La directiva ha aunado la psicología a su formación y ha creado una asociación que brinda apoyo a profesionales de la tecnología y la ciberseguridad.
POR: Ana Luisa Gutiérrez
lvira Sánchez Chapa es una de las voces más destacadas del mundo de la tecnología. Con más de 32 años de
trayectoria, su carrera ha sido un ejemplo de resiliencia, confianza y liderazgo. Su historia es la de una
mujer que ha sabido abrirse paso en el sector, rompiendo paradigmas, construyendo redes de apoyo para otras
mujeres y comprendiendo que el poder no reside en altos cargos, sino en la capacidad de transformar e
influir.
Gracias al influjo de su madre, quien cursó una ingeniería en el Instituto Politécnico Nacional, mostró un
interés innato por la tecnología, llevándola a estudiar una licenciatura en Sistemas de Computación
Administrativa en el Tecnológico de Monterrey, cuya institución costeaba una parte de su beca académica.
Sánchez Chapa se inscribió en el programa de becarios de IBM para solventar la otra parte de la colegiatura,
sin saber que esta oportunidad le abriría la puerta al mundo empresarial. Y es que su experiencia en esta
compañía le permitió descubrir el impacto que tiene levantar la mano para esbozar ideas en las que
directivos de alto nivel pueden creer, a pesar de ser joven.
“Tenía 18 años y pensé que mi edad sería un obstáculo en el mundo de los negocios. La empresa en ese momento
atravesaba por una crisis y yo tenía la solución, pero hasta que levanté la mano para expresar mis ideas
descubrí que era capaz de convencer a directores generales de invertir en mis propuestas para mejorar su
organización con el uso de tecnología”, recuerda. “Entendí que tener confianza en mí misma y en mis
conocimientos te hace sentir poderosa y ganarte el reconocimiento de las personas con las que interactúas”.
Ese poder de convencimiento y de confianza en sus conocimientos la ha llevado a escalar, de manera
importante, en su carrera al ocupar cargos directivos en compañías como DHL, Siemens, ADM, Monsanto,
Bonafont o Procter & Gamble, antes de llegar a Gartner.
Su paso por Procter & Gamble despertó su curiosidad por indagar en nuevas áreas académicas. La directiva
detectó que las personas que son más exitosas en tecnología cuentan con un componente social. “Los altos
perfiles empresariales tienen una ingeniería, pero también una formación en sociología y filosofía”. Se
decidió por Psicología Clínica, específicamente, en neurociencias, debido a que, hoy en día, todo se enfoca
en comportamiento humano y bajo esa óptica puede analizar, de manera más detallada, innovaciones como la
inteligencia artificial.
Esta mirada social le ha permitido desarrollar una capacidad para adaptarse a diversos entornos laborales
donde ha operado, así como identificar oportunidades en sectores dispares y aplicar soluciones tecnológicas
como fue en la empresa de agricultura Archer Daniels Midland (ADM).
“Esta industria tiene un reto grande por el cambio climático y la tecnología es necesaria. Pero la
tecnificación no es la misma en el norte que en el sur. Mi perspectiva social me llevó a encontrar
soluciones para trabajar con los agricultores menos tecnificados con el uso de comunicación vía SMS y
después llevarles tecnología más sofisticada”, explica.
Este foco social la ha llevado a fundar Estoy Contigo, una asociación sin fines de lucro que brinda apoyo
psicológico a profesionales de la tecnología y la ciberseguridad, sectores sometidos a un alto nivel de
estrés y presión. Su iniciativa fue reconocida en los Cybersecurity LATAM Awards 2024, destacando la
importancia del bienestar mental en un mundo cada vez más digitalizado.
También ha logrado empujar temáticas de poblaciones neurodivergentes que tienen autismo, TDAH o dislexia.
“Estos temas casi no se tocan en los consejos, pero es muy importante que las empresas empiecen a
sensibilizarse. Tienen que entender que ahora deben contar en sus plantillas laborales con filósofos con
especialidad en ética y psicólogos sociales porque ahora tenemos que ligar todo lo de IA al comportamiento y
entendimiento de las personas”, sostiene.
Sánchez Chapa es una firme creyente de la importancia del equilibrio, pero reconoce que es una persona que
siempre está en movimiento. “Mi mamá dice que desde niña siempre estaba haciendo muchísimas cosas. