Vivienda Unifamiliar Media

Casa BV

Despacho: Apaloosa Arquitectos


Un oasis en Chiapas


En un predio de 6x16.5 metros se encuentra una propiedad que no necesitó más espacio para crear su propio ecosistema.

Por: Gabriela Lara



Al entrar a la casa BV, el clima caluroso y húmedo de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, desaparece. Cruzar el umbral parece transportar a los habitantes a otro lugar al aire libre, ya que a pesar de haber privacidad, la cantidad de luz, la ventilación y la vegetación que rodea a la construcción pueden engañar al cuerpo y no avisarle que, en realidad, están dentro de una vivienda levantada, además, en un terreno pequeño.

El arquitecto Mies van der Rohe dijo alguna vez que “menos es más” y la obra creada por el despacho Apaloosa Arquitectos lo demuestra.

Construida en un terreno de 6x16.5 metros y con una fachada en tonalidades claras, la propuesta busca establecer su propio ambiente a través de estrategias pasivas bioclimáticas, creando un atmósfera autóctona que se integra con el entorno de la ciudad.

El patio, con un piso en tonalidades rojizas, y la vegetación, que no sólo adorna, sino que, poco a poco, se va apoderando de la estructura, son la bienvenida de esta propiedad, que aprovecha cada metro cuadrado para crear un ambiente luminoso, cómodo y, sobre todo, con la sensación de amplitud. La vivienda está diseñada para recibir luz natural, es por eso que se ven enormes ventanales en toda la propiedad.

SOLUCIONES. Pese al espacio acotado, el diseño logra espacios amplios y luminosos.

La zona social se diseñó con un enfoque versátil con un salón a doble altura, que no sólo da una percepción de mayor espacio, sino que también establece la base para una eventual expansión con la incorporación de una cuarta habitación.

La presencia de una bóveda de medio punto contribuye a esta amplitud, pero, además, se integra un puente de comunicación superior que aporta conectividad. “Aunque las dimensiones del terreno eran desafiantes, el proyecto logra una sensación de amplitud y confort”, señala Luis Armando Gómez, el arquitecto responsable del proyecto, que tuvo una inversión de 1.2 millones de pesos.

“Fue crear un espacio que permitiera estar en contacto con la naturaleza, aprovechar la luz natural, pero sin dejar de lado la privacidad”, explica.

Otra de sus principales características es que, pese a tener un espacio muy reducido, la propiedad cuenta con dos jardines internos con árboles y vegetación endémica, lo que permite una circulación constante del viento. Gómez enfatiza que la presencia de estos jardines no sólo brinda vistas, sino calidad lumínica.

En cuanto a la construcción, se utilizaron materiales como concreto, acero, barro mecanizado, cristal y madera, que junto con el diseño bioclimático contribuyen a la funcionalidad y la estética de la vivienda. El proyecto se completó en un periodo de seis meses.



Fotos: Cortesía