Por siete años consecutivos, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad y Transparencia Mexicana, junto con Expansión, publican el Índice de Integridad Corporativa 500, también presentado como ‘Las 500 frente a la corrupción’. Desde 2017, el objetivo de esta evaluación es reconocer el compromiso que tienen las empresas más importantes de México con la publicidad de sus políticas de integridad y anticorrupción.
Sabemos que la corrupción sucede en redes. Por eso, para que un acto de corrupción suceda, es necesario que estén involucradas varias personas, quienes tienen que ocultar este acto para no ser castigadas. También tienen que confiar en no ser delatadas o traicionadas por sus cómplices. Por ejemplo, si el departamento de recursos humanos de una empresa ofrece un soborno a las autoridades verificadoras para evitar una sanción, las personas involucradas tienen que seguir algunas reglas informales para confiar entre ellas y mantener ese arreglo. El objetivo de una buena política anticorrupción es desestabilizar ese acuerdo informal: establecer reglas claras de lo que está permitido y lo que no, crear mecanismos de vigilancia para hacer cumplir estas reglas, incentivar para denunciar a quien sepa algo o participe de un incumplimiento, así como sancionar a quienes incumplan.
La metodología del IC500, basada en el estudio Transparency in Reporting Anticorruption, de Transparencia Internacional, revisa 28 componentes de las políticas de integridad y anticorrupción de las empresas. Estos elementos pueden ser divididos en cinco componentes temáticos, que permiten identificar, con mayor facilidad, los espacios de oportunidad en cada empresa participante.