10 despachos
innovadores

Por Diana Zavala

Los muros que nos resguardan, los asfaltos sobre los que caminamos y los sitios que habitamos parecen ser permanentes. Mientras el mundo se mueve alrededor, el concreto se queda estático, como si no percibiera el tiempo. Pero no es así.

El pensamiento detrás de los trazos que componen las ciudades siempre busca evolucionar para adaptarse a las necesidades de las personas. Si ellas cambian, la arquitectura también. Y a veces, va incluso un paso por delante para estar lista ante los embates del futuro, como la pandemia. Martha Thorne, directora del Premio Pritzker, conocido como el “Nobel de la arquitectura”, atestigua esta transformación, tanto de las nuevas costumbres y las problemáticas sociales, como de la conceptualización del diseño. En entrevista con Obras tras la entrega del galardón este 2021, la arquitecta y académica dijo “que se crea y se reconoce de acuerdo al momento histórico que se vive”.

En los primeros años de la fundación del premio, “se buscaban héroes y artistas. Se destacaban obras icónicas, que llamaban la atención, que eran fáciles de recordar”, explicó. Pero en la actualidad, hay mayor inquietud por resolver temas sociales y estar al servicio de las personas. El cambio se llevó a cabo a través de la innovación. El proceso de cambiar e introducir novedades para crear nuevas realidades con la arquitectura es tan variado como los pensamientos que las crean. Hoy, más que nunca, con las modificaciones en la manera en la que se vive, es importante poner atención en las personas que trabajan para mejorar e ir un paso más allá.




SPACE,
diseño en el futuro

JUAN CARLOS
BAUMGARTNER,
FUNDADOR DE SPACE

¿Qué pasaría si se replantea la arquitectura y se piensa en ella como parte del ser humano? ¿Si en lugar de sólo resolver las necesidades del presente, se va mucho más allá en el tiempo? El arquitecto Juan Carlos Baumgartner ha creado las respuestas a estas preguntas con su despacho spAce.

“La arquitectura tiene una relevancia en los comportamientos, en la vida y en el bienestar de las personas, que en muchas ocasiones se ha visto de manera muy superficial, y nos hemos dedicado mucho a entender cómo el espacio es parte de tu vida. Pero estamos convencidos de que los humanos somos el espacio. La neurociencia ha demostrado que el espacio es parte del proceso cognitivo, no es una cosa ajena que te influye, eres tú”, explica.

Esta idea sobre la arquitectura ha regido la carrera del socio y director del estudio, quien también se ha especializado en futurismo y neurociencia para transmitir, a través de sus obras, esta unidad entre las personas y su entorno, así como sus beneficios.

Para lograrlo, creó un despacho multidisciplinar en el que no solo se trabaja con la arquitectura. En su equipo también hay personas especializadas en branding, psicología, filosofía y futurología. Con esta idea, el arquitecto decidió especializarse en las oficinas. “Hasta hace poco, la mayoría de los adultos pasaba toda su vida en una oficina. Sin embargo, por muchas décadas el diseño de oficina había sido relegado, olvidado”, dice. Pero al inicio, su propuesta no fue aceptada.

El despacho incursionó en el sector de oficinas para brindar bienestar en uno de los espacios más ocupados por las personas.


Hace 20 años, cuando la firma abrió sus oficinas en México, las empresas no entendían por qué los espacios corporativos debían ser más abiertos, divertidos y con fomento a la convivencia, unas tendencias a las que se adelantó y que después se implementaron en las compañías más importantes del mundo. “Hace más o menos 15 años me fui a estudiar al Instituto del Futuro en Palo Alto, California, porque diseñar es predecir futuros. El proceso normal de arquitectura ve mucho más para atrás que para adelante y no puedes manejar un coche a 150 kilómetros por hora viendo el espejo retrovisor”, cuenta.

Al llegar la pandemia, esta visión hacia adelante lo llevó a verificar que sus espacios funcionen en la “nueva normalidad”, y también a analizar que el camino por el que transitan es el correcto. Durante el primer año de la pandemia, su trabajo fue más allá del diseño: creó talleres con sus clientes sobre trend forecasting (pronóstico de tendencias), y desarrolló un nuevo proyecto bajo una teoría llamada Spaces of Awe, que busca reconfigurar el cerebro de las personas con respecto a cómo perciben el exterior.

