¿De verdad existe una “fórmula para el éxito” cuando de música se trata? Desde la vasta experiencia del dúo venezolano LAGOS, no, no existe. Si se piensa demasiado en alcanzar la fama, las cosas pierden su naturalidad y no funcionan, menos aun cuando la música es un arte que toca todo tipo de fibras humanas.

Para ejemplo un botón… o dos en realidad: sus canciones “Ojos marrones” y “Mónaco”, las más reconocidas de la banda de pop alcanzaron niveles de popularidad insospechados para Luis Jiménez y Agustín Zubillaga.

“Nuestros éxitos salieron porque estábamos totalmente libres de expectativas”, explican en entrevista exclusiva con Life and Style.

“La canción de “Mónaco” la hicimos cuando estaba todo el disco listo y ya era la última canción que faltaba del álbum, nos dijimos: ‘vamos a hacer algo que no le guste a nadie’ y ¡bum! salió. Con “Ojos marrones” pasó algo similar, pensamos que nadie de las plataformas la iba a integrar a ningún playlist y ¡bum! Eso pasa: nos divertidos y ¡bum!”, dice Luis.
A esta reflexión sobre el éxito, Agus comparte una analogía que ejemplifica su perspectiva: es como un orgasmo. “Si estás pensando en que tienes que tener un orgasmo, es difícil llegar; para tenerlo tienes que olvidarte de eso, porque si estás demasiado concentrado cada vez se ve más lejos disfrutar ese instante. No pensar demasiado en ese único objetivo suele tener su recompensa”.

Conocer en persona a Agus y Luis es entender por qué son tan buen equipo: sus diferencias, que son muy marcadas, hacen que en la música y en la vida diaria se complementen a la perfección. Mientras que Agus, con una personalidad más seria y juiciosa que transmite calma, además de cantante es un reconocido productor en la industria musical latinoamericana, Luis es como una chispita encendida que contagia risas y que sabe bien cómo dominar los escenarios pues, además de LAGOS, también forma parte de la banda Los Mesoneros.

Y en su relación, tanto de una larga amistad como con intensidad laboral, el aprendizaje mutuo es un elemento central.

“Luis tiene un talento nato, nació con él, pero además tiene una ambición que admiro mucho, tiene un motor dentro que no para, él sabe a dónde quiere ir y lo va a buscar a como de lugar y eso yo lo admiro y he aprendido mucho y hasta se me ha pegado un poquito”, dice Agus Zubillaga sobre Luis Jiménez.

Mientras que Luis, por su parte, considera a su amigo y compañero un maestro. “Yo siento que desde la primera sesión de composición que tuve con él me abrió un mundo completo con su forma de trabajar: la metodología que él aplica a la hora de escribir y el criterio que le pone es algo que yo no conocía. De pronto siento que desde que lo conozco me convertí en otra persona”.

Cuando se pone atención a las letras de las canciones que más nos gustan, muchas veces estas toman un sentido más profundo pues el poder de la identificación provoca que los versos lleven a recrear momentos, sentimientos o situaciones personales. Con la música de LAGOS sucede algo así pues, además de las melodías catchy, muchas de sus composiciones tienen una nostalgia honda que puede resonar en más de uno.

Los cantantes afirman que absolutamente todas las letras contienen una emoción 100% real y describen una parte importantísima de la música: cómo la misma canción puede llevar a cada persona a lugares muy diferentes, a experiencias específicas, “pero todo tiene ese componente, sin duda, de una emoción genuina que ha sucedido”, dice Luis.

Por supuesto, en este trabajo artístico la creatividad y la disciplina se unen para crear, pero el camino no es uno solo.

“Ojos marrones”, su éxito internacional, se compuso bastante rápido. El proceso, explica Agus, fue incluso algo sencillo: tanto el ritmo de la batería, en conjunto con el bajo como la guitarra tan características de la canción, se lograron en un par de horas.

“Pero siento que de las que más nos ha costado es “Mónaco”, probamos diferentes melodías, diferentes acercamientos a la letra, al principio la historia era otra, de hecho pasamos por varias historias” hasta que, finalmente, después de muchas vueltas, concluyeron la canción que, además, fue un éxito rotundo.

Con estas reflexiones sobre el equipo que conforman, LAGOS tiene claro uno de los mayores aprendizajes de su carrera: el éxito no está garantizado, pero la creatividad, la naturalidad y el trabajo son herramientas esenciales para llegar al objetivo sin perder de vista que disfrutar el proceso siempre traerá una recompensa.

UNO En 2023 ganaron el Latin Grammy a Mejor canción pop/rock por “Ojos marrones”.

DOS Son gamers empedernidos y juegan Call of Duty: “podemos alardear que Agus y yo estamos en el top 11% del mundo. Somos diamante”, dice Luis.

TRES Un momento inolvidable para Agus es cuando, tras recibir el Latin Grammy, se encontraron en el backstage con Nathy Peluso y los felicitó.