Teresa de la Garza está en una posición desde la que puede cambiar la vida de las personas y, para ella, es un privilegio.
Foto: Anylú Hinojosa-Peña
Por: Ana Luisa Gutiérrez
l ámbito social ha sido uno de los motores e inspiración en la vida de Teresa de la Garza. Y ha sido clave desde sus primeras experiencias profesionales. En 2004 entró a Cemex como parte del programa Profesionistas en Desarrollo, la iniciativa de la empresa enfocada en recién graduados con alto potencial de desarrollo, una experiencia que la llevó a conocer la operación de la cementera más allá de los productos para la construcción. “Ahí conocí los proyectos que tenía la empresa en favor de temas sociales y ambientales y fue en ese lugar donde tuve mi primera actividad relacionada con la sustentabilidad”.
Desde entonces y durante sus más de dos décadas de carrera, ha impulsado proyectos para mejorar la calidad de vida de las comunidades y sus habitantes a través de sus posiciones de liderazgo. De la Garza ve a las empresas como una plataforma para incidir en el entorno. Especialmente en una ciudad como Monterrey, donde nació, y un estado como Nuevo León, en el que el sector privado es un protagonista no sólo de la vida económica, también de la pública.
Esto lo pudo ver más claro en su etapa como estudiante de Derecho en el Tecnológico de Monterrey. En un principio, cuenta, eligió la carrera porque le apasionaban los temas de ciencias políticas, “la idea de hacer justicia a partir de las leyes”, asegura. Pero a medida que avanzaba en la licenciatura, descubrió su interés por llevar aquella ‘justicia social’ a través de políticas públicas a las empresas, cuya especialidad poco a poco fue trazando el perfil que ha ido desempeñando.
De la Garza lidera desde hace ocho años el área de Sostenibilidad de FEMSA Proximidad, cuya vertical tiene como misión generar condiciones sociales y ambientales, siempre vinculada con la operación empresarial. Esta división atiende a diario a más de 12 millones de consumidores a través de la marca Oxxo y Oxxo Gas en México y emplea a más de 170,000 colaboradores, según información de la compañía.
El área que lidera De la Garza se ha colocado en los últimos años como una de las verticales más importantes dentro de las compañías debido a los cambios acelerados que ha traído consigo el cambio climático, que cada año pone en circunstancias complejas al planeta y a sus habitantes. México, por ejemplo, enfrenta cada vez más sequías derivadas de las altas temperaturas, hambruna y a una escasez hídrica en varias entidades del país.
De la Garza reconoce que la sostenibilidad es uno de los grandes retos que enfrentan tanto las compañías como los gobiernos y, por ello, es un tema que cobra mayor relevancia al interior de las empresas. Con una importancia creciente en los temas ASG (ambiental, social y de gobernanza, ESG, por sus siglas en inglés) su equipo a diario se enfoca en delinear estrategias que permitan encauzar el objetivo.
“El aumento de la temperatura de la Tierra es inminente. Y esto nos lleva a tomar decisiones sobre recursos como dónde vas a poner el dinero para que esto pueda suceder, entender si estás tomando las decisiones adecuadas para contribuir a la reducción de emisiones de carbono. Para mí, ese es el reto más grande, ¿cómo movilizar a una organización, como en el caso de FEMSA, de más de 170,000 empleados en México, para que todos estemos volteando a ver para allá?”, afirma.
La directiva hace frente al reto gracias a las habilidades que ha desarrollado a lo largo de su trayectoria profesional: comprender las circunstancias de cada proyecto, trabajar en equipo, escuchar a los colaboradores y cuestionar el rumbo de cada estrategia. Y es que en un plan se requiere comprender las necesidades y sugerencias de los sujetos implicados.
Los programas sociales en los que estuvo involucrada en Cemex, al inicio de su carrera, estaban orientados al desarrollo de viviendas autoconstruidas, a través de un programa de la compañía que otorgaba facilidades para la compra de materiales que iba acompañado de asesorías técnicas.
Durante su paso por la cementera, la directiva decidió sumar a su posgrado en Ciencias Políticas del Instituto d´Études Politiques de París, una maestría en Políticas Públicas y Administración por la London School of Economics and Political Science.
“Para mí, el tema de estar aprendiendo de manera constante me ayudó a entender qué puedes hacer por otros. Yo creo fielmente que ahí es donde puedes poner al servicio todas esas cualidades o capacidades que has desarrollado a lo largo de los años”, dice.
Para que las compañías puedan impulsar un proyecto social o ambiental es necesaria la participación del gobierno y esto también lo sabe De la Garza. En cada uno de sus cargos, ha tenido que desarrollar la habilidad de negociación para lograr sinergias con el sector público. Esto lo constató durante su paso por Rotoplas, donde lideraba proyectos conjuntos del gobierno federal y la iniciativa privada para proveer soluciones de suministro de agua en lugares en donde aún no había drenaje.
Para la regiomontana, esta experiencia le dejó grandes aprendizajes, como lograr la interlocución con las dependencias federales y aprender a dimensionar los alcances o impactos sociales que tendrá en lo social este tipo de alianzas, además de comprender cuáles son las necesidades del propio gobierno y de las comunidades.
Esta habilidad le ha ayudado en su rol como líder en FEMSA y la experiencia también la llevó a especializar más su perfil. Ha tomado cursos sobre derecho internacional público en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, así como derecho constitucional y minorías étnicas en Túnez, y análisis político en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Ahora, Teresa de la Garza tiene un nuevo sueño: llevar todo lo aprendido e impulsado en sustentabilidad a un consejo de administración. La directiva asegura que esta posición permitiría impulsar la narrativa social dentro de las empresas, ya que ve una clara necesidad de crear conciencia desde esos puestos directivos para empujar mayores estrategias encaminadas a mejorar a las comunidades y el ambiente. Es consciente del reto, pero no pierde la convicción. “Yo creo que puedo hacerme camino en consejos pequeños, donde se pueden hacer grandes cambios incrementales a través de crear conciencias dentro de los actores de cambio”.
Teresa de la Garza destaca un libro que le ayudó a reforzar las habilidades que fue adquiriendo: Think Again, del psicólogo organizacional Adam Grant, quien a lo largo de sus páginas explica que es un error quedarse con una sola idea de un tema o un proyecto. “Parece obvio, pero nunca se debe olvidar que por tener la voz de líder debes dejar de escuchar a los demás. Los consensos normalmente están mucho mejor hechos porque tienes muchos cerebros trabajando para un mismo fin”, asegura.