La fórmula del éxito


Karen Flores marcó un cambio histórico en 2019 al convertirse en la primera directora general de la Cámara Minera de México (Camimex), uno de los organismos industriales más antiguos del país, fundado en 1906 y que se había mantenido encabezado por hombres.


Karen Flores

Directora de la

Cámara Minera de México (Camimex)

Por: Tzuara De Luna

D

esde pequeña, Karen Flores tenía dos certezas: buscaba hacer algún cambio en el panorama del día a día, algo que dejara huella, y quería estar al frente de una compañía encabezando la toma de decisiones, lo que la llevó a estudiar la licenciatura en Administración de Empresas.

“Me vi en un cargo directivo, eso siempre lo tuve en mente. Lo que me deja muy satisfecha hoy en día es pensar que en lo poco o mucho que me he podido desarrollar dentro de la industria minería, he tratado de dejar esta huella de cambio y, sobre todo, estas puertas abiertas para las demás mineras que vienen en camino, para las mineras más jóvenes”, comenta.

Flores puso la mirada, desde hace más de 14 años, en un sector que siempre ha estado asociado con el género masculino. Al pensar en una mina aparecen, casi de forma automática, ideas asociadas con trabajos de fuerza, botas grandes, laborando bajo tierra y con maquinaria pesada.

Desde pequeña, Karen Flores tenía dos certezas: buscaba hacer algún cambio en el panorama del día a día, algo que dejara huella, y quería estar al frente de una compañía encabezando la toma de decisiones, lo que la llevó a estudiar la licenciatura en Administración de Empresas.

“Me vi en un cargo directivo, eso siempre lo tuve en mente. Lo que me deja muy satisfecha hoy en día es pensar que en lo poco o mucho que me he podido desarrollar dentro de la industria minería, he tratado de dejar esta huella de cambio y, sobre todo, estas puertas abiertas para las demás mineras que vienen en camino, para las mineras más jóvenes”, comenta.

Flores puso la mirada, desde hace más de 14 años, en un sector que siempre ha estado asociado con el género masculino. Al pensar en una mina aparecen, casi de forma automática, ideas asociadas con trabajos de fuerza, botas grandes, laborando bajo tierra y con maquinaria pesada.

Un estudio de McKinsey & Company refiere que las mujeres ocupan entre el 8 y 17% de la fuerza laboral mundial del sector, pero lo abandonan al percibir que hay menores oportunidades de crecimiento en comparación con sus colegas masculinos, así como por la falta de diversidad de géneros, lo que demanda “mucho esfuerzo para ser la diversa en la mesa”.

El documento de la consultora también revela que la representación de las mujeres en puestos de alta dirección es “escasa”, ya que más del 44% de las mujeres encuestadas sintieron que no han recibido las mismas oportunidades de promoción.

44%

de mujeres del sector encuestadas por mckinsey sienten que no han recibido las mismas oportunidades de promoción.

El camino para llegar

Karen Flores considera que el primer reto al que se ha enfrentado en su carrera ha sido la ruptura de paradigmas en cuanto a los roles de género en la industria, destacando que la minería actualmente no es un trabajo de fuerza, si no de preparación y capacidad.

“Esa ruptura de paradigmas, que no te imaginas ver a mujeres en minas subterráneas, a cielo abierto, en laboratorio, al frente de áreas, abre tu mente hacia un universo de posibilidades en una industria que tenía este mito y, como se decía en la antigüedad que las mujeres no podían entrar a una mina, eso ya es un mito que ha quedado en el pasado”, argumenta.

La directiva destaca una fórmula básica en su vida, compuesta por tres ingredientes esenciales: disciplina, perseverancia y valentía. La mayoría de las operaciones mineras se encuentran alejadas de las localidades, lo que implica disciplina, un trabajo diario y constante desde el momento de los traslados hasta en las labores las labores de delimitación, exploración, explotación y gestión de una mina, y que también está presente en el trabajo del día a día en cuanto a la relación con las comunidades.

Lo más importante es no descuidar la parte laboral ni familiar porque, finalmente, no dejamos de ser mujeres que deseamos continuar avanzando.

“Perseverancia, porque siempre hay que estar buscando lo que una quiere, los objetivos que una se fija y no descansar hasta llegar a ellos, por supuesto, de una manera abierta, porque los caminos pueden variar y eso pasa en muchos proyectos que una se plantea”, agrega.

Asimismo, considera que la valentía ha estado presente en su vida al aspirar a llegar a ocupar puestos de alta dirección en un sector donde las mujeres ya están abriéndose camino.

La Camimex refiere que, al cierre de 2021, trabajaban en el sector 66,037 mujeres, lo que significó un crecimiento de 14.2% anual, elevando su participación en el empleo minero-metalúrgico a 16.3%. En 2019 y 2020, el porcentaje se mantuvo en 15.7% del total.

Un momento de retos y cambios

La actual administración de Andrés Manuel López Obrador no ha otorgado nuevas concesiones mineras. En 2018, estaba concesionado para esta actividad el 10.64% del territorio nacional, cifra que para este año descendió a 8.59%, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.

La situación coloca a la dirección de la Camimex en un escenario en donde es indispensable establecer una buena comunicación con las autoridades gubernamentales, lo que Karen Flores considera como “emocionante” y “retador”.

“Sabemos que hay algunos retos en donde debemos de trabajar, pero como lo hemos manifestado en diversas ocasiones, nosotros estamos con las puertas abiertas, siempre para trabajar por México”, agrega.

Desde su perspectiva, su llegada como directora de la Camimex fungirá como un parteaguas para que más mujeres se motiven en llegar al sector, en especial para ocupar cargos directivos y estar al frente de las empresas, y destaca que un mayor uso de la tecnología contribuye a reducir los trabajos en los que podría llegar a utilizarse la fuerza.

Para la siguiente década, Karen Flores espera que haya más mujeres en altos cargos dentro de la industria minera, así como “ver al sector posicionado ante el gobierno y la sociedad como parte de la solución”, especialmente con la demanda de minerales como cobre y níquel que se suscitará en los siguientes años, con motivo del cambio hacia esquemas de energía y movilidad más amigables como el medio ambiente.

“¿Qué consideramos que falta? En gran medida, justamente, derribar estos mitos que hay alrededor de la industria, que más mujeres se atrevan a participar en ella; que, así como está sucediendo, se atrevan a poner nuevas ideas sobre la mesa en los proyectos mineros y quieran concretarlas”, dice. “Todas las mujeres que trabajamos en general tenemos la gran misión de que con nuestro trabajo vamos dejando esta puerta abierta, sin que haya ningún estereotipo de género en una industria que fue catalogada por años como una industria de hombres”.