De su paso por el mundo de la banca tradicional al de las fintech, Cristina Cacho Caamaño ha tratado de abrirse paso y crear nuevos procesos en México.
Por: Dainzú Patiño
uando la madre de Cristina Cacho Caamaño estudiaba contaduría pública, era una de las dos mujeres del salón. “Ella te puede hablar de discriminación, ella fue a trabajar, ella fue banquera también y le tocó vivir de todo, abrió camino”, dice la directora regional en México de la fintech Clara, una firma que ofrece tarjetas de crédito empresariales y una plataforma de control de gastos. Su experiencia la inspiró para abrirse espacio en el campo de las matemáticas, las ciencias, la tecnología y las instituciones financieras en México. “Ella fue un ejemplo para mí, yo espero ser un ejemplo para mi hija y para muchas mujeres más”, dice.
La influencia y la inclinación de Cacho por el mundo de las matemáticas se revelaron en su primera clase de álgebra, en la secundaria. Empezó “una pasión impresionante” que la llevó a estudiar Matemáticas Aplicadas en el ITAM, una maestría en la misma materia en la Universidad Estatal de Washington y a dedicar más de 20 años a dar clases y a la programación de sistemas, análisis de riesgo, tecnología, negocios y tarjetas en el sector financiero.
Como su madre, Cacho Caamaño, quien desde 2003 ha trabajado para instituciones bancarias, como GE Money, American Express, HSBC y Scotiabank, y para fintech como Kueski, se ha dedicado a abrir espacios. En México, solo tres de cada 10 profesionistas en carreras vinculadas con la ciencia, la tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Y mientras que en las instituciones financieras, públicas y privadas, el 51% del personal son mujeres, solo ocupan el 26% de los puestos de alta dirección, señala un estudio del Comité Interinstitucional para la Igualdad de Género en las Entidades Federativas (CIIGEF).
Cuando la madre de Cristina Cacho Caamaño estudiaba contaduría pública, era una de las dos mujeres del salón. “Ella te puede hablar de discriminación, ella fue a trabajar, ella fue banquera también y le tocó vivir de todo, abrió camino”, dice la directora regional en México de la fintech Clara, una firma que ofrece tarjetas de crédito empresariales y una plataforma de control de gastos. Su experiencia la inspiró para abrirse espacio en el campo de las matemáticas, las ciencias, la tecnología y las instituciones financieras en México. “Ella fue un ejemplo para mí, yo espero ser un ejemplo para mi hija y para muchas mujeres más”, dice.
La influencia y la inclinación de Cacho por el mundo de las matemáticas se revelaron en su primera clase de álgebra, en la secundaria. Empezó “una pasión impresionante” que la llevó a estudiar Matemáticas Aplicadas en el ITAM, una maestría en la misma materia en la Universidad Estatal de Washington y a dedicar más de 20 años a dar clases y a la programación de sistemas, análisis de riesgo, tecnología, negocios y tarjetas en el sector financiero.
Como su madre, Cacho Caamaño, quien desde 2003 ha trabajado para instituciones bancarias, como GE Money, American Express, HSBC y Scotiabank, y para fintech como Kueski, se ha dedicado a abrir espacios. En México, solo tres de cada 10 profesionistas en carreras vinculadas con la ciencia, la tecnología, ingeniería y matemáticas son mujeres, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Y mientras que en las instituciones financieras, públicas y privadas, el 51% del personal son mujeres, solo ocupan el 26% de los puestos de alta dirección, señala un estudio del Comité Interinstitucional para la Igualdad de Género en las Entidades Federativas (CIIGEF).
Sus inquietudes y su curiosidad la han llevado a ser pionera en el manejo y la implementación de procesos. Cuando trabajó como directora de Card Lending en American Express, desarrolló la primera área de inteligencia para México, pues en ese momento la institución solo hacía analítica en Estados Unidos y en el área internacional, que estaba en Toronto, Canadá.
“Hacíamos analítica de todo tipo, las personas se enteraban que hacíamos análisis y nos pedían ayuda, me tocó hacer analítica para Reino Unido, para Australia, Argentina. Esto me ayudó a ver marketing y la parte de ventas”, detalla.
Esa experiencia la llevó a HSBC, para convertirse en una de las primeras mujeres en un banco grande en el país en manejar un portafolio de tarjetas de crédito y de débito. “[Eran] asientos que no se daban a mujeres, tenía un jefe que me impulsaba muchísimo y que creía en mi talento para llevar portafolios y mejorarlos”. Su enfoque en el desarrollo de tarjetas le abonó experiencia para tareas que ahora desempeña en Clara.
