Por: Blutitude
Para atender algunos episodios de enfermedad, en ocasiones, requerimos internarnos en un hospital. Ahí
confluye una serie de esfuerzos humanos y tecnológicos que, combinados, producen los servicios con los que
esperamos recuperar nuestra salud. Pero no solo eso, como paciente o consumidor de cualquier servicio
también nos interesa la calidad de la atención, el trato cálido, eficiente en su resolución y, por supuesto,
cuánto debemos pagar por los servicios. Estos elementos determinan nuestra percepción sobre la atención
recibida y nuestras preferencias hacia el futuro.
En un episodio típico de hospitalización, transitaremos como pacientes por varios servicios y,
eventualmente, seremos dados de alta para continuar nuestro tratamiento en casa. En la jerga hospitalaria,
se le llama ‘egreso hospitalario’ al proceso que va desde la admisión al hospital hasta el momento del alta.
Es la medida resumen de los servicios que da el hospital mientras nos encontramos internados y hasta el
momento en que salimos y la forma más común de medir la ‘producción hospitalaria’, ya sea como medida del
volumen de operación, como elemento para la evaluación del desempeño o para el análisis de la morbilidad que
atiende un hospital.
Con el fin de explorar mejores métricas del desempeño hospitalario durante la fase de recopilación de datos
para elaborar la edición anterior (2021) del ranking ‘Los mejores hospitales privados de México’, los
hospitales fueron invitados a participar en un ejercicio piloto con base en información de egresos
hospitalarios para cinco especialidades/procedimientos durante el periodo 2019-2020: ginecología y
obstetricia (partos y cesáreas), gastroenterología y cirugía gástrica (colecistectomía y apendicectomía),
cardiología y cirugía de corazón (angioplastia) y neumología (covid-19).
La convocatoria al ejercicio, inédito en el sector privado en México, generó interés y una gran
participación. Se sumaron 36 hospitales para participar en al menos uno de los cinco grupos de
especialidad/procedimiento. Se recabó información de 64,438 egresos hospitalarios, es decir, 1,790 egresos
por hospital, en promedio.
Aunque el ejercicio piloto tuvo como objetivo central realizar un primer análisis de la información de
egresos hospitalarios como una primera exploración para medir el desempeño hospitalario en el futuro, nos
permitió también identificar rasgos relevantes que describen, en buena medida, al sector privado
hospitalario en México.
Diversidad en escala. La muestra de egresos hospitalarios corresponde a las cinco intervenciones
señaladas en 36 hospitales, ubicados en 13 entidades federativas, y con diferencias importantes en sus
dimensiones cuando los medimos por el número de camas hospitalarias. Tenemos hospitales con 13 camas y hasta
369 camas, con un promedio de 58 por hospital. Al ver el número de egresos hospitalarios por cama podemos
darnos una idea de las diferencias en la magnitud de la producción hospitalaria entre estos hospitales.
Por ejemplo, en el caso de los egresos por partos y cesáreas, cada cama hospitalaria genera 19 egresos al
año, en promedio, y la brecha entre el hospital con mayor productividad y el que tiene menor productividad
es de 60 a uno.
Al provenir de distintos sistemas de expediente clínico electrónico y de información, se observó una
heterogeneidad importante en dichos registros. Para lograr comparabilidad en el análisis, se realizó un
procedimiento de limpieza y revisión de la codificación clínica. Es importante tener esto presente al
interpretar los siguientes hallazgos en temas de calidad, oportunidad, disponibilidad de tecnología y
capacidad de adaptación en la prestación de servicios hospitalarios.
Calidad de la atención. En 1985, la Organización Mundial de la Salud emitió la Declaración de la OMS
sobre tasas de cesárea, en la que destaca que la tasa ideal debe oscilar entre 10 y 15% y el procedimiento
debe realizarse exclusivamente cuando existan razones clínicas para “prevenir la morbimortalidad materna y
perinatal”. Asimismo, señala que “la cesárea está asociada a riesgos a corto y a largo plazo que pueden
perdurar por muchos años después de la intervención y afectar la salud de la mujer, y del neonato, así como
cualquier embarazo futuro. Estos riesgos son mayores en las mujeres con escaso acceso a una atención
obstétrica integral”.
Si bien se ha observado una tendencia mundial en favor de la cesárea, es necesario controlar su uso
desproporcionado. De acuerdo con la Secretaría de Salud, 2020 fue el primer año en el que hubo más
nacimientos por cesárea que por parto vaginal, considerando el sector público y el privado. En 2017, el
Instituto Mexicano del Seguro Social logró su menor tasa histórica de muerte materna, esto coincidió con que
en ese mismo año logró una tasa de cesáreas de solo 43%, mientras que 57% fueron partos vaginales. Esta
situación contrasta de forma importante con lo observado en el sector privado, donde, en promedio, 80% de
los partos son por cesárea.
