POR: Mara Echeverría & Puri Lucena
FOTOS: Anylú Hinojosa-Peña
ngeles Rodríguez fue, a inicios de la década de 1980, cajera en el Burger Boy que se
encontraba en la esquina de Eje Central y Ricardo Flores Magón, en la Ciudad de México, donde hoy se
encuentra el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Las cadenas estadounidenses aún no habían
llegado al país y un puñado de mexicanas protagonizaban las primeras experiencias de llevar a los
consumidores la posibilidad de degustar una hamburguesa al puro estilo americano.
“Llegaban muchos curiosos porque el restaurante se anunciaba en la televisión. Había quien pensaba que era
de Chabelo (Xavier López, el presentador de televisión fallecido el año pasado, que lo promocionaba en su
popular programa), y creían que se lo iban a encontrar en el local”, comenta esta cocinera de 60 años, que
ahora trabaja en un pequeño restaurante en la colonia Anzures.
Burger Boy fue una de las cadenas de hamburgueserías pioneras en México. Abrió sus puertas en 1968, con
sus ‘brontodobles’ o ‘dinotriple’ y sus ‘locos popotes’ en forma de espiral que acompañaban sus refrescos
y malteadas. Pronto fue comprada por Grupo Industrial Maseca, que impulsó su crecimiento hasta los 50
restaurantes, pero desapareció en 1998 (tras venderla), ante la fuerza de la llegada de las marcas
estadounidenses. Y, aunque varias veces ha hecho agua la boca de los nostálgicos con varios anuncios de
vuelta, no ha regresado.
El año que lo cambió todo fue 1985, cuando por primera vez se vieron filas, y bastante largas, para comer
una hamburguesa. Fue en la inauguración del primer McDonald’s del país, en el Pedregal, la zona sur de la
Ciudad de México. La emoción duró semanas. Décadas después, estas escenas se han repetido con otras
llegadas.
Marcello Lara no pudo asistir a aquella inauguración. Tenía 15 años y no lo dejaron, pero aún recuerda que
un par de amigos de la escuela sí lo lograron. “Eran tratados como héroes”, dice el guitarrista de
Moderatto, conocido como Burgerman. Este amante de las hamburguesas, convertido en creador de contenido
especializado, cuenta que la fiebre por esta cadena “arrasó con todo” en un momento en el que el gobierno
también vendía la idea de que el país entraba al primer mundo con la llegada del tratado de libre comercio
con Estados Unidos y Canadá, el TLCAN, cuyas negociaciones iniciaron en 1990.
Lara describe que es el momento en el que el segmento pasó de ser “una cosa muy de barrio y chiquita, de
hamburguesería familiar, a este mundo post 85, del centro comercial, el food court y de la comida rápida”.
La sencillez de su preparación y la facilidad para combinar ingredientes han impulsado a este platillo al
pódium de la comida rápida. Las cinco cadenas más populares en México son, en orden alfabético, Burger
King, Carl’s Jr, McDonald’s, Sixties y Wendy’s, de acuerdo con la firma de investigación de mercados
Euromonitor International. La consultora estima que las cadenas de hamburgueserías alcanzaron un valor de
ventas de 24,439 millones de pesos al cierre de 2023, un alza del 76% desde 2018. Al sumar también los
restaurantes que la tienen como oferta principal, la cifra es de 35,308 mdp.
A sus 54 años, Burgerman, quien inició su proyecto hace casi 15, ha vivido todas las etapas del mercado,
aquella de pocas cadenas nacionales, el furor por la llegada de las estadounidenses y una tercera,
acelerada, en su opinión, por la pandemia, pero que ya venía encarrerada y que va muy de la mano de
internet. “Quizá no es el platillo que más se come en el mundo, pero fotografía maravillosamente. Cuando
empezó esta locura de Instagram, sobre todo, alrededor de 2016, explotó, porque además siempre he dicho
que el internet es como los Estados Unidos globalizado. ¿Y cuál es la comida americana por antonomasia?”,
apunta.
Casi cuatro décadas después, McDonald’s no olvida la inauguración de su primer restaurante, pero no vive
de la nostalgia. Con 370 unidades y 400 centros de postres, ha transformado su modelo de tienda para
enfocarse aún más en la experiencia, y mantener su relevancia entre los más jóvenes.