“A través del diseño puedes reducir la actividad del córtex pre frontal brindando espacios de flow o conciencia plena. La gente se vuelve más empática y favorece las relaciones sociales”, dice Baumgartner. El arquitecto explica que esta sensación de asombro y temor es producida por la naturaleza, por lo que sus diseños toman los elementos que la caracterizan, y que la mente traduce en beneficios, como la ausencia de líneas rectas y ángulos de 90 grados, así como diseño fractal y sección áurea.


Fernanda Canales,
la arquitectura fuera de los muros

FERNANDA
CANALES

Cuando el nombre Fernanda Canales aparece, es difícil limitar el pensamiento a una arquitectura que se percibe sólo a través de los muros y diseños. Su labor ha ido más allá y se ha trasladado a libros, aulas e ideales que han permitido imaginar ciudades enteras a través de sus palabras.

Para ella —a la que siempre la acompaña la frase “la nueva cara de la arquitectura mexicana”—, el diseño apenas comienza con los muros que planifica. Busca que los espacios que construye influyan hacia el exterior y mejoren el sitio en donde se ubican. “Cada vez me interesa más que la arquitectura sorprenda, no por sus formas ni materiales, sino por las posibilidades de uso que permite, por lo que puede hacer para mejorar la vida de las personas. Cada vez me importa más lo que pasa con la arquitectura a su alrededor, no solo la arquitectura para los que viven adentro, sino sobre todo para los que están afuera”, explica.

Su trabajo consiste en una permanente innovación en busca de mejoras, tanto para las personas que habitan sus espacios y que conviven a su alrededor como para la sociedad en general. “Innovar es pensar las cosas de otra forma. Hacer lo impensable. Mis diseños buscan no reproducir errores, intento actualizar formas de vida y formas construidas”, comenta.

Por ello, no ve las novedades, como el uso de tecnologías, como un fin en sí mismo, sino como algo que surge del pensamiento y permite propuestas inesperadas. “Cuando hago un proyecto, busco proponer nuevas formas de relación entre la arquitectura, el paisaje y las personas”. Sus ideas se pueden ver en obras como el Centro Cultural Elena Garro, uno de sus proyectos más conocidos. En él, logró una conexión de lo que sucede en el interior con la vida a pie de calle, a través de un cristal que transparenta la actividad, manteniendo el respeto a una casona del siglo XX en la alcaldía Coyoacán.

Casa Bruma, 2017


Sus propuestas no sólo se pueden ver y tocar, también se pueden leer. Fernanda Canales se ha caracterizado por plasmar sus planteamientos en textos como ‘Vivienda colectiva en México: El derecho a la arquitectura’, ‘Arquitectura en México, 199-2010’, ‘La construcción de la modernidad’, y el más reciente ‘Estructuras compartidas - espacios privados: Vivienda en México’. En su último libro “explora la relación entre ideas y casas, el espacio que hay entre habitaciones, personas y ciudades; ese espacio que se concreta primero en un dibujo y que acaba por definir la vida de todos”, dice su página web.

“Sin duda, sería útil crear estructuras cambiantes (ligeras y económicas) que permitan extender el espacio interior hacia afuera para generar un uso más eficiente y una interacción más espontánea con estructuras obsoletas y con nuestro entorno”, concluye la arquitecta.

CASA TERRENO, 2018


Michel Rojkind,
el cuestionamiento para evolucionar

Michel Rojkind,
fundador de Rojkind Arquitectos

“Innovar es tener la capacidad de escuchar y observar qué es lo que está pasando socialmente”, dice Michel Rojkind. Esta es la filosofía que ha dictado el trabajo en su despacho y las obras que ha construído.

Para él, la transformación comienza mucho antes de poner en papel el proyecto que está por realizar. Cuando se encuentra frente a un nuevo plan, da un paso hacia atrás para cuestionarlo todo. “No solo nos interesa cumplir y tener la estrellita. Nos interesa sentarnos con el cliente y preguntar si está bien reformulada la pregunta sobre qué es lo que necesita el lugar. Se empieza a diseñar a partir del pensamiento”, dice el arquitecto. explica.