Luego de casi siete años en HSBC, Scotiabank la recibió primero, como vicepresidenta de Préstamos y Pagos no garantizados, Pequeñas empresas y Experiencia del cliente en 2016. Ahí empezó a crecer y a conocer el segmento fintech en Estados Unidos, que le mostró lo que es el open banking, el sistema en línea que permite a los clientes de las firmas financieras compartir su información para tenerla concentrada en un único sistema, aunque tenga productos en diferentes bancos.
“Me volví loca, dije: ‘¿Se puede hacer eso?’. Sí, pero en un mundo diferente al mío, en mi mundo no se podía, me tocó ir con reguladores a pedir permiso para hacer open banking, te veían con cara de: ‘Estás mal, no se puede hacer’. Se les hacía muy invasivo: ‘¿Cómo vas a entrar a cuentas que no son tuyas, Scotiabank?’. Y yo decía: ‘Si el cliente me da permiso, ¿por qué no?’”, cuenta.
Estas experiencias la llevaron hasta la vicepresidencia de Alianzas con Fintech en América Latina y Banca Digital en Scotiabank hasta 2020, donde conoció soluciones para el manejo de las finanzas de las empresas. “Me gustó esta manera diferente de pensar, me volteé a ver al espejo: ‘Estoy en el mundo blanco y negro, tengo que pasarme al mundo de colores, tengo que ver qué hay allá afuera’. Y así es como voy llegando a empresas de tecnología financiera”, agrega.
La directiva recomienda a las mujeres que busquen ser parte de consejos de administración. “Nos impulsa a incrementar nuestras capacidades y conocimientos ayudándonos a desenvolvernos en entornos cambiantes, estructurando mejor nuestras ideas y enfoque en el trabajo en equipo”, dice. “Pero, sin duda, lo más relevante de ser consejera es la aportación de perspectivas diferentes que, indiscutiblemente, ayudan a que las empresas tengan un mejor desempeño”.
En mayo de 2020, salió del mundo de la banca tradicional para entrar al de las fintech, como Chief Revenue Officer en la mexicana Kueski, que otorga préstamos personales exprés en línea a personas que no cuentan con créditos bancarios. Ahí fue la responsable de la salud y del crecimiento de la empresa a través de la supervisión de todas las fuentes de ingresos.
A Cacho le encantó la comunicación efectiva y directa entre los colaboradores de las start-ups. “En mi viejo mundo, si querías llegar con cierto nivel, tenías que pasar la barrera del asistente. Eso acá no lo vives, tienes comunicación directa, no tienes que triangular ni escribir ni llenar formatos, hay respuestas rápidas, y es lo que me gusta de este mundo a color”, comenta.
Mientras estaba en Kueski, un headhunter que ya conocía su trabajo le habló de la oportunidad de ser directora regional de México para Clara, su experiencia y su pasión por el trabajo con tarjetas y empresas estaban a la medida para una plataforma que se dedica a brindar soluciones para la gestión de gastos empresariales, como tarjetas corporativas, visibilidad de compras, vincular facturas, restricciones de compras.
Clara ya era unicornio, un estatus al que llegó en solo ocho meses de operación y tras superar la valuación de los 1,000 millones de dólares en diciembre de 2021. A la matemática le impresionó el pronto crecimiento de la firma y tras él descubrió un equipo con una comunicación efectiva y veloz, el compromiso de la gente. Platicó con los fundadores, Gerry Giacoman y Diego García, y le atrajo la oportunidad de llevar México, el país más importante para la fintech que también se extiende por Brasil y Colombia. En mayo de 2022, llegaba como directora regional en México.
“Tenía razón el headhunter, me iba a gustar, no pude decir que no. Es fascinante ver todas las bondades que puedes hacer con la tecnología, junto con lo que ya existe de tarjetas. Es explosivo y esto es lo que me trajo a Clara”, cuenta.
La empresa financiera agrega 200 clientes por mes, en promedio, a su plataforma y el equipo está concentrado en crecer en el segmento de empresas medianas y grandes.
Para la operación en México trabajan 200 personas, en diferentes áreas, como finanzas, recursos humanos, operaciones, producto, tecnología o costumer experience. Cacho es la directora de orquesta, entre sus instrumentos para el trabajo se encuentran una comunicación sumamente efectiva y rápida, la claridad, tener un pensamiento ordenado, la simplicidad, la flexibilidad y proponer soluciones.
Cuenta que, aunque tiene muchos años que no resuelve una ecuación o calcula una serie, su pensamiento de matemática la lleva a partir un problema en pedacitos para solucionarlo poco a poco. “Las matemáticas son una forma de vida, te ayudan a tener un pensamiento ordenado, diferente”.