Desde 2021, ha desarrollado la ‘Experiencia del futuro’ que está introduciendo, paulatinamente, en sus
restaurantes, en los que incorpora elementos de sustentabilidad y digitalización: los clientes realizan
sus pedidos desde kioscos y estos se entregan directamente en sus mesas. Con la tecnología, ofrece a los
clientes una experiencia más ágil y adaptada a sus necesidades.
La cadena también cuenta con ADvance, la fábrica digital de Arcos Dorados que, a través de herramientas
tecnológicas, escucha y conoce a los clientes para ofrecerles mayor personalización, explica Jimena Grave,
gerente de Comunicación Corporativa y Relaciones Públicas de Arcos Dorados México.
Por ahora, 100 restaurantes cuentan con el sistema de pedidos a través de kioscos. En febrero, Francisco
Boloña, director de Arcos Dorados México, señaló en una entrevista con Expansión que el plan era tener 20
unidades más entre 2023 y 2024, para llegar al 21% de sus establecimientos al cierre de este año.
El menú se ha convertido en otra de las claves para McDonald’s, que incorpora nuevas campañas e
ingredientes. “Esto es un trabajo conjunto que realizamos de la mano de nuestros proveedores locales, ya
que el 70% de la proveeduría se produce en México”, agrega Jimena Grave.
Burger King siguió la estela de su principal competidor y llegó a México en 1991, pero abrió su primera
unidad en Mérida. Desde que en 2018 Alsea pusiera freno al desarrollo de la franquicia maestra de la
cadena en el país, el operador de restaurantes, que ha convertido el fortalecimiento de sus menús en
parte de su estrategia principal, indicó que orientaría sus esfuerzos en mejorar sus restaurantes (que
al primer trimestre de 2024 eran 174), para dejar atrás la meta de convertirse en la líder en el
segmento.
La compañía ha realizado diversos ajustes de su receta para atraer a sus mesas a los consumidores que
buscan alimentos más saludables y reducir su huella de carbono. Así, en noviembre de 2020, llegó a
México la Whopper Vegetal, una opción cuya ‘carne’ está hecha de soya, trigo, aceite vegetal y hierbas.
Desde entonces, la cadena no ha parado con los ajustes y también ofrece nuggets elaborados a base de
plantas y eliminó todos los ingredientes artificiales de sus preparaciones.
La revolución de los ingredientes ha llegado a la proteína y cada vez hay más opciones, con hamburguesas
elaboradas con portobelo, quinoa, lentejas o chícharos. Las cadenas han comenzado por atraer a
comensales que no son veganos, pero quieren bajar su consumo de proteína animal y su huella ambiental.
Hasta ahora, es un mercado en crecimiento y con el que las empresas han reducido sus costos al asociarse
con compañías que ya tienen una alternativa probada, como es el caso de Burger King, con The Vegetarian
Butcher, de Unilever, el proveedor de la ‘carne’ a base de plantas de la Whopper Vegetal, que está
pensada para los flexitarianos, personas que generalmente llevan una dieta vegetariana, pero que,
ocasionalmente, comen carne o pescado.
Uno de los pilares que han impulsado este nicho es que los productores de hamburguesas vegetales han
logrado desarrollarlas con un sabor y una textura muy similares a los de la res, y que muchos encuentran
en estas alianzas plataformas para posicionar sus productos, que se venden en autoservicios, como es el
caso de la foodtech chilena Notco, que llegó al mercado mexicano en 2022.
La consultora Future Markets Insights evalúa el mercado de las hamburguesas vegetales en 5,100 millones
de dólares, con una previsión de crecimiento a una tasa anual compuesta del 16.3% hasta 2033, cuando
llegue a los 23,200 mdd.
Pero las cadenas no solo compiten con otras de la misma categoría, sino con otros restaurantes, puestos
o carritos ambulantes y hasta el relativamente nuevo concepto de dark kitchen. Según el INEGI, hay más
de 69,000 establecimientos que las venden en el país.
El segmento de la comida a domicilio salvó a muchos restaurantes durante la pandemia y provocó una
explosión de dark kitchens, cocinas que se dedicaban exclusivamente al delivery. Y ahí surgió una de las
hamburgueserías más populares de la Ciudad de México. Chubbies Burger en realidad quería ser un
restaurante, pero el coronavirus llevó a sus creadores a iniciar en el formato de delivery, en agosto de
2020.
Rodrigo Torices, su fundador, no es chef, pero siempre le ha gustado cocinar. Sus conocimientos como
publicista, sumados a la experiencia de su socio en el segmento de restaurantes han ayudado a posicionar
la marca.
