Look del cantante.




Sin miedo a las inteligencias artificiales ni a las plataformas, el cantante venezolano responsable del éxito “Me rehúso”, presenta nuevo material musical con mucho buen rollo y amor propio.

Cuando Danny Ocean llega al estudio es fácil percibir en él un mood relajado y agradable. Se nota en su forma de caminar y cuando saluda a las personas en el estudio donde se realiza la sesión de fotos. La energía tranquila y natural que comparte se parece, en gran medida, a lo que podemos ver en su cuenta de Instagram, misma que se ha convertido en su principal canal para compartir los avances de su nueva producción discográfica.

El cantante venezolano responsable del éxito “Me rehúso” toma el control de la sesión: elige las prendas con las que quiere posar y mira de vez en cuando los encuadres que la fotógrafa propone para alcanzar las poses que mejor expresen su estado de ánimo.

La explosión del éxito del compositor, productor y diseñador gráfico venezolano coincide con la transformación vertiginosa de la industria musical en la que las disqueras ahora comparten espacios con redes sociales y plataformas de streaming.

Look del cantante.


Pero para él, el éxito depende más de una estrategia cuyo ingrediente principal sea la calidad de su trabajo y, en segundo término, las plataformas utilizadas para difundir su trabajo. “Soy partidario de la calidad del mensaje, no de los canales. Mi principio es hacer buena música, que conecte; música que yo estoy dispuesto a montar en la tarima a cantar. Creo que es inteligente adaptarse”.

Y es que cuando en 2016 el tema que lo catapultó se escuchaba a todo volumen en bares, fiestas y vehículos esperando el siga de los semáforos, los conceptos de viralidad y trend apenas comenzaban a instalarse en la conversación. Ese mismo año se lanzó TikTok y, para entonces, poco se intuía que la plataforma sería un hito en la forma en que consumimos contenido y, muy especialmente, música.

Aunque este ha sido un tema a debate entre diversos actores de la industria, para Ocean no es más que una herramienta extra que ayuda a la difusión de la música. “La tecnología va cambiando, primero fue la radio, después la televisión; después SoundCloud, el CD, Spotify, las redes sociales; ahora TikTok, mañana va a ser Twitch y en 10 años, no sé, la realidad virtual. Lo más importante es mantenerse real a ti mismo y hacer tu arte como tú lo quieras hacer”.

Pantalón y saco, Zegna; camiseta y joyería del cantante.



Danny nació en Caracas en 1992, el 5 de mayo para ser exactos. Su nacionalidad, por supuesto, es parte de un discurso artístico presente en las letras de sus canciones. “Venezuela me inspira demasiado, nosotros como sociedad tenemos que inspirar, unir, no separar. Para mí es muy importante la situación de mi país y mi posición ante eso, dejar mi grano de arena con algo positivo para mi gente y para todos alrededor ”.

Además de lanzar temas que viven rent free en la mente de sus seguidores, el cantante ha conseguido reconocimientos importantes a nivel industria: es el primer artista venezolano en romper un récord de reproducciones en la plataforma YouTube y sus plays en iTunes y Spotify se cuentan por millones y, consciente de la fuerte plataforma que ha formado, sabe que puede hacer llegar mensajes importantes a sus seguidores.

Look total, Dior.

“No estoy pensando en recrear lo que sucedió con “Me rehúso”. Más allá de los números, la fama y el dinero, lo que más me llena de esto es tener un propósito y creo que va muy relacionado con lo social que vivimos y lo que sucede también en mi país. Eso es una cosa que me llena. Obviamente quiero hacer la mejor canción posible, sentarme y dar un mensaje”, explica.

Los dos temas que ha lanzado del nuevo material, Danny los defino más como un mensaje y un estado de ánimo.



Look del cantante.

La primera de ellas es “Medio Friends” un tema con “un mood más tranquilo en el que relata la tensión sexual entre dos amigos que no sabían que entre ellos había tal”; y “Amor”, un tema que, a pesar de sonar muy romántico desde el título, “en verdad soy yo mismo diciéndome en el espejo: ‘como que vamos a darnos un poquito más de amor, vamos a tratarnos con un poco más de amor’”, señala.

Y en ese amor, también está la libertad, un común denominador a lo largo de su vida: “Es algo por lo que siempre he apelado: mis letras han estado en la lucha de eso. Simplemente ser libre, hacer lo que yo quiera hacer o decir”.

Y con el humor y la soltura que lo caracteriza, da por terminada la entrevista y la sesión de fotos y se despide diciendo “ya no quiero saber nada de ustedes. Voy a hacer música, ¿ok?”.