lcanzó la fama global a los 16. Siete años más tarde lideraba las listas de Billboard y colaboraba con Shakira, Grupo Frontera y Marshmello mientras redefinía las estructuras del merengue y la bachata, los ritmos caribeños que cambiaron la vida de este colombiano de Montería obsesionado con la disciplina y el trabajo.

A finales de 2021, Marshmello, uno de los DJs más reconocidos del planeta, presentó Sugar Papi, su primer acercamiento a la música latina tras una década marcando el ritmo de la EDM mundial. Tres meses después, “El merengue”, tercer tema del álbum, se encaramaba a lo más alto de las listas de Billboard. “Jamás pensé que podría tener un hit latino”, reconocía, sorprendido, el propio DJ sobre la canción.

En el mundo hispanohablante, la revelación no fue tan espectacular.

Manuel Turizo (Montería, Colombia, 2000) era el acompañante de Marshmello en ese featuring, así que sorpresas, las justas. Porque Turizo, con casi 2,000 millones de visualizaciones en YouTube de su tema “Una lady como tú”, es una apuesta segura desde que en 2012 decidiera encerrarse en una habitación de su casa junto a su hermano Julián, la mitad de casi todo lo que hace, para comenzar a producir sus primeros temas juntos: Manuel a la voz, Julián con el ukelele y el desarrollo compositivo.

“Tenía solo 12 años cuando empecé a sentir que de verdad quería intentar algo en la música. Ahí empezó todo, cuando me metí a clases de educación vocal y empecé a escribir canciones, no pensando en que fueran posibles éxitos, sino porque me gustaba”, confesaba el propio Manuel Turizo en una entrevista con Billboard.

Look total Circular Gallery.

Pero las canciones gustaron. Y llegaron la fama, las expectativas, los tours, las marcas y la inevitable influencia social. ¿Un problema para Manuel Turizo? Ni mucho menos. “No iba a dejar que esta oportunidad se acabara ni pa’l carajo. Todo va a ser duradero, sí o sí, y voy a hacer lo que sea para que esto sea duradero. Siempre me he concentrado mucho en mi música, en mi música, en mi música, no en la fama ni en la atención. La fama es una herramienta para mi música y es un efecto secundario de cuando mi música funciona”. También es cierto que no había alternativa. “El plan B no era tan emocionante: era seguir en el colegio y buscar una carrera, porque había que estudiar”, cuenta.

Los caminos de la música son, sin embargo, inescrutables. Encerrado desde casi el comienzo de su carrera en la etiqueta de música urbana, esa suerte de zeitgeist latinoamericano, Turizo siempre se ha definido a sí mismo como cantante. Nada más, nada menos. “Soy un cantante y la música es universal”, repite como un mantra mientras sigue explorando y profundizando en la música caribeña, esa que unos meses después de “El merengue”, le volvió a cambiar la vida. Tiempos de presión e inseguridades que Turizo sorteó con una mezcla de intuición, decisión, creatividad y libertad. “En el género urbano no hay pautas. No hay nadie que diga: esto tiene que ser así y así. Además, se nutre de todo, de la salsa, del merengue, de la bachata”, decía hace unos años en una entrevista en el periódico El Mundo en la que revelaba su preocupación por la salud mental.
Nunca se despega de su “núcleo”, un grupo de gente que, según sus palabras, le contiene y le habla al oído, y que suponemos clave en lo acontecido en mayo de 2022 cuando, imbuido (casi obsesionado) por la música caribeña el artista colombiano optó por indagar en uno de los ritmos dominicanos más sagrados. “Tenían miedo. Me decían que yo no era bachatero ni dominicano, que iba a confundir a mi público”, confesaba tras el lanzamiento de “La bachata”, tema que acumulaba 725 millones de visualizaciones en YouTube y 1,675 millones de escuchas en Spotify al momento de escribir este perfil.

Camisa, Hermès; pantalón, Jacquemus; reloj, collar y pendiente, Cartier.

En las alturas de la música urbana en español, los yates, las mansiones y las colaboraciones con otras estrellas no son suficientes.



Y otra vez la presión, la validación exterior, la superación personal. En las alturas de la música urbana en español, los yates, las mansiones en Miami, las giras internacionales, las islas privadas y las colaboraciones con otras estrellas (Turizo ha hecho canciones con Shakira, Grupo Frontera, Nicky Jam, Anuel AA, Wisin & Yandel y Maluma, entre muchos otros) no son suficientes.

Tampoco en una industria cada vez más competitiva y digital, abierta a la llegada de nuevos talentos prácticamente cada semana. Turizo ha logrado mantenerse en la cima, en la que comparte espacio con otros tótems como Bad Bunny o Karol G, un camino no vacío de dificultades y retos.

