Ilustración: TINTA DRAGÓN
El ritmo de creación de empleos no avanza a los niveles que el país requiere, aunado a una brecha entre las necesidades de las empresas y el talento.
i se pregunta a ChatGPT, cuál es el panorama del empleo en México en 2025, la respuesta es que “presenta una combinación de crecimiento en sectores clave y desafíos estructurales”. Si se acude a los especialistas, estos desmenuzan la respuesta y apuntan a un escenario que no es catastrófico, pero tampoco el ideal.
Las constantes amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en materia arancelaria han puesto de cabeza el comercio internacional. Los mercados atraviesan un periodo de volatilidad pocas veces visto y los pronósticos de crecimiento económico han empezado a ser más moderados. Sin embargo, el empleo aún no enciende las alarmas.
La encuesta de ManpowerGroup a empleadores de 42 países sobre las expectativas de empleo hacia el segundo trimestre de este año arroja que en 41 países las empresas tienen intenciones de incrementar sus plantillas, entre los que destacan los mercados de la India y de Estados Unidos como los más optimistas, y Argentina y Rumania como los más conservadores. En el caso de México, el 45% de las compañías quieren aumentar la plantilla, sobre todo, en los sectores de transporte, logística y automotriz, además de ciencias de la vida y salud.
“A medida que seguimos con esta estabilidad laboral, todavía no vemos destrucción de empleo. No vemos crecimientos importantes, y con importantes me refiero a que no vamos a llegar a números históricos, pero tampoco vamos a tener destrucción, que es un dato igual de importante”, dice Mónica Flores Barragán, presidenta de ManpowerGroup para América Latina. “En la medida en que veamos los datos como en Estados Unidos, que es muy optimista y siempre nos jala hacia el lado positivo, no se ven nubarrones en el horizonte”.
Esto no se acerca tampoco a un escenario promisorio. Flores argumenta que lo ideal sería alcanzar 1.2 millones de nuevos puestos laborales al año, lo cual se pronostica poco viable. “Yo creo que al final del año cerraremos con alrededor de 400,000 empleos nuevos y alrededor de 150,000 al cierre del primer semestre”, explica. “Siempre prefiero pecar de pesimista que de optimista. De todas formas, llevamos muchos años sin crear el número de empleos que necesitamos. Y esto sí me interesa que quede muy claro: el 54.5% de la economía sigue siendo informal”.
Alberto Del Castillo, Head of Talent Solutions de Adecco, considera, por su parte, que hay indicadores que se pueden convertir en un foco rojo, como el caso de los aranceles, que derivó en un recorte del pronóstico de crecimiento económico de Banxico, del 1.2 al 0.6% para este año; aunque Hacienda aún cree que puede oscilar entre el 1.5 y el 2.3%, ambos, escenarios optimistas.
Con base en cifras del IMSS, al 31 de marzo tiene registrados 22,465,110 puestos de trabajo, 86.8% permanentes y 13.2% eventuales. En el primer trimestre, se crearon 226,731 nuevos empleos, el menor dato registrado durante un mismo periodo desde 2020 y, además, es la segunda generación de puestos de trabajo formales más baja en los últimos 12 años, solo después de 2020 por la pandemia, sostiene la organización México, ¿cómo vamos?
Del Castillo observa que si bien esto muestra la precarización en la generación de empleo formal, también existen factores que pueden favorecer al país si continúa la tendencia de relocalización de empresas. “Yo creo que de vuelta vendrá un periodo de definición estratégica de las compañías a nivel global, sobre cómo y dónde posicionarse, cómo atacar estos mercados clave. Como ha ocurrido en otras ocasiones, es ahí en donde México se podrá apalancar”, detalla el directivo, quien coincide con Flores en que aún el reto en el país consiste en reducir el porcentaje de informalidad.
Parece contradictorio que en un país en el que el empleo no crece al ritmo de 100,000 nuevos puestos mensuales como escenario idóneo, según México, ¿cómo vamos?, y en el que hay previsión de las empresas por contratar, no se encuentre al candidato adecuado. “También es importante ver qué tan fácil o no es para las empresas encontrar el talento que se requiere para su estrategia de negocios, para su plan de innovación o de crecimiento”, enfatiza Flores, quien añade que en 2025 se registra un 70% de empresas que no encuentran candidatos, el dato más alto de los últimos cuatro años.
