ha asumido varios retos, entre ellos, construir desde cero una terminal portuaria, cuya inversión supera los 900 millones de dólares. A Bermúdez le tocó implementar la puesta en marcha de la primera terminal semiautomatizada de América Latina, realizar las pruebas de los sistemas operativos para el manejo de contenedores en los patios sin la intervención de humanos, y además ejecutar la entrega de los contenedores al ferrocarril y los camiones con maquinaria no antes vista en el país.
En abril se convirtió en la directora general de APM Terminals Lázaro Cárdenas, con dos tareas importantes: liderar la construcción de la segunda fase de la terminal, una ampliación en la que se inyectan 140 mdd; y absorber la operación de APM Terminals Yucatán, una terminal del grupo en el puerto de Progreso. Esto dio paso a APM Terminals México, que dirige.
Hace poco más de un año, Ivette Castillo asumió el cargo de General Manager para América Latina de GE Grid Systems Integration (GSI). La nueva posición no sólo significó un reto al liderar a más de 250 personas, la mayor cantidad hasta el momento en su carrera, sino también un cambio respecto a los roles que había desempeñado anteriormente, más adheridos a áreas de ingeniería o ventas.
Castillo, quien en 2022, con su anterior posición como directora global de Ventas Indirectas-Canales de Venta de GE GSI y directora comercial para el norte de América Latina fue una de ‘Las 30 promesas de los negocios’, de Expansión, acepta que antes de dar el sí al reciente ascenso laboral, el reto y los miedos estaban en ella misma. “¿Seré capaz de estas nuevas responsabilidades?”, se cuestionaba. Había nuevos procesos que aprender, habilidades que adquirir y resultados que entregar.
Asumir estas nuevas responsabilidades y aprender lo que traerían consigo fue una especie de “segunda maestría”. “Fue muchísimo aprendizaje, no hay mejor manera que aprender el rol y yo lo viví en carne propia. Fui muy ágil para aprender, puse toda mi energía, todas las ganas. Yo creo que eso es parte de mis fortalezas. No tenía miedo de preguntar porque fui muy real y muy auténtica con ellos en decir que no sabía, que estaba aprendiendo”, asegura.
Rosalina Tornel estudiaba ingeniería industrial en la Universidad Iberoamericana cuando decidió buscar un trabajo de seis meses y ahorrar para un viaje de intercambio estudiantil. Pero ni se fue de intercambio ni el medio tiempo que consiguió en Kraft fue temporal. “Me quedé el resto de la carrera”, cuenta.
Tras su incorporación a PepsiCo en 2003, se enfocó en crecer. En ocho años ocupó cinco posiciones y llegó a ser gerente de equipo. Nunca se negó a aceptar nuevos retos, pensaba que cualquier aprendizaje o experiencia le servirían para estar mejor preparada para cuando llegara una nueva oportunidad. Esta disposición la ha impulsado a aceptar roles en distintas áreas.
Sin embargo, reconoce que así como es importante siempre estar abierta a todas las oportunidades, también lo es saber cuándo hay que “bajar la velocidad”. Eso hizo cuando nació su primer hijo, hace 11 años. “En ese momento, pensé: ‘Me tengo que pasar del carril de alta al de media’”.
Después de pasar por este periodo y un segundo embarazo, llegó el momento en que se sintió cómoda con la idea de retomar la marcha. “Volví con mis líderes y les dije: ‘Estoy lista, ya puedo volver al carril de alta’”.
Tornel fue nombrada directora senior de Marketing de Quaker para Latinoamérica en 2018, pero, a diferencia de su anterior ascenso, ahora tenía muy claro el tipo de líder que quería ser: una que comprendía la importancia de fomentar un impacto social positivo, trascendiendo los meros logros numéricos.
“Mejor vete a otra compañía”, fueron las palabras que recibió Alejandra Corona de su jefe mientras era asistente de marca en Gerber. Contrario a lo que podría interpretarse como un despido, era el catalizador para su crecimiento personal y profesional.
Corona recién se había graduado de Negocios Internacionales cuando halló su primera oportunidad laboral en Gerber. Dos meses después, Otón García, quien venía de trabajar en una multinacional de productos de consumo, se convirtió en su jefe y compartió con ella un plan de desarrollo. Lo que no anticipó fue el impacto de brindarle a Corona más habilidades, tomando en cuenta que la empresa era pequeña y que no estaba preparada para retener talento senior. “Tienes que ir a una compañía más grande que invierta en el desarrollo de la gente. Prefiero que vayas a hacer cosas grandísimas, a tenerte aquí frustrada en el mismo puesto”, le dijo.
Los siguientes 17 años los pasó en una multinacional de productos de consumo, donde ocupó varios cargos, como directora asociada de Marketing y directora regional de Marca. Luego saltó a la banca, en Citibanamex, y al retail, en Amazon, pero su gusto por el consumo la hizo regresar en 2021, esta vez, en Henkel.
“Nunca imaginé que me apasionaría tanto entender una idea creativa y proponer mejoras en la fórmula de un producto; escuchar la necesidad de los consumidores y mover los engranajes para que un cambio suceda. Eso es lo que más disfruto de las empresas de consumo”, asegura.
El ámbito social ha sido uno de los motores e inspiración en la vida de Teresa de la Garza. Y ha sido clave desde sus primeras experiencias profesionales. En 2004 entró a Cemex como parte del programa Profesionistas en Desarrollo, la iniciativa de la empresa enfocada en recién graduados con alto potencial de desarrollo, una experiencia que la llevó a conocer la operación de la cementera más allá de los productos para la construcción. “Ahí conocí los proyectos que tenía la empresa en favor de temas sociales y ambientales y fue en ese lugar donde tuve mi primera actividad relacionada con la sustentabilidad”.
Desde entonces y durante sus más de dos décadas de carrera, ha impulsado proyectos para mejorar la calidad de vida de las comunidades y sus habitantes a través de sus posiciones de liderazgo. De la Garza ve a las empresas como una plataforma para incidir en el entorno. Especialmente en una ciudad como Monterrey, donde nació, y un estado como Nuevo León, en el que el sector privado es un protagonista no sólo de la vida económica, también de la pública.
De la Garza lidera desde hace ocho años el área de Sostenibilidad de FEMSA Proximidad, cuya vertical tiene como misión generar condiciones sociales y ambientales, siempre vinculada con la operación empresarial. Esta división atiende a diario a más de 12 millones de consumidores a través de la marca Oxxo y Oxxo Gas en México y emplea a más de 170,000 colaboradores, según información de la compañía.
La directiva reconoce que la sostenibilidad es uno de los grandes retos que enfrentan tanto las compañías como los gobiernos y, por ello, es un tema que cobra mayor relevancia al interior de las empresas. Con una importancia creciente en los temas ASG (ambiental, social y de gobernanza, ESG, por sus siglas en inglés) su equipo a diario se enfoca en delinear estrategias que permitan encauzar el objetivo.
Espera el 12 de marzo la publicación del especial
FOTOGRAFÍA Anylú Hinojosa-Peña / TEXTOS Eréndira Reyes, Diana Nava, Nancy Malacara, Luis Alberto Zanela, Tzuara de Luna, Ivet Rodríguez, Luz Elena Marcos, Puri Lucena, Ana Luisa Gutiérrez / DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB Nayeli Araujo / COORDINADORA DE FOTOGRAFÍA Betina García / VIDEO Amairany Linarez / MAQUILLAJE Luz Lozada / STYLIST Ramiro Vera / ASISTENTE DE MODA Mónica García