“Hago todo lo que esté en mis manos para que funcione, intento hacer lo que a mí me gusta, intento hacer las cosas con cariño y de corazón... Que la gente tenga lo mejor de mí. Si no funciona, hay que aceptarlo, hay veces que te va mejor, veces que te va peor, y el camino se trata de eso”, decía en la radio española Europa FM. Unos años más tarde, sigue con la misma idea: “Obviamente, uno quisiera que a todas las canciones les fuera bien y que tu nuevo single supere al anterior. Pero, aunque yo siempre intento dar lo mejor, ya no siento esa presión. Antes sí, pero ahora mismo, simplemente, me preocupo de hacer las cosas como me gustan. No quiero seguir modas, quiero aferrarme a mi identidad musical”.

Look total Fendi; reloj, Cartier.

Una de sus grandes cualidades es que se aferra a ella sin pérdida de principios. En sus letras, a diferencia de la mayoría de artistas “urbanos”, no hay mención a las drogas, a la delincuencia o al sexo, una decisión que apenas ha impactado en su proyección internacional. Es, podríamos decir, música para toda la familia con vocación rompepistas. Es la ventaja de Turizo: en un mismo día puede dar una entrevista a un talk-show de media tarde de una televisión generalista y perrear en un escenario ante 100,000 personas. Las dos versiones son válidas; las dos versiones representan a un cantante que publicó su trigésimo single a los 23 años y que sigue trabajando en el estudio. ¿Sus secretos? Pasión y disciplina. “No hay que dejar de trabajar nunca. Obviamente, como en cualquier industria, hay momentos mejores que otros, nunca vas siempre hacia arriba, sino que a veces también bajas un poquito. Se trata de constancia, de concentración, de mantener la disciplina todo el tiempo”, señalaba el propio cantante en un pódcast. Y fue la música la que le dirigió a ese rumbo. “Antes de la música, era un niño súper vago, sentía que no era bueno para nada y cuando encontré algo que me gustó, encontré la motivación para mejorar todos los días. No era una obligación, lo hacía por mí. Hay mucha gente que se vuelve esclava de su vida y realiza una actividad solo para pagar las facturas... Y creo que no se trata solo de eso, sino de que seamos felices con lo que hagamos. Obvio que es importante llevar sustento a nuestra familia, a nuestro hogar, pero también es importante que disfrutemos”, explicaba en El Mundo.

Con más de 14.5 millones de seguidores en Instagram, Turizo ha logrado trascender la escena musical para convertirse en un fenómeno de la cultura popular.

Sus movimientos, sus viajes, sus contratos publicitarios y sus parejas y amigos son escrutados con lupa por medios de comunicación, seguidores y usuarios de redes sociales, un escenario en el que el cantante ha aprendido a desenvolverse sin problemas.


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Sus apariciones en televisión y sus entrevistas con revistas de corte amarillo así lo demuestran. De hecho, fue en People, una de las más vendidas de este género en Estados Unidos, donde ofreció una de sus grandes reflexiones para el futuro. Allí dijo que quería “tener cuatro hijos”, aunque con un matiz: “dentro de nueve o diez años”. Hoy, comentaba, su presente se centra en la creación y el esfuerzo. “Mi meta siempre ha sido que la carrera de Manuel Turizo sea de por vida. Todos los días sueñas y trabajas, logras una cosa y ya estás empezando otra. ¿Qué más puedo hacer, cómo puedo subirme la vara a mí mismo de lo que ya he hecho? Estoy haciendo lo que me gusta y quiero que así sea hasta que tenga 70 años, hasta que la gente quiera verme en un escenario”, defiende.

Por el momento, no deja de recoger premios, que su madre colecciona con celo. Pero también crecen las nominaciones, las escuchas, la base de seguidores y todos los factores y variables que suele reunir el concepto moderno del éxito, aunque él mismo no esté muy de acuerdo. “El éxito es estar en tu esquina, defenderla, defender tu bandera, defender tu mensaje y seguirlo haciendo hasta llegar a lograr la meta que te propusiste”, sentencia mientras se divierte con los medios sobre la que podría ser una de las grandes colaboraciones musicales de este 2024. Pero antes, vayamos al principio. En el verano de 2022, durante un festival en Cádiz (España), Manuel Turizo fue invitado por Alejandro Sanz, uno de sus “ídolos de siempre”, para interpretar junto a él “Corazón partío”. Se inauguraba así una relación que el pasado invierno tuvo su continuidad durante el Festival de Viña del Mar, en Chile, donde ambos artistas compartían cartel. “¿Se viene temita o qué?”, publicó en aquellos días Turizo en su cuenta de Instagram. “Vamos, ¿no?”, respondió un enigmático Alejandro Sanz. Hoy, ambos siguen divirtiéndose con la idea, aunque sin concretarla. ¿Si no sucede? No importa demasiado. Turizo tiene otros horizontes, entre ellos “Juan Luis Guerra y Romeo Santos”. Como él mismo repite, aún le queda mucho por hacer.


Camisa, Hermès; pantalón, Jacquemus; reloj, collar y pendiente, Cartier.

Por el momento, no deja de recoger premios, que su madre colecciona con celo. Pero también crecen las nominaciones, las escuchas, la base de seguidores y todas las variables que suele reunir el concepto moderno del éxito.