Elisa Gutiérrez no dudó en salir de su zona de confort para alcanzar su objetivo: ser una líder de industria. Ahora trabaja para generar condiciones de igualdad dentro y fuera de su empresa.
Por: Víctor Lomelí
Elisa Gutiérrez le dijo “no” a su primer amor: la petroquímica. Fue al inicio de su vida profesional cuando rechazó la propuesta para trabajar en una empresa con operaciones en Coatzacoalcos, Veracruz. Lo hizo consciente de que las oportunidades para las mujeres en ese sector eran las menos y de que había más caminos para lograr lo que quería, liderar la producción en una compañía industrial.
Tan pronto como concluyó la carrera de Ingeniería Química en la Universidad La Salle –hace ya unos 30 años–, la firma de petroquímica secundaria en la que hizo prácticas profesionales le propuso sumarse a sus filas en un área que, sin embargo, no iba con su plan de vida. “Me dijeron que las mujeres podían estar en ingeniería de procesos y en proyectos, pero no en producción. Les dije: ‘Gracias pero no’”, refiere y suelta una risa discreta.
Algo similar ocurrió en 2009 cuando cerró su ciclo en Procter & Gamble. Ahí lideró las operaciones de la división de cuidado del hogar de la compañía, que incluía la planta de detergentes en la Ciudad de México y la gerencia de Calidad en la planta de Guanajuato.
Su coach profesional de ese momento la cuestionaba por querer ‘dejar atrás’ una trayectoria de 20 años. “Recuerdo que le dije que no quería verlo así, que veía lo que aún me quedaba de carrera, y que prefería ver los siguientes 20 años que ver hacia atrás”, dice la actual vicepresidenta de Operaciones de Casa Herradura, que pertenece a Brown-Forman México.
La salida de su primer puesto de liderazgo tenía como meta seguir trabajando para ocupar una dirección de planta en otro lugar. Intentarlo en P&G implicaba pasar por otras posiciones fuera de la ciudad o del país justo en momentos en los que la familia requería su atención. “No era el tiempo más apropiado, por la edad de mis hijos”, recuerda Gutiérrez.
Luego de trabajar un par de años como consultora de empresas, Elisa se apoyó con un headhunter para concursar y, posteriormente, ocupar la dirección de la Cadena de Suministro y de Planta en Grupo Campari, una firma italiana de bebidas alcohólicas y no alcohólicas que elabora tequila, en Jalisco. Para ella, se trataba de su primer cargo directivo y para la compañía, la primera vez en 100 años que una mujer tomaba la riendas de la operación.
Un hito similar se dio cuando llegó a Casa Herradura como vicepresidenta de Operaciones, en 2019. Para ese entonces, María Teresa Lara, quien fungía como Master Distiller y directora de Producción tenía ya dos años en el retiro. “Ella fue la primera mujer directamente involucrada en la manufactura, pero, en mi caso, me toca ver todo lo operativo. De todo, sí soy la primera mujer en ocupar el cargo”, menciona la ejecutiva.
Su actual responsabilidad incluye el seguimiento a la producción de agave en campos propios y a la compra a otros productores; la elaboración de los tequilas y de bebidas de baja graduación (RTD, ready to drink) en la planta de Amatitlán; y la distribución y logística, que considera las importaciones de otros productos de la compañía a México y las exportaciones de tequila a unos 50 países, principalmente de Tequila Herradura y Jimador, los más representativos para los ingresos en México y el mundo.
La llegada de más mujeres a puestos directivos en la industria tequilera –tradicionalmente vinculada al público masculino– no es algo frecuente. De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT), existen 163 empresas autorizadas para producir tequila en México, y de ellas, 60 están afiliadas al organismo. Son las más relevantes del sector y representan 80% de la producción total del tequila, según el presidente de la CNIT, Luis Félix Hernández.
Al menos 12 de ellas son lideradas por mujeres que son dueñas o que tienen participación en el consejo de administración de las destilerías. Estima que hasta hace unos años no había más de cinco tequileras lideradas por mujeres, lo que refleja un avance en el sector que también se percibe en la cámara, donde cinco de los 10 comités están liderados por mujeres.
La vicepresidenta de Operaciones de Casa Herradura afirma que aumentar la presencia de mujeres en puestos de liderazgo dentro y fuera del sector pasa por fijar políticas y mecanismos de inclusión y equidad al interior de las empresas y por capacitar a los tomadores de decisión y directivos para hacerlos entender que no se trata de una cosa de cuota, sino de un beneficio. “Está comprobado que cuando tienes organizaciones diversas y, sobre todo, incluyentes, se generan mejores resultados de negocio”, remarca.
Para contribuir a la causa, Elisa Gutiérrez trabaja para que más mujeres tengan oportunidades de desarrollo al interior de la empresa, a partir de la implementación de sistemas flexibles que les permitan adaptarse a su situación de cada persona.
Se trata de un compromiso que asumió tras su elección como colíder de la red global de Mujeres de Brown-Forman en 2020. “Fui la primera mujer fuera de Estados Unidos en ser colíder de ese grupo y la primera que procede de un área de operaciones”.
Fuera de la empresa también participa en foros y actividades de mentoría con el fin de impulsar a pequeñas empresarias e impactar en la comunidad.