Para Marliz Bermúdez es importante abrir puertas no sólo para posiciones directivas, sino para realizar sueños. Y el suyo se está cumpliendo.
Foto: Anylú Hinojosa-Peña
Por: Luis Alberto Zanela
l comercio internacional no se entendería sin el Canal de Panamá. La vía construida hace más de un siglo conecta el Pacífico con el Atlántico y sirve a 180 rutas marítimas que enlazan 1,920 puertos. Es utilizada por 170 países para sus actividades comerciales y sólo en 2023 por ahí cruzaron 14,080 buques.
Nacida en ese país logístico, Marliz Bermúdez Richard supo a temprana edad que ahí estaba su vocación, influenciada también por un tío que era piloto de puerto en la vía interoceánica. A los 17 años se mudó a Chile y estudió Ingeniería Naval, para después convertirse en segundo oficial de cubierta y navegar como parte de la tripulación de barcos portacontenedores de la entonces naviera Maersk SeaLand y otras, como Wallenius Wilhelmsen. La aventura de surcar los mares duró sólo unos meses. “En algún momento dije: ‘Navegar es una gran experiencia, pero quiero estar en tierra’”, recuerda Bermúdez.
Así, su vida dio un giro. Se instaló en Nueva York y se graduó de la carrera de Logística y Transporte Intermodal. Hacia 2006, cursó una maestría en Londres que marcó su carrera hasta ahora, que es la directora general de APM Terminals México (APMT), una empresa global de terminales portuarias filial de Maersk, el gigante integrador logístico danés. “Mientras estaba en la maestría hicimos una investigación en China, en el puerto de Ningbo, ahí conocí a una persona de APM Terminals y es así como entro, a mediados de 2007, en la oficina regional de Panamá”, explica Bermúdez.
Con casi 17 años en la compañía, obtuvo su primer puesto de liderazgo en la entonces llamada Maersk Line, la naviera del conglomerado, dentro de la gerencia de Operaciones en Panamá. Así comenzó a crear su estilo, cumpliendo sueños, ajenos y propios.
Si bien le sirvió la experiencia de haber navegado, los puertos ya la habían enamorado, por lo que más tarde regresó a APMT, donde ha enfrentado retos que le han permitido conocer la operación desde los muelles hasta las grúas y oficinas. Fue así que, hacia 2011, arribó a México.
“Dentro del sector es muy conocida. Le tocó librar marejadas importantes y enfrentar con determinación los desafíos de construir la terminal portuaria de APMT en Lázaro Cárdenas, posicionándolo como un puerto de clase mundial, preocupada por la promoción y mejora operativa para la satisfacción de sus clientes”, comenta Norma Becerra Pocoroba, presidenta de la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (AMANAC).
Construir desde cero una terminal portuaria, cuya inversión supera los 900 millones de dólares, es, de por sí, un reto en materia de infraestructura; pero más aún cuando sus inicios fueron controvertidos legalmente. En ese entonces, ya operaba una terminal en el puerto que impugnó el proceso de licitación contra el gobierno, por lo que la construcción de APMT se fue retrasando.
Al final, APMT salió airosa y a Bermúdez le tocó implementar la puesta en marcha de la primera terminal semiautomatizada de América Latina, realizar las pruebas de los sistemas operativos para el manejo de contenedores en los patios sin la intervención de humanos, y además ejecutar la entrega de los contenedores al ferrocarril y los camiones con maquinaria no antes vista en el país.
Esto le sirvió para reafirmar que su liderazgo, basado en el impulso en todos los niveles, rinde frutos. “El éxito se crea a través de la gente. A medida que tú desarrollas a la gente, tienes una garantía de desarrollar tu negocio”, dice. Tras poner en marcha la terminal, en 2019 asumió la dirección comercial de Terminales para América Latina, en Panamá. Pero su misión en México no había terminado.
En abril de 2022 regresó para convertirse en la directora general de APM Terminals Lázaro Cárdenas, pero con dos tareas importantes por delante: la primera, liderar la construcción de la segunda fase de la terminal, una ampliación en la que se inyectan 140 mdd; y la segunda, absorber la operación de APM Terminals Yucatán, una terminal del grupo en el puerto de Progreso. Esto dio paso a APM Terminals México, que dirige.