El resultado de estas preguntas, y su vocación de que la construcción es un catalizador social, traza el camino para resolver desde las problemáticas más íntimas hasta las colectivas, a través de la arquitectura.

Durante la pandemia, las personas pasaron más tiempo dentro de su casa y lograron darse cuenta de que muchos de los estándares aplicados de manera general, en el pasado, complicaron la convivencia en el futuro. “Cuando hago una casa-habitación me gusta hablar con una persona para saber cómo son, no lo que quieren en la casa, sino cómo la viven. Deben tener, por ejemplo, un lugar en donde puedas tener un momento de melancolía o tristeza. Porque si uno no te diseña un espacio dentro de la casa en donde te puedas sentar a tener un momento de introspección, lo buscarás en otro lado”, ejemplifica Rojkind.

Foro Boca, 2017


Ummara, 2017


En la contingencia sanitaria también se revalorizaron los lugares al aire libre, que se convirtieron en puntos de convivencia sin abandonar la seguridad. La Cineteca Nacional, obra de Michel Rojkind, fue uno de estos sitios que permitió dar continuidad a la vida en comunidad y cultura. Su Foro al Aire Libre se reabrió el 12 de febrero con aforo reducido, pero las funciones se han mantenido llenas desde el primer fin de semana. “Las nuevas amenidades han convertido el campus en un espacio de reunión favorito no sólo para los aficionados al cine, sino también para los residentes y trabajadores de Xoco, que se han apropiado del espacio como si fuera su patio trasero”, describe el despacho en su página de internet.

Michel Rojkind cree que aún hay espacio para ir más allá y seguir cuestionándose. “¿Qué hubiera pasado si la Cineteca Nacional pudiera iluminar todo el pueblo de Xoco de forma gratuita? Porque pudo haber sido un centro de captación energética solar con ese techo, pero no se hace porque no hay incentivos del gobierno”, detalla.

Otro de los ejemplos de la innovación que practica el despacho de arquitectura fue el Museo del Chocolate. El cliente, la empresa Nestlé, quería crear un recorrido dentro de la fábrica para que los niños pudieran visitarla. Sin embargo, se realizó un análisis no sólo de la ubicación, sino del contexto del país. “Llegamos con investigación y les dijimos que no había un museo del chocolate en México, ¿por qué esperar a que el gobierno lo haga? ¿Por qué no lo hacemos juntos? Y lo logramos. Pudimos hacer que una empresa transnacional le diera algo a México: cultura”, comenta el arquitecto.

“Innovar es tener la capacidad de escuchar y observar qué es lo que está pasando socialmente”.


Tatiana Bilbao,
reformando el modelo social

Trabajar con las personas, y no para las personas, es una de las características de la metodología de la arquitecta Tatiana Bilbao, hoy un referente internacional. Mucha de su atención se ha centrado en proyectos de viviendas sociales o rurales en México y en el mundo, en donde ha innovado al ir un paso más allá de crear viviendas para tratar de mejorar la calidad de vida de sus habitantes. “Pensamos que esto es lo que quieren, pero ¿por qué no les preguntamos?”, fue el cuestionamiento detonante de uno de los proyectos más representativos para ella, dijo al New York Times en 2018.

Derivado de su pregunta, entrevistó a cientos de personas y reformuló su plan de construir casas a personas que se quedaron sin hogar en Ciudad Acuña, Coahuila, debido a un tornado ocurrido en 2015. Su propuesta fue observar cómo viven quienes autoconstruyen sus viviendas, por qué deciden distribuirlas así, qué necesidades buscan cumplir.

Al inicio, el modelo creado parecía contrario a lo habitual. En México se suelen ver viviendas en zonas marginadas con la parte superior inconclusa y, en ocasiones, con varillas expuestas y listas para continuar construyendo hacia arriba. Pero después de escuchar testimonios, la arquitecta Tatiana Bilbao se dio cuenta de que ahora las personas buscaban que sus casas se vieran terminadas. Los techos cambiaron a ser inclinados y la opción de ampliar el espacio se transformó en estructuras modulares que permiten el crecimiento en volumen.


Productora,
la arquitectura como un engranaje del cambio

Abel Perles, Carlos Bedoya,
Víctor Jaime y Wonne Ickx de Productora

Cuando el equipo de Productora —conformado por los arquitectos Abel Perles, Carlos Bedoya, Víctor Jaime y Wonne Ickx— observa un proyecto, lo hace a través de lentes con dos cristales: uno en el que ven a la arquitectura como un intermediario que posibilita el cambio y el cumplimiento de logros, y otro por el que la ven como una actividad de pensamiento crítico hacia la sociedad.

“Nuestra arquitectura trata de, a través de estrategias muy sencillas, lograr resolver todas las necesidades contemporáneas”, precisa el arquitecto Carlos Bedoya. “Es un engranaje más de la maquinaria que hace posible que las cosas funcionen para lograr ciertas situaciones de calidad, como espacios y bienestar en el entorno”.

Para lograrlo, el primer acercamiento que tienen con las obras es a través de una visión fresca, “casi inocente”, y observar todos los elementos que hay alrededor. De esta manera, el contexto es el que dicta pautas sobre cómo comenzar a diseñar y ser parte de la resolución de las problemáticas presentes.

A través de esta estrategia, el espacio de arquitectura logra innovar en cada proyecto que realiza, pero no necesariamente al transformar los espacios para hacerlos desde cero, “sino al generar desde nuestra perspectiva una visión nueva con relación a algo. Es replantear lo ya existente”, explica Carlos Bedoya.

Casa Bautista


Centro Cultural Comunitario
Teotitlán del Valle


Esta idea se ve plasmada en cada uno de sus proyectos, y uno de los más representativos para Productora se ubica en Cuernavaca. El arquitecto Isaac Broid invitó al despacho a colaborar en el diseño de un auditorio frente a la zona arqueológica de Teopanzolco en Morelos. “Nos pedían desarrollar el auditorio, pero terminó siendo un centro cultural. Y fue intentar no crear solo ese lugar, sino un espacio público al 100% para donarlo a la ciudad, ya que es difícil encontrarlo. Y gracias a ciertas técnicas arquitectónicas, como tener un techo inclinado que llegase al piso y se extendiera hacia la zona arqueológica, logramos crear un espacio totalmente caminable”, explica el arquitecto de Productora.

Al aplicar su observación sobre el contexto, el despacho de arquitectura constató que el potencial del proyecto no estaba en él mismo, sino en su relación con la zona arqueológica. “Lo que intentamos fue potenciar la relación entre el pasado y el presente para generar un diálogo que fortaleciera a ambos lados, tanto de la arquitectura contemporánea como la existente, y viceversa, por lo que la obra logra resignificar y revalorizar el pasado”.

“Nuestra arquitectura trata de lograr resolver todas las necesidades contemporáneas”.



BiosArqs,
innovar con menos

Brenda Guillén y Rolando Guillén de BiosArqs

BiosArqs se ha enfrentado a múltiples proyectos con recursos limitados. Pero no lo ve como un obstáculo. “Es un detonante para una buena arquitectura al alcance de todos”, explica la arquitecta Brenda Guillén.

La mayoría de sus obras se centran en viviendas rurales elaboradas con materiales básicos como la madera, el ladrillo y el concreto, pero que innovan por su tratamiento y por cómo los integran en parte de la estructura. “Expresamos, jugamos con la función y la forma en la integración de los procesos sociales que detonan un tema de diseño y la concepción espacial en conjunto con el usuario. El uso de materiales de la región, transformados con ecotecnologías a través del proceso de autoconstrucción asistida, logra un intercambio y una apropiación”, detalla el arquitecto Rolando Guillén.

Su despacho emplea un proceso de autoconstrucción asistida porque fomenta un intercambio. Con esta transferencia de capacidades, la firma de arquitectura estimula la diversificación de oficios y el mercado local.

