Vivienda Unifamiliar Social

Vivienda Temporal Tierras

Despacho: Manuel Cervantes Estudio


Un refugio en el camino


El proyecto está enfocado en que los migrantes que lleguen cerca de Palenque, Chiapas, puedan tener un espacio de trabajo digno y vivienda.

Por: Eréndira Reyes

Chiapas es un estado de tránsito para personas migrantes que viajan de Centro y Sudamérica hacia Estados Unidos y que suelen pasar por situaciones de riesgo en las que el acceso a comida y a un techo es muy limitado, por lo que durante el camino buscan empleos para subsistir.

Cerca de Palenque hay un plantío de hule, uno de esos lugares en los que se detienen a trabajar y en el que hasta el año pasado se instalaban de manera improvisada, pero que ahora cuenta con espacios de descanso y refugio, creados por Manuel Cervantes Estudio, a través de su proyecto Vivienda Temporal Tierras.

“Creo que este proyecto es una respuesta muy sencilla y pragmática a un problema muy complejo, que, obviamente, no se resuelve, pero creemos que sí encamina hacia una posible solución”, señala Jaime Morales, arquitecto del proyecto.

Ahora, decenas de familias tienen una opción para ‘hacer escala’ en su camino hacia el norte. “Es un oasis en medio de un trayecto muy complicado. Y no sólo eso, sino que también entendimos que empezó a generar un poco de permanencia”, agrega Morales.

“Palenque se vuelve como un tapón en el sentido de que, si aplican visas humanitarias aquí en México, las oficinas están saturadas, entonces no hay respuesta rápida. Así que las plantaciones se iban saturando de gente porque se iban unos, pero llegaban más. Ahora hay más control y confort”.



ESPACIOS. Los módulos de este grupo de viviendas están destinados a familias y personas solteras.

La obra está distribuida en distintos módulos que están destinados tanto para familias, como para personas solteras. Elementos del diseño, como la orientación y la ubicación estratégica de las entradas de luz, permiten que los lugares se habiten de forma cómoda, pues uno de los retos que existen en la zona es el ambiente cálido y húmedo.

“Se hizo un diseño de pasivos que está ayudando a que no se necesiten muchos recursos, y, sobre todo, de energía para poder habitar en confort”, puntualiza Morales.

Además, el mobiliario está pensado para optimizar lo más posible el espacio, lo que no sólo ha hecho que quienes lo habitan permanezcan más tiempo en las viviendas, sino que también tengan una cercanía con el lugar, propiciando su cuidado y su bienestar.

El promedio de personas que pueden tener un trabajo y vivienda dentro de esta zona es de unas 40, por lo que se ha vuelto una opción humanitaria de descanso para decenas de migrantes, quienes han habitado y cuidado los módulos como si fueran sus hogares. Incluso, en algunos casos, ya ha producido cambio de planes en su migración, pues prefieren hacer base en este lugar.



Fotos: César Béjar