Felisa Ros ha cambiado de residencia a más de cinco países para desarrollarse profesionalmente, pero también para especializarse en un sector complejo.
Foto: Anylú Hinojosa-Peña
Por: Diana Nava
na constante en la vida y en la carrera de Felisa Ros ha sido el movimiento. Nacida en un poblado cercano a Rosario, Argentina, ha cambiado de residencia en múltiples ocasiones –en más de cinco países– para crecer profesionalmente. A 26 años de haber iniciado en la francesa ENGIE, hoy es Country Manager en México, Managing Director de Networks Americas –la división de los negocios asociados al gas natural– y VP de Transformación América del Sur, que incluye los mercados de Perú, Chile y Brasil.
Ingeniera civil de profesión, al terminar sus estudios no imaginó que se dedicaría al mercado energético, pero un proyecto que desarrolló al finalizar la universidad fue el punto de partida. La meta de ese trabajo era idear una forma de implementar una red de gas natural en una comunidad argentina. Ros no especifica si se logró el cometido, pero sabe que ese fue el primer punto crucial de su carrera.
Lo que siguió fue una estancia de nueve meses en Italia para conocer más sobre el mercado del gas natural. Justo a su vuelta, este sector estaba en proceso de privatización en Argentina. Sin planearlo, se había capacitado en un mercado que necesitaría de nuevos profesionales. Tiempo después, llegó a ENGIE.
Ros, quien comenzó como ingeniera de proyecto en una de las divisiones de ENGIE en Argentina, y que entró a la multinacional sólo bajo la premisa de cubrir una vacante temporal por la ausencia de otro empleado, ha escalado de manera importante en su carrera y dirigido en distintos países las actividades de la multinacional energética.
La ingeniera asiente cuando se le pregunta sobre si se reconoce a sí misma, ya que pocas personas logran ascender de un puesto operativo a uno de toma de decisiones –de la escala que tiene ella ahora–. Dice que su clave ha sido “trabajar y buscar siempre la excelencia”. Con esto último, Ros se refiere a los pequeños momentos en que ha decidido hacer un poco más de lo planeado y no esperar a recibir órdenes si ella sabe que ya ha encontrado qué decisión tomar.
“Las cosas que creo que me han llevado hasta aquí es la forma de trabajar y de buscar hacer las cosas siempre, desde la posición que tenga, de la mejor manera. Motivar a los equipos, tomar el liderazgo y dar esa milla extra”, dice. “Si me proponen un proyecto, participo, y entonces lo tomo como una oportunidad para aprender otras cosas. Parece que es un poco más de trabajo, pero en realidad esas decisiones personales son las que me abrieron las puertas en cada oportunidad, en cada momento”.
Ros también admite que ha tenido que hacer algo más: demostrar quién es y sus capacidades profesionales. Ser mujer en un sector como el energético, donde hay una mayoría de hombres en puestos de poder, siempre traerá consigo un cargo extra, aunque este sea mínimo. “Siempre que llegué a un lugar me tuve que dar a conocer en el sentido de quién soy, qué experiencia tengo, que puedo hacer esto igual que los hombres”.
“Creo que tal vez un hombre no tiene la necesidad de darse a conocer. Pero eso sí fue para mí algo importante. Eso me sucedió cuando llegué a México, incluso cuando llegué también a Estados Unidos. Entonces, el darme a conocer y mostrar un poco mi carrera y los logros, eso es lo que me permitió posicionarme, tener el respeto y después seguir creando en conjunto con los equipos”, añade Ros.
La organización Voz Experta, un colectivo formado por mujeres especialistas del mercado energético, da cuenta de que sólo el 12% de los puestos directivos en este sector en México son ocupados por mujeres. “Sabemos, incluso, que la participación de las mujeres durante y después de la pandemia se redujo, derivado de la dificultad de balancear las tareas de cuidados no remunerados con otras actividades profesionales”, dice Casiopea Melgar, la presidenta de Voz Experta.
El primer gran cambio para Felisa Ros llegó en 2002, cuando recibió la oferta de irse a Perú para ocupar una gerencia de operación y mantenimiento, después de que ENGIE ganara una concesión para construir un sistema de distribución del combustible en Lima y Callao. El reto implicaba abrir un nuevo mercado en el país sudamericano y formar un nuevo equipo.
En 2007 llegó a México, donde ocupó dos direcciones regionales, en Jalisco y Querétaro, y una dirección técnica. Seis años después, en 2013, el cambio la llevó a Houston, Texas; esto porque México era considerado dentro de la región Norteamérica de la multinacional. Y, con este último movimiento, su carrera dio un giro.
Después de años de especializarse en gas natural, fue nombrada vicepresidenta de Operaciones de las plantas de ENGIE en Canadá, México y Estados Unidos. De un mercado dominado, pasó de repente a uno nuevo y complejo, el eléctrico, que le era ajeno. Pero logró el cometido.
Así continuaron los movimientos. En 2016 volvió a Sudamérica como Chief Operating Officer de ENGIE Energía Perú; luego se mudó a Singapur para estar al frente de ENGIE South East Asia, y en 2021 emprendió un viaje de vuelta, en un orden similar al anterior, primero a Houston por algunos meses y, en 2022, fue nombrada Country Manager de México, su puesto actual. “Ahora mismo, México para mí tiene una doble atracción, no sólo en lo profesional, sino también a nivel familiar”, dice Ros.
La movilidad también le ha traído un reto personal constante. Cuando decidió hacer el primer cambio hacia Perú, su familia la acompañó. Sus hijos aún eran pequeños y emprendieron el reto juntos. Ahora, más de 20 años después, ese escenario no puede ser replicado. Su esposo y sus hijos residen en otro país, y ella ha hecho las últimas mudanzas con planes en solitario. Dice que esta parte ha sido dura, pero que es justo el respaldo y libertad de movilidad la que ha sido mucha de la base de su crecimiento. Ahora, parte de sus relaciones y amistades –de ella y de su familia– están en distintas geografías.
“Te puedo decir que, para nosotras [Felisa Ros], es una fuente de inspiración, de orgullo y de reconocimiento porque es otra manera de demostrar que sí hay expertas, que sí se puede tener mujeres en puestos directivos y que hay efectos positivos de estas decisiones que sirven de ejemplo para otras empresas del sector. Desde que llegó Felisa a dirigir ENGIE, se han involucrado más en actividades de género, como el Premio Embajada de Francia-ENGIE por las mujeres promesa en la transición energética, lo cual es un claro ejemplo de que teniendo una mujer al frente, las cosas cambian”, comenta Melgar, de Voz Experta.
Felisa Ros enfatiza que otra de sus grandes claves es no tener miedo, y ese es el consejo que puede dar a cualquier persona que esté comenzando su camino profesional. “El aprendizaje es continuo, entramos [en la vida profesional] con una base de conocimiento, pero luego con los trabajos, proyectos y experiencias a lo largo de la vida laboral nos vamos formando, adquiriendo nuevas competencias, dando una visión más amplia y esto nunca termina. No tengan miedo de hablar, de opinar, de proponer y actuar proactivamente. De disfrutar del trabajo en equipo, de poner pasión y empatía en todo lo que hacemos”, dice la directiva.
La otra fase que Felisa Ros disfruta es la de mentorear a nuevas generaciones, hablar con las mujeres que están en su compañía, y en ese camino está ahora.