Hoy, Bermúdez ve buenos resultados. Lázaro Cárdenas es el segundo puerto más importante del país, detrás de Manzanillo. En 2023 operó poco más de 1.8 millones de contenedores de 20 pies (TEU) y con proyecciones de crecimiento por el denominado nearshoring, lo que ha dado pie a la ampliación de APMT para contar con una capacidad de 2.2 millones de TEU hacia 2026.
El Port Performance Scorecard, de la UNCTAD, indica que, a nivel mundial, la participación de las mujeres en los puertos es de sólo 18%, y en departamentos de operaciones y servicios, sólo de 16%.
En ese contexto, la ejecutiva ha combinado su éxito profesional con el involucramiento en la visibilización y participación de las mujeres en el sector marítimo y portuario en Latinoamérica.
“Hace siete años, tuve la bendición de tener una niña a la que llamo ‘la niña de mis sueños’ y que, hoy por hoy, es todo lo que tal vez yo no fui a su edad, o lo que a mí me ha costado hacer camino. Y no sólo a mí, a muchas mujeres”, enfatiza Bermúdez. “Yo estoy continuando el camino que muchas mujeres abrieron para mí, y tengo que seguir abriendo el camino porque algún día mi hija y su generación van a ir en ese camino”.
Y con esto en mente, la directiva mantiene un enfoque claro: apoyar verticalmente a las mujeres, no sólo para un ámbito directivo, sino también para el desarrollo de actividades seguras en muelles, en áreas operativas. “Creo que tenemos que girar un poco y decir: ‘Ok, lo hicimos hacia arriba, pero ¿lo estamos haciendo hacia abajo?, ¿les estamos dando el ambiente sano para que crezcan?’. Que las que están en el muelle no se sientan presionadas, que las mujeres que son madre y padre –porque muchas lo son– puedan decir: ‘¿Sabes qué? Opto por un trabajo en el muelle, opto por ser yo la que maneja esas grúas pórticas’. Y ese es un enfoque que no hemos tenido”, resalta.
Para Norma Becerra, esta labor de Bermúdez se ha convertido en inspiración dentro del ámbito portuario. “He sido testigo de su crecimiento profesional, que ha sido exponencial a pesar de su juventud, y gracias a que tiene un carácter inquebrantable, lo que le ha ayudado a llegar a la posición que tiene, persiguiendo sus sueños siendo un referente para las mujeres que incursionan en el sector”, dice.
En tanto, a Bermúdez le gustaría dejar claro un legado. Sí, abrir el camino para que las mujeres lleguen a posiciones directivas, pero también formar espacios seguros para que se desempeñen en lo que más disfruten.
“Quiero que mi hija quiera ir a navegar y que no sea la única en el barco, que se siente en una asamblea donde no sea la única mujer, donde no la tengan que invitar por obligación”, sostiene la ejecutiva. “No tenemos que impulsar sólo a la mujer. Tenemos que impulsar la diversidad, pero donde todos tengamos la misma oportunidad. Y entonces, si me preguntas, ¿qué te llevó a este camino? Fue mi hija”.
Marliz Bermúdez encuentra su inspiración en Isabella, su hija, para cerrar las brechas de género. Pero también sabe que, para lograrlo, debe contar con el apoyo de otras mujeres y lo ha encontrado en su sector. Con el paso de los años, ha visto a más en la industria en México y en Latinoamérica, donde participa en diversas agrupaciones e iniciativas, como LIFE, un programa de liderazgo femenino en el sector marítimo-portuario; la Red de Mujeres de Autoridades Marítimas de Latinoamérica (Red MAMLa) y la Women’s International Shipping & Trading Association (WISTA). Recientemente, APM Terminals fue anfitriona del tercer encuentro de la Red de Mujeres Profesionales en la Industria Marítima, en Lázaro Cárdenas, que busca visibilizar su trabajo en la comunidad portuaria, donde Bermúdez lideró el foro.