Ocotlán, Jalisco fue la tierra que vio nacer a Julio González, quien a los 17 años empezó a hacer tequila en Atotonilco, Jalisco. A pesar de haber empezado a comercializar su tequila en los años 40, no fue sino hasta los 80 que creó la marca Don Julio, después de años de aprendizaje, perfeccionamiento y trabajo duro.

Don Julio González se retiró del negocio a inicios de los 2000 y murió en 2012, sin embargo dejó un legado de esfuerzo y dedicación invaluable. Él no cursó estudios profesionales, sin embargo, conocía muy bien el agave y supo cómo crear un tequila de alta calidad que hoy es reconocido en todo el mundo como uno de los mejores espirituosos.

Desde sus inicios, Don Julio se caracterizó por darle mayor prioridad a la calidad que a la cantidad. Su pasión por el detalle, lo llevó a plantar cada agave en un espacio ideal para crecer y madurar antes de ser cosechado. Bajo un proceso totalmente artesanal seleccionaba sólo las porciones de las piñas más jugosas para después cocinarlas por 72 horas. Es de este modo que Don Julio mantenía una calidad y un sabor perfectos. Esa misma pasión sigue viva hoy, bajo su legado.

Don Julio siempre se rodeó de gente trabajadora y de jimadores que amaban el agave tanto como él. Poco a poco y trabajando siempre bajo pilares sólidos de unión, trabajo duro y esfuerzo, crearon una familia que llegó lejos gracias a su gran pasión tequilera.

En la actualidad, Don Julio forma parte del portafolio de bebidas de Diageo, quien se ha encargado desde hace varias décadas de seguir poniendo el alto el nombre de México y el de Don Julio González, a través de un tequila de alta gama con un sabor inigualable y calidad única.