La ejecutiva de ManpowerGroup comenta que muchas personas no tienen las habilidades que actualmente se requieren para ser contratadas, aunque también las empresas deben volverse más abiertas a la hora de reclutar. “Ya lo relativo a los títulos y los doctorados en la mayoría de las áreas pierde peso y aumenta el de las soft skills, porque buscamos personas que estén dispuestas a seguir aprendiendo todo el tiempo; el mundo va cambiando más rápido que nunca”, dice.
Para Flores, los candidatos deben desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, resiliencia, influencia social, creatividad, motivación, alfabetización tecnológica, escucha activa y empatía, curiosidad, orientación al servicio y gestión de talento; pero también capacitarse ante la posibilidad de que, en los próximos cinco años, las vacantes se relacionen en su mayoría con la inteligencia artificial, con ingenieros financieros, especialistas en big data, desarrolladores, ciberseguridad, almacenamiento y depuración de datos, y todo lo relacionado con vehículos autónomos y eléctricos.
“Aunque no lo creas, las cinco carreras con la matrícula más alta en México siguen siendo derecho, administración de empresas, ingeniería industrial, contabilidad y psicología, imagínate, esas desde 2014”, sostiene Del Castillo. “Entonces, en un trabajo que se haga conjunto entre el gobierno, las empresas y los institutos de educación, yo creo que tendríamos que empujar para que también esas ventanas se abran”, detalla el especialista de Adecco, quien recomienda que la orientación vocacional debe dirigirse hacia las áreas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Hoy, México tiene una ventaja, agrega Flores, y es la juventud, que contrarresta la incertidumbre macroeconómica y geopolítica que afecta la creación del empleo formal. “Tenemos graves retos, como la informalidad, la falta de desarrollo de habilidades que hoy se requieren y la poca sofisticación en nuestros sistemas educativos. ¿Por qué es una desventaja? Porque el cliente, las empresas y los mercados son cada vez más sofisticados y requieren habilidades cada vez más complejas”.
Tanto Flores como Del Castillo afirman que esta problemática no es inherente al gobierno, sino que se debe resolver en conjunto con las empresas y la academia. Al final, forma parte de esos desafíos estructurales que persisten, como la informalidad. Por otro lado, mientras exista la promesa de crecimiento y las inversiones en el país se cumplan, habrá requerimientos de puestos de trabajo que abonen a mantener el empleo estable, pero no en aumento considerable, como se requiere.
¿La IA hará que nos olvidemos de operaciones básicas como sumar? ¿Qué nuevas o viejas habilidades tenemos que fortalecer? Hablamos de cómo perder el miedo a la inteligencia artificial con Guillermo de Haro, vicedecano de IE University.
i hablamos de inteligencia artificial y empleo, lo primero que viene a la mente es el miedo a la posible pérdida de puestos de trabajo y la precarización que podría generar. Para Guillermo de Haro, vicedecano de la española IE University, debemos mirar más al pasado para entender el presente y, sobre todo, tener la curiosidad de aprender lo nuevo.
Ingeniero en telecomunicaciones, con un doctorado en ingeniería y otro en economía y autor de libros como Corleone Business School, De Haro plantea un ‘plan de estudios’ que abarca la historia, la filosofía, habilidades blandas, además de técnicas, para entender una tecnología que puede ser muy útil. “Quien no la use, se quedará atrás. Hay varios estudios que demuestran que, cuando determinados profesionales utilizan IA, su productividad sube dramáticamente”, explica. “Pero a varios de ellos, cuando se la quitas, ya no saben hacer las cosas. El buen profesional que sabe cómo aprovechar la IA, cuando se la quitas, sigue siendo un buen profesional”.
Expansión:
¿Debemos tener miedo a la IA?
Guillermo de Haro:
Lo que está pasando con la IA ya ha pasado con otras tecnologías, por ejemplo, con Excel. Había una gráfica muy interesante que ponía la cantidad de contadores que existían en Estados Unidos hasta la aparición de las hojas de cálculo. La primera fue VisiCalc y, por esas fechas, había unos dos millones de empleos relacionados con la contabilidad. Con la aparición de las hojas de cálculo, y, sobre todo, con Lotus 1-2-3 y después con Excel, la cifra cayó hasta prácticamente la mitad. Claro, tú ves esto y dices: “Es una locura, apareció una nueva tecnología y desaparece la mitad de los empleos”. Lo que ocurrió fue que de repente aparecieron empleos que no existían, y analistas financieros que. gracias a Excel, podían crear más valor. Y esos puestos de nueva creación y más valor, y los contadores que quedaron sumaban una cantidad mayor a la de antes. Esto ha ocurrido en todas las tecnologías, el problema está en la transición entre la caída de unos empleos y la llegada de otros.
¿Qué es lo que tenemos que hacer con la IA? Formarnos. La sensación que le está dando a todo el mundo la IA es que no hace falta aprender nada, la IA lo va a hacer todo, solo se lo tengo que pedir. Eso quizás es algo que no ocurría con otras tecnologías, antes había que aprender a utilizar Excel. Ahora parece que digo lo que quiero hacer con un audio, que se transforma en texto, que se convierte en instrucciones y va a hacer todo lo que yo quiero. Eso no es cierto, sigue siendo necesario el conocimiento. Si tienes el conocimiento, la IA te da superpoderes. Pero tienes que saber revisar, interpretar, y eso lo tienes que adquirir.
E:
¿Por dónde habría que empezar para no quedarse atrás?
GDH:
Lo primero que hay que hacer es tener curiosidad y, lo segundo, leer Expansión (risas). Toda la gente que tiene la curiosidad y el interés va a encontrar fácilmente herramientas para empezar. Hay foros en los que se puede ver cómo utilizarla por áreas más específicas como recursos humanos, marketing, etcétera. Esto está siendo una revolución, como pudo ser en su momento internet. Hay muchas herramientas con un modelo gratuito o freemium en el que se pueden ir practicando con determinadas cosas para ver cómo incorporarlas en nuestro día a día. Y hay que entender que no tiene por qué transformar todo. El mundo del cine, que era muy analógico, parecía que iba a desaparecer con la llegada de la televisión y el internet, y se adaptó; se adaptaron partes del proceso y otras siguieron siendo igual.
E:
¿Nos falta mirar hacia esos nuevos trabajos que serán los empleos del futuro y en los que nos deberíamos estar formando?
GDH:
Totalmente. De hecho, igual que cuando aparecieron YouTube y los influencers con las redes sociales, que de repente generó una dura pugna con los futbolistas cuando le preguntas a un niño qué quiere ser, van a aparecer profesiones relacionadas con la IA y su uso. Igual que cuando llegaron los buscadores, si tú querías aparecer bien posicionado, te tenías que volver un experto en Search Engine Optimization (SEO), ahora ya se está hablando de que aparecerán expertos en el famoso prompting, en ingeniería, en cómo darle las instrucciones a la app.
Y se van a transformar otros puestos. Quizá, más que puestos, yo estoy de acuerdo con los investigadores que dicen que no es que el director de marketing vaya a desaparecer, sino que dentro de las 10 tareas del puesto, hay unas que van a desaparecer o van a ser diferentes. Y, de nuevo, esto ya nos ha ocurrido. Hay un libro maravilloso de Umberto Eco sobre cómo escribir una tesis doctoral (Cómo se hace una tesis, de 1977). Pero, claro, ese libro te dice que hagas fichas de los libros que lees y guardes las fichas en papel. Para los que hemos hecho las tesis en la época de internet, queda muy anacrónico, pero el proceso es el mismo: tú tienes que aprender, para aprender vas a leer o vas a documentarte y tienes que llevar un registro de documentación. Eso no ha cambiado, lo han hecho las herramientas en el proceso y, sobre todo, la velocidad porque, ahora, a golpe de clic, accedes a un PDF y puedes leerlo.
Y yo creo también que un poquito del miedo viene de la situación geopolítica, estamos en un momento en que el mundo está cambiando de manera radical. Y, en medio de todo eso, está empezando a cambiar la tecnología. Hay muchísima incertidumbre. Una disciplina que ayuda bastante puede ser la filosofía estoica, para intentar entender qué puedo controlar y qué no. O el CPS, la resolución de problemas complejos, que te ayuda a resolver problemas que no han existido, a los que no te has enfrentado nunca antes.
E:
¿Cómo navegamos entonces esta incertidumbre?
GDH:
Una de las cosas que recomiendo siempre es leer sobre el pasado porque tranquiliza mucho saber que esto ha ocurrido antes a otras personas. Isaac Asimov escribió mucho sobre IA en los años 60, 70 y 80, y muchas de esas cosas las ves hoy. Tiene un cuentecito, ‘Sensación de poder’, que trataba de una civilización muy avanzada que estaba en guerra con otra y que tenían todas las máquinas con IA y, de repente, un científico descubrió algo increíble e inimaginable: que uno más uno era igual a dos. ¡Porque se les había olvidado sumar! Nadie sumaba porque ya todo lo hacía la IA. Lees ese cuento escrito en 1958 y es lo que se está discutiendo ahora. Es que estas preocupaciones ya las tenía el hombre cuando aparecieron las primeras computadoras.
E:
¿Y qué habilidades tenemos que aprender para estar preparados?
GDH:
Las habilidades de negociación, de pensamiento crítico, las de comunicación siguen siendo importantísimas. En general, los seres humanos estamos aquí porque aprendimos a resolver problemas; las empresas o nuestros clientes nos pagan porque resolvemos problemas, yo a mis alumnos lo que les tengo que enseñar es a resolver problemas. Algunas habilidades cambiarán en el sentido de que, si aparecen nuevas herramientas, aprenderlas te va a ayudar. Y, probablemente, si son herramientas que te permiten ser más eficiente, si no las utilizas, notarás que te vas quedando atrás y tendrás que ponerte al día o buscar otras áreas para seguir teniendo un lugar en la economía.
Y, claro, cómo hacer negocios, los conceptos básicos de cómo funcionan las empresas siguen siendo importante. Estudiar política, relaciones internacionales, humanidades… parece una tontería, pero las humanidades nos ayudan a entender por qué la gente hace las cosas y cómo toma decisiones y esto es otra cosa que necesitan las empresas para vender, para desarrollar productos. Y las tecnologías, las ingenierías, el saber de la técnica, de programación, análisis de datos… En este mundo en el que cada vez hay más datos, esto se puede hacer al nivel de aprender programación y matemáticas más avanzadas o con una hoja de Excel y entendiendo cuatro conceptos claros.
¿Han cambiado la forma y los motivadores de buscar trabajo? Cédric Trantoul, director general para México & USA de Morgan Philips Group, comparte reflexiones para buscar un nuevo empleo.
REDES.
“La IA ha cambiado la industria de reclutamiento, en realidad, todas las industrias, quieran o no. Antes, las empresas iban a ver a un headhunter para atraer talento porque era quien tenía este poder de networking, y eso era lo que comprabas, el networking. Las cosas cambiaron con la llegada de las bases de datos de empleo. La relación de poder empezó a modificarse, aunque las empresas seguían necesitando al headhunter, sobre todo para las posiciones confidenciales y muy técnicas.
Y después llegaron las redes sociales. Las redes sociales lo cambiaron todo. ¿Por qué? Porque la red social es una manera de comunicar y de comunicarse. Cuando tú antes subías tu CV a una página de base de datos (como OCC) o envías un e-mail al headhunter, este te contestaba o no. Y la información en la base de datos a veces caduca. En las redes sociales es instantáneo. Hablamos, sobre todo, de Facebook, que es una red social donde hoy mucha gente busca trabajo, hasta la generación Z. Se busca mucho trabajo en Facebook, porque es una red donde está tu comunidad, tu relación de confianza. Hoy, donde las empresas tienen que estar para atraer el talento o donde el talento tiene que estar para ver una vacante es en las redes sociales, LinkedIn, en Facebook.
La primera ventaja competitiva de LinkedIn se llama la actualización de data. El problema de todas las bases de datos es que, cuando tú encuentras trabajo, no actualizas tu información. En LinkedIn, pues siempre vas a actualizar tu perfil porque tú quieres decir que profesionalmente estás creciendo y que estás cambiando de trabajo y, sin darte cuenta, das mucha información al headhunter o a las empresas que te van a querer contactar. LinkedIn acentuó el poder del candidato. Y es como Instagram, siempre presentas lo mejor de ti”.
HABILIDADES.
“Antes, lo que más se evaluaba en un candidato era el conocimiento técnico, qué es lo que sabes; hoy no. Hoy, el conocimiento técnico sí es importante, pero es lo menos importante. ¿Por qué? Porque todo se puede aprender. Antes, el contador se vendía como el mejor contador, hoy, contrato a una persona que es buena en contabilidad, pero muy buena para aprender y con mucho potencial. Los reclutadores, más allá de garantizar que una persona es buena técnicamente, evalúa sus competencias, sus soft skills. A mí, un cliente nunca me ha llamado para decirme que ha despedido a una persona porque era mala, sino que lo hace porque no se integró en la cultura, no está comunicando bien a sus equipos o clientes o ya no entiendo bien sus responsabilidades. La principal razón de renuncia en México es algún problema personal, o algún problema con su jefe o colaboradores o con la cultura de la empresa. Lo último que te dicen es que se van porque sienten que no están bien pagados”.
PREPÁRATE.
“Hay una falta de talento, pero la tecnología hace que suban los candidatos. Tienes que prepararte, preguntarte cuáles son tus competencias fuertes, que son las que vas a poner en tu perfil, pero además vas a empezar a conocerte. Y cuando vas a una entrevista, el entrevistador va a ver a una persona motivada, preparada. Los reclutadores se fijan en qué sabes de la empresa, si investigaste. La tecnología permite cada vez más evaluar mejor a los candidatos y eso hace que hoy la decisión no sea emocional, sino racional a través de la data”.
DE SUELDOS Y EMPLEO.
“Cuando vas a una entrevista de trabajo y saben que no tienes trabajo, tu capacidad de negociación es menor. La pregunta es: ¿qué es más importante, el sueldo o el trabajo? Hay que tener en cuenta que las empresas al contratar tienen un rango salarial, el objetivo de quien recluta no es bajar el sueldo de quien no tiene trabajo, pero, obviamente, si el candidato llega y dice: ‘No tengo chamba y quiero ganar 25% más’, al final, se pone la soga al cuello. Una respuesta a la pregunta de cuánto quieres ganar puede ser: a partir de lo que tengo. Hay mucha gente que dice que quiere 25% más, pero ¿por qué ese 25%? Y responden que por el riesgo del cambio del trabajo, porque la posición es con más responsabilidad y entonces hay que ganar más. Lo que olvidamos al final es que el objetivo de entrar en esta compañía es hacer un win-win. La duda que va a tener la compañía es si estás motivado. Más, cuando estás desempleado, que la empresa puede dudar si realmente quieres ese trabajo o estás ahí porque lo necesitas y, una vez que lo tengas, vas a seguir buscando otro que sí corresponda a lo que querías”.
Con las empresas dispuestas a invertir en formación de sus equipos, las habilidades blandas hacen la diferencia en la búsqueda.
os últimos cinco años han estado atravesados por cambios abruptos y profundos. Desde 2020, con la pandemia, empresas y empleados redefinieron prioridades y formas de trabajar; a ello se sumaron cambios económicos y geopolíticos que han generado una fuerte incertidumbre laboral. “Hoy, 49% del talento confía en que no perderá su empleo. Es decir, que solo la mitad se siente segura, lo que implica empezar a preparar tu CV y hacer una búsqueda proactiva en redes sociales”, asegura Elizabeth Paullada, Managing Director en México de Page Group.
La directiva asegura que hoy más que nunca la mitad del peso del perfil como futuro empleado tiene que ver con las habilidades blandas. También señala que, con el uso de las redes sociales, muchos perfiles llegan sobrevendidos con una marca personal que luego se desinfla. “Yo soy promarca personal, pero hay que trabajar el fondo y la forma”, recomienda.
Expansión:
¿Qué habilidades blandas buscan más las empresas?
Elizabeth Paullada:
En general, cuando digo que 50% es una parte técnica y otro 50%, habilidades blandas, también va a depender muchísimo del tipo de posición y área. No es lo mismo lo que le van a pedir a un financiero que a un comercial o un director general. Lo que podemos ver hoy es que la inteligencia emocional orientada a las habilidades de gerencia está tomando mucha fuerza, pues estamos en un ecosistema más complejo y el ambiente multigeneracional te reta como líder en nuevas cosas, entre ellas, cómo converso con un centennial, a la vez que retengo al baby boomer. Por eso, las habilidades de inteligencia emocional, comunicación asertiva y empatía están sumamente valoradas. Y, de hecho, las marcas empleadoras crean como oferta de valor también esta huella en su liderazgo o en su cultura organizacional, donde se preocupan por este lado emocional.
Otro punto importante es que el 52% de las personas está en búsqueda activa, todos los días mueve su currículum en muchas plataformas y hoy la ventaja o desventaja para la retención es que con la inteligencia artificial y todos los algoritmos que existen, con una vez que entres [a alguna plataforma, bolsa de empleo o red social] a ver cómo está el mercado, recurrentemente te van a llegar posiciones a tu correo, a tus redes sociales. Es un mercado muy dinámico y por eso también las empresas están con este reto enorme de la retención a largo plazo del talento.
