Macu Alfaro siempre ha dado el salto cuando se le han abierto nuevas oportunidades en la empresa en la que lleva 22 años.
Por: Puri Lucena
La primera vez que Macu Alfaro vio a su equipo de trabajo fue por Teams, la plataforma de comunicación de Microsoft. La directora general de H&M para México, Colombia y Ecuador llegó al país en un momento complejo, el año pasado, cuando el mundo navegaba su segundo año de pandemia. Había aprendizajes que el sector del retail ya había atravesado, como el impulso al e-commerce en un entorno en el que algunos países cerraron las tiendas o limitaron aforos, pero llegar a un nuevo mercado sin poder ver a las personas con las que trabajaba no fue un reto menor.
“Me he tardado mucho en conocer a todo el equipo en México, porque hemos estado con las restricciones y el esquema híbrido. Es complicado llegar a un país y tener que conocer a la gente a la distancia, acostumbrarte a toda esa parte de los sentimientos, de tener conversaciones que no sean formales, porque parece que por la cámara solo tenemos conversaciones de trabajo”, explica la directiva española.
Alfaro llegó a México tras dirigir entre 2013 y 2021 los mercados de Chile, Perú y Uruguay, que ella y su equipo se encargaron de abrir para H&M. Y si algo caracteriza su carrera en la multinacional sueca de tiendas de moda, en la que comenzó a trabajar hace 22 años, ha sido su crecimiento. La cadena comenzaba su expansión en España y ya había abierto unidades en Barcelona y Zaragoza. “Así que de las primeras tiendas en Madrid que abrimos, me contrataron como Store Manager para la de la calle Goya”, señala.
La compañía empezó a crecer mucho y Alfaro, desde su posición, comenzó a participar en la apertura de otras ciudades y tiendas. A los tres años de entrar en H&M ya era Area Manager, una posición que es el vínculo entre las tiendas y el corporativo y desde la que participó en la expansión hacia el norte y el sur del país, que ocupó durante tres años antes de convertirse en la directora general para España y Portugal. “Fue un salto enorme y, como siempre, dije que sí. En esta empresa la frase era siempre: ‘¿Por qué no, si tú puedes y tienes un equipo a lado?’ Así que dije que sí y me moví con mi familia a Barcelona”.
Tampoco dudó a la hora de venir a México, tras su paso por Sudamérica. “Es un país superatractivo a todos los niveles, profesional y personal. La única parte que era más retadora eran los tiempos en los que estábamos haciendo los cambios, que era en medio de toda la incertidumbre, no sabíamos si iba a poder volar la semana siguiente o en dos o en tres”.
Pero 2021 también fue un año de vuelta al crecimiento para la compañía, que incrementó sus ventas netas globales, una vez convertidas a coronas suecas, 6% durante 2021 y 8% en el cuarto trimestre, respecto a 2020. La región Norte y Sudamérica fue la que mayor incremento registró, de 31% en el último periodo del año fiscal. A lo largo de 2022, Alfaro sumará la apertura de un nuevo país para la marca: Ecuador. “No hay experiencia comparable con abrir mercado, la sensación de cero, de que éramos tres personas en una oficina alquilada y encontrarte tres meses después una bienvenida que supera todas las expectativas”, cuenta sobre su experiencia en Chile.
En esta vorágine de inauguraciones y cambios, Alfaro señala que la base que le ha permitido avanzar en su carrera ha sido el trabajo en equipo, el aprendizaje en cada etapa del camino, la rapidez en la adaptación y la estrategia de poner en el centro siempre de cada decisión al cliente. “En mi experiencia, las cosas suceden por la misma cultura de la empresa, donde hay un ambiente de trabajo que fomenta la iniciativa propia y, donde si tienes pasión por lo que haces y es económicamente sostenible, [te dicen] adelante con ello. Yo creo que eso es lo que ha premiado mi empresa en toda mi carrera. Es decir, si tienes pasión por el negocio y por las personas, tienes un sitio para crecer aquí”, asegura.
Esta cultura viva, apunta Laila Chartuni, presidenta de la consultora TOP Companies, especializada en cultura organizacional, permite el crecimiento de los líderes de la empresa, que se sienten acompañados por la compañía. Y que, a su vez, van a replicar este esquema de apoyo con sus equipos. Este acompañamiento, señala la especialista, que incluye la observación y la retroalimentación, se convierte en un pilar para que la gente pueda seguir desarrollando sus habilidades. “Y, cuando está tan bien hecho y es oportuno, no va a llegar el famoso síndrome del impostor. La gente empieza a crecer y ni siquiera se da cuenta de esos temas, no hay siquiera una conciencia de que pueda haber un autoboicot, porque no faltó algo que soportara ese crecimiento tan rápido”, dice.
Alfaro insiste en el papel que juega en el desarrollo de los equipos una cultura “real, que nombramos y hacemos cada día” y que se siente como una guía y no como una regla. “Todo eso, yo creo que ha sido la razón de que he tenido todas estas oportunidades”, añade. “Y es una gran responsabilidad que tengo, porque es lo mejor que me ha dado a mí la empresa, así que lo mínimo que tengo que hacer es transmitirlo y fomentarlo”. Este trabajo en equipo ha permitido, por ejemplo, la reorganización de la estructura y la forma de trabajo para alinear las operaciones de México y Colombia hacia una misma dirección y como un solo mercado de ventas. Además, se creó la base de e-commerce para Colombia y Ecuador.
El corazón de Alfaro está en la tienda, afirma, así que no pensaba que su carrera la llevaría a dirigir las operaciones de España y, mucho menos, a Chile o México. Pero en su cabeza no cabe el decir que no. “Las decisiones siempre se toman en conjunto [dice sobre los cambios de posición], y si es algo bueno, se toman. Y otras no lo sabes [si lo serán], pero hay que probar, cuando no lo pruebas, no lo sabes. La pregunta siempre está: ¿qué pasa si? Si no es tan grave, pues toma la decisión”. Esta forma de gestionar y trabajar en equipo es también lo que le ha alejado de posibles dudas sobre la pertinencia de tomar un puesto. Lo importante, afirma, es el objetivo y poner al equipo adecuado a cumplirlo. El éxito, agrega, está en encontrar las fortalezas juntos y dejar que la gente haga lo que mejor sabe hacer, para que brille.
Competitiva por naturaleza, Alfaro mira hacia adelante con un meta muy concreta: superar siempre los objetivos del año anterior, tanto los de la compañía como los personales. “Tengo dos pasiones y una es la gente, que es algo que vivo en esta gran empresa. Y luego tengo la parte del retail, que me enamora, es mi vocación y lo que me gusta hacer. Así que quiero seguir disfrutando cada día del trabajo que hago”.