“Nos enfocamos a hacer una hamburguesa que supiera bien simplemente usando pan, carne y queso”, dice.
Desarrollar la receta de su smash burger, una modalidad en la que se pone una bolita de carne en la
parrilla y se aplasta directamente para que se haga una costra y no se desjugue, les tomó cuatro meses.
Y cuando estaban preparando el local, el covid-19 paralizó todo. De ahí la apuesta por la dark kitchen.
Jugaron con la experiencia del consumidor, que para recibir su hamburguesa, que en un inicio solo se
vendía sábados y domingos, tenía que realizar el pedido con días de anticipación. “Creamos un producto
de deseo, porque tenías que pedir tu hamburguesa desde el lunes para nosotros entregarla el sábado o el
domingo”.
Chubbies ha llegado a los 12 puntos de venta. Eso sí, finalmente, Torices y su socio podrán abrir su
restaurante, una apertura prevista para octubre y que estará ubicada en el parque La Mexicana, en la
Ciudad de México.
Marcello Lara, que tiene entre sus objetivos con Burgerman quitar ese apellido generalizado de ‘comida
rápida’ a las hamburguesas, lo que lo ha llevado a lanzar incluso el BurgerFest, que celebró este año su
segunda edición, señala que la experiencia de comerse una hamburguesa está cambiando gracias a esta
multiplicación de opciones. El riesgo está en llegar a la saturación. Lanzar una hamburguesería parece
fácil, pero la clave está en la diferenciación y en no copiar conceptos que han demostrado que
funcionan.
Tampoco para todo el mundo el delivery fue la opción. En el caso de Open House Burgers, de Daniel
Aguilera, ubicado en la colonia Nápoles, también en la capital del país, llegó a la pandemia con dos
locales y una dark kitchen, pero los tres establecimientos cerraron por el covid-19. “Al final, lo que
nos acabó tronando un poco fueron las aplicaciones de delivery, porque son comisiones muy altas, y los
costos de nuestras hamburguesas no son tan bajos, porque hacemos hamburguesas de calidad”, explica el
emprendedor. El año pasado retomaron el restaurante.
Aguilera también menciona el cambio en los consumidores. “Al principio, yo sí luchaba un poco con la
gente porque no entendían muchas veces los precios, porque si comparas los nuestros con el fast food,
aunque no son muy caros, sí son más elevados. Y eso hay que explicarlo. También el tema del tiempo, no
son hamburguesas que se entregan en tres minutos”. De lo que está convencido el fundador de Open House
Burgers es de que aún hay espacio para crecer.
En eso está de acuerdo la cadena estadounidense Shake Shack, que opera Grupo Gigante. También las filas
de consumidores dan fe de ello. La inauguración de su primera sucursal en México, en junio de 2019,
replicó aquel fenómeno de 1985. “Siempre hemos tenido gente formada y al primero de la fila se le
obsequia una tarjeta de regalo, y a los primeros 100 se les entrega un kit con regalos”, dice Rodrigo
Losada, director de Negocio de la marca en el país, que hoy tiene 14 unidades en varios estados y cuyas
ventas representaron el 2% de los ingresos de Grupo Gigante, que al cierre de 2023 se ubicaron en 33,980
mdp.
Losada señala que el objetivo fue traer a México el concepto como opera en Estados Unidos, con un empuje
en el segmento fine casual, un punto medio entre la comida rápida y los restaurantes de lujo, que
considera que en el país está en desarrollo. Cuando firmó el manejo de la franquicia, Grupo Gigante se
comprometió a abrir 30 unidades en 10 años.
“Vamos a buen ritmo. Estaremos buscando consolidar el mercado en la Ciudad de México y salir a otros
mercados, como Cancún, Playa del Carmen, Mérida, el Estado de México. Hay mucho potencial para la
marca”, augura. Para este año, esperan abrir tres unidades, para cerrar 2024 con 18. Shake Shack
registró un crecimiento de ventas del 41.9% en 2023. Las entregas a domicilio representan el 18.6% de
las ventas totales.
Para Losada, la llegada de Shake Shack también ha significado la puerta de entrada para que otras marcas
del segmento de hamburguesas más gourmet se animen a venir a México. “El crecimiento no va a parar”,
vaticina.
FOTOS Anylú Hinojosa-Peña, Rafa Montiel / COORDINACIÓN DE FOTOGRAFÍA Betina García / ANIMACIÓN, DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB Nayeli Araujo