Entender con mayor profundidad los factores que explican por qué en un hospital hay mayor o menor porcentaje
de cesáreas, y explorar las medidas que podrían impulsar un mayor número de nacimientos por parto vaginal es
un tema pendiente en la agenda de la calidad de la atención hospitalaria en el sector privado.
*Incluye egresos por inducción al parto, asistidos manualmente, asistidos médicamente o con utilización de fórceps u otros instrumentos, independientemente de si fueron realizados en el quirófano, salas de labor, salas de expulsión o áreas afines.
Oportunidad de la atención. Otro aspecto relevante que buscamos como pacientes es el hecho de
recibir la atención médica en el momento en que la requerimos, independientemente del motivo de la atención
o del tipo de tratamiento. La oportunidad de la atención es siempre importante, sin embargo, en ocasiones
resulta una cuestión de vida o muerte. Tal es el caso de la apendicitis acompañada con una complicación
denominada peritonitis, una inflamación del apéndice. La peritonitis puede ser muy grave e, incluso, causar
la muerte si no se trata de inmediato.
Alta tecnología. Otra perspectiva de la calidad de la atención que brindan los hospitales privados en
México tiene que ver con el uso de la tecnología. Muestra de ello es la muy elevada proporción de cirugías
realizadas a través de laparoscopía, un procedimiento menos invasivo que la cirugía tradicional ‘abierta’, y
que facilita la recuperación del paciente, produce menor tasa de complicaciones y mejora la calidad de la
atención. La aplicación de las técnicas laparoscópicas se encuentra ampliamente extendida en el caso de las
cirugías gástricas, como la colecistectomía.
Aunque el uso de laparoscopía en apendicectomías y colecistectomías es muy extendido en los hospitales
privados y en ocasiones esto se traduce en menos días en el hospital, también es cierto que existe una gran
heterogeneidad en el número de días de internamiento, aun si solo se comparan los egresos que hacen uso
extendido de este tipo de tecnología.
Para enfatizar esto se analizaron los días estancia en intervenciones que requieren una mayor
especialización por parte de los médicos tratantes, tales como los procedimientos cardiológicos. La gráfica
muestra el promedio de días estancia en angioplastia, colocación de stent y cateterismos.
Destaca la gran variación en las estancias promedio entre hospitales que, aun teniendo un nivel similar de
egresos de cardiología por cama, tienen una diferencia importante en la estancia promedio. Este es el caso,
por ejemplo, del hospital H4 que presenta una estancia promedio de 2.4 días, y el hospital H5, cuya estancia
es de solo 1.4 días.
Promedio 33 hospitales: 93% de cirugías por laparoscopía y 7% cirugías abiertas.
Capacidad de adaptación. Si algo pudo constatarse durante la pandemia de covid-19 en el año 2020 fue
la enorme capacidad de respuesta y adaptación de los hospitales privados de México. El gobierno federal
firmó un convenio de colaboración con la Asociación Nacional de Hospitales Privados y el Consorcio Mexicano
de Hospitales con el fin de transferir casos ‘no-covid’ del sector público que requirieran atención
hospitalaria y permitir que la infraestructura pública pudiera concentrarse en la atención de la enfermedad
causada por el covid-19. A pesar de lo anterior, el sector privado demostró una gran capacidad de reacción y
adaptación para atender casos de covid-19. La información de 30 hospitales participantes en este ejercicio
corresponde a 7,480 egresos hospitalarios por covid y 1,121 defunciones. La última gráfica muestra el
involucramiento de 30 hospitales en la atención del covid-19. En los extremos, el hospital H6 generó 10.4
egresos por cama, mientras que el hospital H4 sólo 0.3 egresos por cama.
Con este tipo de análisis queda claro que hay una buena oportunidad de profundizar en el análisis comparativo entre hospitales a partir de información más detallada de la actividad hospitalaria. Este tipo de ejercicio permite dimensionar la complejidad y la diversidad de la atención que se brinda en el sector privado e identificar áreas donde se están haciendo bien las cosas, así como áreas de oportunidad. Si bien los resultados obtenidos son muy heterogéneos y poco generalizables, este ejercicio piloto ha permitido identificar la utilidad potencial de la información de egresos para complementar la evaluación del desempeño hospitalario y constatar el interés y la gran apertura de los hospitales participantes para promover una sana comparación e identificar buenas prácticas.