“Esto ayuda a adoptar un enfoque sustentable a la región. Tiene en cuenta que el diseño es progresivo y fomentado a una evolución y transformación que va acorde a las necesidades y aspiraciones del usuario”, precisa Brenda Guillén.

Plano de Casa Melani


Además, el despacho fortalece las habilidades de los artesanos de la zona ligados a la construcción a través de talleres asistidos. También refuerza la autoestima social, necesaria principalmente en lugares de desastre.

Un ejemplo es Casa Melani, proyecto finalista de la categoría Vivienda Social Económica y de Interés Social de Obra del Año 2020, fue diseñada para una familia afectada por los sismos del 2017 en Cintalapa Chiapas. “Es nuestra obra favorita porque conjugó todos los saberes en una sola expresión. Hicimos mucho con poquito, logramos un trabajo fuerte con el usuario, una apropiación única porque emergió de los escombros como una ave fénix, porque además de responder a una necesidad social es un ejemplo de que aún cuando no queda nada se puede empezar de nuevo” agrega Rolando Guillén.

CASA MELANI



ADG,
el arte de la expresión

Alonso de Garay de Taller ADG

Para Alonso de Garay, la diversidad de la arquitectura y sus corrientes nacen de la expresión artística de quien la hace. “Los artistas expresan a través del arte su estilo de vida, su forma de pensar, su todo”, precisa el arquitecto.

Casa Izar, 2017


Al igual que la naturaleza del ser humano, el proceso y la visión del diseño está en constante cambio, aprendizaje, adaptación y resiliencia. En estos dos últimos pasos, es en el que se logra la innovación, al usar nuevos sistemas disponibles, herramientas, tecnología y técnicas de construcción que junto a la expresión de los autores, logran transformaciones en la obra y su entorno.

El resultado y la mejora vendrán de la manera en la que se tome lo que está a su disposición y lo transforme, explica el arquitecto fundador del despacho ADG. El arquitecto considera que buscan esta manera de hacerlo en todos sus proyectos, principalmente en cuanto a sustentabilidad. Para ello emplean técnicas novedosas como captación solar, ahorro de energía o de reciclaje de basura, que usan tecnología de punta y softwares. Sin embargo, su uso depende del presupuesto, por lo que se combina con sistemas pasivos que priorizan el uso de materiales locales y la orientación de acuerdo al clima.

“Usamos lo mismo que hay y que se ha usado en otras ocasiones, pero de forma distinta, para que funcionen mejor los edificios, corra mejor el viento, haya mejor luz, mejor temperatura o simplemente por buscar las orientaciones y generación de aire”, describe Alonso de Garay. Esta combinación se utilizó para el Estadio Alfredo Harp Helú, que realizó en colaboración con el arquitecto Francisco González - Pulido de FGP Atelier, y ganador de la categoría Edificación de Obra del Año 2020. El proyecto innovador logró que después de 50 años la Ciudad de México viera un recinto deportivo de su magnitud: 47,145 metros cuadrados y más de 20,000 asientos.

ESTADIO ALFREDO HARP HELÚ:
TALLER ADG EN COLABORACIÓN CON FGP - ATELIER




TAC,
de la basura a la obra

Alejandro D’Acosta, Taller de Arquitectura Contextual

El estilo del arquitecto Alejandro D’Acosta destaca no sólo por el resultado de sus obras, sino por sus componentes. Lleva al máximo la expresión de la sustentabilidad y reutilización de materiales.

“Las construcciones no deben ser vistas, tienen que ser descubiertas”, es la reflexión que rige la manera de diseñar y edificar del fundador de Taller de Arquitectura Contextual (TAC) y que lo llevó a hacer Vinícola Bruma. Este proyecto se combina con su contexto, pero su característica más peculiar es que está hecho con desechos.

La edificación, ganadora de 10 Despachos Disruptivos 2017, condensa la manera en la que busca innovar en todas sus propuestas. Aunque su sello es característico y notorio, siempre se adapta a las necesidades de la zona y toma lo que ofrece el entorno.

