Si le preguntas a Diego Alfaro si se considera un “hombre deconstruido” te responderá con un rotundo no, porque ni siquiera cree que exista ese hombre. El proceso de desaprender es largo y nunca es lineal, al contrario, es un camino que a veces va cuesta arriba, a veces desciende a toda velocidad, otras es apacible, de pronto da giros inesperados y, en muchas ocasiones, parece llegar a callejones sin salida en los que no queda de otra más que observar, reflexionar y soltar. “Es todavía más difícil tratar de tumbar todas esas fronteras y barreras tan toscas de la masculinidad tradicional que todos tenemos muy arraigadas”.

Pero el camino es largo y lleno de sorpresas. Por eso no le gusta hablar de una imagen ideal del hombre deconstruido, “sería muy arrogante decir: ‘yo soy ese hombre’. A mí no me pongan esa responsabilidad, no lo soy, yo también estoy perdido”.

Tan perdido que cada semana, en Bruto, el podcast que creó y conduce, pide ayuda a una persona distinta. A gente que pueda darle luces nuevas a temas complejos, a quienes poder preguntar sus dudas genuinas y escuchar con atención para comprender mejor las realidades ajenas y, sobre todo, con quien sentirse libre de cuestionarse a sí mismo sin ser juzgado.

Y es que, en su experiencia, la clave para iniciar el camino de desaprender es ese: cuestionarse. ¿Qué es ser hombre? ¿Tienes que ser James Bond? ¿Qué casillas debes llenar para serlo? ¿Ser hombre implica convertirse en un superhéroe de televisión? ¿Qué tanto juegan esos estereotipos en tu vida? ¿Esos roles de género te los impone la sociedad o tú te obligas a ti mismo a seguirlos? ¿Por qué? “Cuestionarse el por qué de las cosas es el momento más difícil”, afirma Diego con calma y con un tono de voz que delata que no solo lo dice a quienes lo escuchamos, también se lo dice a él mismo constantemente. “Muchas veces al cuestionarte y darte cuenta, te enfrentas con ciertas actitudes o ciertos actos que no han sido los mejores de tu parte y hay mucho dolor, mucha vergüenza, mucho arrepentimiento quizás. Pero es parte del proceso”.

Una parte importante del proceso de cuestionarse es cómo cambia tu entorno social, a veces familiar. Diego Alfaro lo cuenta como algo normal, pues no todas las personas van a estar en la misma sintonía, pero este proceso para nada incluye obligar a otros hombres a cambiar, sino aprender en conjunto y construir una masculinidad propia, “una masculinidad como tú quieras mientras no lastimes a nadie y no te lastimes a ti mismo”.

Y sí, es normal querer cuestionar a amigos y familiares, sobre todo al inicio, en parte porque todas esas preguntas están gestándose dentro y se busca “trepar al barco” a la mayor cantidad de personas posible, pero finalmente es un proceso muy individual.

“Me di cuenta de que la conversación no debe conducirse a través del regaño, sino a través del cuestionamiento. Por ejemplo, cuando escuchas algún comentario de algún familiar o de algún amigo no va el: ‘Oye, no digas eso’, sino más bien un: ‘¿Por qué dijiste eso?’, y empezar a platicarlo y a profundizar”.

Sin duda, para Diego lo principal y más importante en el futuro próximo es continuar con Bruto, porque es un proyecto al que todavía le queda un camino largo por recorrer para seguir aprendiendo, preguntando y divirtiéndose.

Pero eso sí, el conductor, actor y creador de contenido no descarta comenzar a escribir sobre su proceso y que sus aprendizajes se transformen en un libro perfilado a las masculinidades basado en todo lo que ha investigado y leído, así como las entrevistas que ha hecho para el podcast (¡y las que se vienen!). Es decir, este libro sería algo así como un hermano de Bruto, que es su bebé, para llegar a más hombres.

Y si este 2025 fue el año que lo retó a salir de su zona de confort (desde jugar beisbol y entrenar boxeo, hasta nadar con orcas y dejar de beber alcohol), el próximo lo está llamando de una manera especial a retomar pasiones pausadas: desde la actuación, hasta la comedia y stand-up. “Este año decidí empezar a moverme más a zonas no tan cómodas y vivirlas con mentalidad amateur, sin juzgarme y aprender, y eso va a seguir siendo así el próximo año”. Porque si de aprender, jugar, cuestionarse y soltar aprendizajes obsoletos y pesados se trata, Diego ya lleva un buen camino recorrido, pero ya encarrerado ¿cómo no querer seguir transformándose?