E:
¿Las compañías han cambiado sus requisitos en sus necesidades de talento?
EP:
La diversidad e inclusión es una tendencia mundial. El CV normalmente va ciego, sin datos de universidad, edad, sexo.... El reclutamiento está mutando genuinamente, y digo genuinamente porque te diría que, en los últimos cinco años, veo la agenda más contundente a un reclutamiento sin sesgos. Y esto implica temas de edad, inclusión de generaciones de arriba de 60 años, por ejemplo, posiciones que siempre habían sido ocupadas por hombres que por primera vez sean ocupadas por mujeres. Adicional al tema de habilidades blandas. Y no es que lo técnico pierda fuerza, pero hoy las compañías están dispuestas a pagar por mejorar la parte técnica, es decir, a invertir en capacitación.
E:
¿Cuál sería para ti el perfil perfecto?
EP:
Cada perfil o cada requerimiento es distinto. Para mí, el candidato perfecto sería uno que es coherente entre su marca personal versus su contenido real y ejecución real en una línea de valores. Yo, como compañía, y hablo cuando estamos buscando un perfil para un cliente, hay una línea de valores que cuando hace el clic perfecto para mí es maravilloso, hablo de valores de mediano y largo plazo, de ambición, futuro, lealtad, porque hay un tema importante de rotación y retención. La lealtad hoy es un poco más complejo evaluarla, porque antes quizás en nuestra generación o generaciones previas se valoraba mucho estar 15 o 20 años en una compañía y ahora ya no es lo primero que ves en un CV, pero sí buscas cierta estabilidad en la persona y también la comunicación asertiva. Y te diría que hay un punto que he aprendido a valorar, que es esta capacidad de transmitir tranquilidad, y más en las posiciones de liderazgo, para poder manejar contextos de incertidumbre. Eso es muy valorado por las compañías, el temple para actuar con la cabeza fría, inteligencia emocional, porque, independientemente de la tecnología y de la inteligencia artificial, estamos viviendo en un contexto económico y político complejo que nos pone contra la pared en la toma de decisiones.
E:
¿Detectas una brecha entre las necesidades de talento y las habilidades de quienes buscan empleo?
EP:
Sí, hay una… no es una desconexión per se, yo lo interpretaría quizás como que yo, como compañía, hago mi wish list, quiero este perfil con estas cualidades, y cuando empezamos a buscar, a entrevistar al talento, te das cuenta de que no es un match 100%. Pero hay una cosa que es real, que hoy las empresas están dispuestas a invertir en las brechas que son invertibles, es decir, si te falta cierto nivel de cierta habilidad técnica. Y puede ser que en algunas áreas donde México como país está un poco más por detrás, que puede ser talento en tecnología, haya esta desconexión de lo que requiere una compañía versus la oferta técnica que puede tener el mercado.
E:
¿Qué recomendarías estudiar a quienes están estudiando o iniciando su carrera?
EP:
Dentro de 10 años, van a existir el 50% de las opciones que existen hoy, es decir que el 50% de las opciones del mercado van a ser absolutamente nuevas. Eso está ligado a la oferta educativa que hay ahora para los jóvenes, y yo he tenido paneles con las universidades aquí en México donde se discute si las carreras tienen que ser más cortas, por ejemplo, y que sean más especializaciones de un año, de dos años, que te ayuden a enfrentarte al mundo. Si hoy contesto esta pregunta con la información que tengo y cómo veo el mercado, las posiciones que están relacionadas a data, a análisis de datos, en cualquier área de negocio, están siendo muy demandadas. Y, obviamente, a nivel dirección, estas posiciones son muy nuevas, son personas que a lo mejor están abriendo brecha con el título y que realmente todavía no lo cumplen al 100%, pero están creando el precedente porque esta posición es relativamente nueva. El análisis de datos es importante porque con toda la información que hay hoy en redes, con la inteligencia artificial, la forma que puedes perfilar tu producto, tu consumidor, es absolutamente increíble. Entonces, entre más sepas de tecnología y de datos, mejores decisiones de negocio vas a tomar.
DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB Nayeli Araujo / EDITOR DE FOTOGRAFÍA Diego Alvarez / COORDINADORA DE FOTOGRAFÍA Betina García