CASA BRUMA,2015

CASA VOLADORA, 2017


Para la obra, ubicada en el Valle de Guadalupe, se usaron los modelos constructivos de comunidades indígenas de la Sierra de Oaxaca, en donde trabaja con la fundación La Carretilla, con la que dona construcciones en esta entidad y otras como Chihuahua y Baja California. Su adopción por este tipo de sistemas radica en que son los más eficientes de construir en términos ecológicos. Para la creación de Bruma se usó madera, acero, concreto y PVC sustentable, todo obtenido de la región a menos de 200 kilómetros de distancia. En el techo, por ejemplo, se recurrió a vigas elaboradas de desechos de coches usados en Mexicali.


Sordo Madaleno,
la experiencia de la novedad

Sordo Madaleno es uno de los despachos de arquitectura más reconocidos en México. Su fundador, Juan Sordo Madaleno, fue una de las caras del modernismo en México y marcó un nuevo estilo en los muros, de la mano de otras figuras como Teodoro González de León, Ricardo Legorreta y Luis Barragán.

Sus diseños avanzaron generación tras generación, adaptándose a las nuevas necesidades de la población, pero sin dejar atrás la solidez que le dio permanencia al nombre. Actualmente, Javier Sordo Madaleno de Haro es el director del despacho de arquitectura, que ha llevado a cabo obras como Andares en Jalisco, un centro comercial que se convirtió en un lugar de referencia en Zapopan.

En la Ciudad de México, en 2020 construyeron Espacio Arte Abierto para ampliar las opciones de cultura en la metrópoli. Se ubica en el segundo piso de Artz Pedregal, y dio en el clavo, ya que ha sido un lugar recurrido por los capitalinos debido a que su ubicación —dentro de una plaza de retail— permite, además, otro tipo de recreación a su alrededor.

“Después de varios análisis y bajo el entendimiento de que existen escasos espacios públicos de calidad en la ciudad, el concepto central de Artz Pedregal se basó en la creación de un gran parque público en el centro del proyecto, de 5,000 metros cuadrados, creado como espacio primordial con abundante vegetación, paseos orgánicos, plazas y espejos de agua que logran una sensación de aislamiento y tranquilidad al aire libre”, describe el despacho.

De esta manera se contribuye a las comunidades aledañas y al resto de la ciudad con un nuevo lugar en el exterior, necesario durante la pandemia. La fórmula se repitió en Plaza Satélite, en donde construyó la azotea más grande del mundo en 40,000 metros cuadrados. Se logró, además, aumentar el flujo de ambas plazas comerciales, necesario luego de que la pandemia azotara al mercado minorista y al desarrollo inmobiliario comercial.



Apaloosa,
investigar el origen

Apaloosa Arquitectos

CASA TADEO, 2020


Cuando Apaloosa Arquitectos comenzó a diseñar vivienda social, primero investigó cómo se hacía antes, cuando no existían las tecnologías de hoy en día. Después analizó su evolución y finalmente adaptó materiales y métodos de la construcción en la actualidad.

Estructuras como bóvedas de ladrillo, por ejemplo, que se han usado en edificios desde hace décadas, fueron adaptadas en sus diseños ya que se dieron cuenta de que cumplían con características de zonas en donde edifican no sólo a nivel de diseño, si no también de usos y costumbres.

Los proyectos de vivienda en zonas marginadas han tenido retos que van más allá de cómo diseñar. Temas de abastecimiento de agua, obtención de energía y espacios de cultivo también se han presentado.

“Es complicado, pero siempre intentamos hacer casas en donde se pueda respirar y tener un espacio. No que sólo sean casas dormitorio, sino que incluso se pueda laborar desde ellas y que el usuario se sienta en un ambiente diferente”, dice Luis Armando Gómez Solórsano, fundador de Apaloosa Arquitectos.

Con esta visión han creado viviendas como Casa Tadeo, Casa Retazo y Salvador, en el que combinan técnicas de construcción antiguas con diseños contemporáneos respetando la cara de los materiales. Logran crear viviendas económicas, pero que se adaptan al estilo moderno gracias a su estructura.




Créditos:

DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB: Evelyn Alcantara / INFORMACIÓN: Diana Zavala FOTOS: Cortesía