Rosalina Tornel siempre se ha preparado para la siguiente oportunidad, pero también ha sabido cuándo bajar la velocidad y cuándo retomar el carril de alta.
Foto: Anylú Hinojosa-Peña
Por: Ivet Rodríguez
osalina Tornel estudiaba ingeniería industrial en la Universidad Iberoamericana cuando decidió buscar un trabajo de seis meses y ahorrar para un viaje de intercambio estudiantil. Pero ni se fue de intercambio ni el medio tiempo que consiguió en Kraft fue temporal. “Me quedé el resto de la carrera”, cuenta.
En aquel momento, se visualizaba trabajando en Finanzas o en Logística, pero fue asignada al área comercial. “Dije: ‘Bueno, ya voy más allá de la mitad de la carrera, creo que estoy lista para demostrarle al mundo todo lo que sé’”. Entonces, tuvo un “golpe de realidad” al darse cuenta de “todo lo que no sabía” y le faltaba por aprender.
Decidió aprovechar el último tramo de la universidad para llenar aquellos vacíos de conocimiento detectados y, al terminar la carrera, tuvo una oferta laboral en PepsiCo, como gerente de Categoría en el área de bebidas.
Dos décadas después, está convencida de que estos primeros golpes de timón le enseñaron a ser flexible y a estar siempre abierta a las oportunidades y retos que se le presentaban. “A menudo, nos enamoramos de una imagen preconcebida de cómo debe ser nuestra carrera, o vemos el camino de alguien y pensamos que debemos seguirlo paso a paso. Pero ya no podemos depender de fórmulas o recetas para el éxito”, asegura.
Tras su incorporación a PepsiCo en 2003, se enfocó en crecer. En ocho años ocupó cinco posiciones y llegó a ser gerente de equipo. Nunca se negó a aceptar nuevos retos, pensaba que cualquier aprendizaje o experiencia le servirían para estar mejor preparada para cuando llegara una nueva oportunidad. Esta disposición la ha impulsado a aceptar roles en distintas áreas, desde Ventas hasta Mercadotecnia, y en diversas divisiones de negocio, en México y en otros mercados de Latinoamérica.
Tornel, sin embargo, reconoce que así como es importante siempre estar abierta a todas las oportunidades, también lo es saber cuándo hay que “bajar la velocidad”. Eso hizo cuando nació su primer hijo, hace 11 años. “En ese momento, pensé: ‘Me tengo que pasar del carril de alta al de media’”.
En aquel entonces era la directora de Marketing de Quaker y, por primera vez en su trayectoria, permaneció en la misma posición durante casi seis años. Aunque se podría pensar que desacelerar no iba a favorecer su crecimiento, asegura que este periodo le permitió hacer una introspección y trabajar en otros aspectos que había dejado en segundo plano durante su primera década como profesionista.
No sólo amplió sus conocimientos en mercadotecnia a través de un diplomado en marketing digital, sino que también se dedicó a fortalecer sus conexiones profesionales y a cultivar su liderazgo. Este lapso también fue fundamental para que comenzara a desempeñarse como mentora, una labor que continúa y que le ha permitido desarrollar habilidades que hoy le facilitan ejercer su rol de liderazgo.
“He visto que es importante saber cuándo es el momento de acelerar, pero también cuándo frenar para prepararte mejor”, dice. “Hay etapas, hay ciclos y hay momentos”. Después de pasar por este periodo y un segundo embarazo, llegó el momento en que se sintió cómoda con la idea de retomar la marcha. “Volví con mis líderes y les dije: ‘Estoy lista, ya puedo volver al carril de alta’”.
Tornel fue nombrada directora senior de Marketing de Quaker para Latinoamérica en 2018, pero, a diferencia de su anterior ascenso, ahora tenía muy claro el tipo de líder que quería ser: una que comprendía la importancia de fomentar un impacto social positivo, trascendiendo los meros logros numéricos. Y no es que carezca de ellos. La unidad de negocios que encabeza, Gamesa, Quaker y Sonric’s para PepsiCo México, asciende a más de 2,000 millones de dólares. Según la propia empresa, “bajo su liderazgo, este negocio ha logrado un crecimiento constante de dos dígitos, contribuyendo de manera decisiva a los resultados positivos de PepsiCo en América Latina en 2023”.
Pero, al reflexionar sobre sus logros profesionales, lo que ella destaca es el lanzamiento del programa Quaker Crece, una iniciativa que, en colaboración con Un Kilo de Ayuda, ha ayudado a más de 17,000 niños a superar la desnutrición en los cuatro años que lleva operativo en Chiapas, Oaxaca, Yucatán, Sinaloa, Estado de México y Nuevo León.
Tornel estableció esta alianza estratégica, trabajó con el equipo de desarrollo de productos y participó en el diseño de estudios antropológicos clave para el desarrollo de un programa integral que incluyera componentes educativos. Esto fue fundamental para asegurar la sostenibilidad del proyecto, que recientemente se extendió a Guatemala, donde la desnutrición afecta a uno de cada dos niños.
“Obviamente, la definición de éxito debe estar alineada con los resultados comerciales, pero, para mí, el verdadero éxito ocurre cuando logras ese resultado con un impacto más amplio, dejando una huella en la comunidad donde operamos, entre las personas y el planeta. Porque realmente creemos que el verdadero camino hacia un crecimiento sostenible radica en entender que los resultados deben ir acompañados de un impacto positivo”, asegura.
Desde aquel regreso al carril de alta hace cinco años, Rosalina Tornel ha ocupado tres posiciones en PepsiCo. Actualmente, es vicepresidenta de Marketing y General Manager de Gamesa, Quaker y Sonric’s para PepsiCo México, liderando un equipo de 70 personas. Aunque ella ha roto el techo de cristal, reconoce que aún hay trabajo por hacer.
“En México, los negocios necesitan avanzar en la equidad de género para florecer y generar un impacto positivo mayor”, dice. “Reconociendo esta necesidad, para mí, alcanzar una posición de liderazgo es sólo el principio. Significa tener una voz y un círculo de influencia que pueden acelerar el cambio necesario”.
Para Tornel, una “mujer poderosa” es aquella que se convierte en un ejemplo para las generaciones venideras, fomentando la mentalidad de “sí podemos” y demostrando que, si se tiene la ambición de alcanzar una meta, es posible llegar. “Hay que pedir las oportunidades, pero también nos toca estar listas para cuando aparecen”.
Cuando le preguntan qué le ha ayudado a crecer profesionalmente, Tornel siempre responde que el networking. De hecho, la primera vez que le dieron un ascenso fue gracias a su red. “Había ido a pedir consejos a una persona a quien posteriormente se le abrió una posición. Y gracias a que me había conocido y sabía el tipo de perfil que tenía, me ofreció su puesto”, cuenta.
El cultivo de una sólida red de contactos se ha convertido en un componente crucial para su crecimiento. Tornel asegura que, ya sea en la empresa o externamente con profesionales de diversas industrias, puede abrir puertas y ofrecer oportunidades que podrían pasar desapercibidas.
Según su experiencia, el proceso de construcción de esta red comienza con una introspección cuidadosa, así se pueden identificar los socios potenciales que complementen las fortalezas y ayuden a mitigar las debilidades. La intencionalidad es clave; no se trata de acumular contactos, sino de identificar a las personas que puedan ofrecer orientación y apoyo significativo. Además, esta red debe ser diversa. “Uno de mis grandes mentores está en una empresa del ramo energético, y el tener esa perspectiva de otro tipo de pensamiento es lo que te enseña mucho”, detalla.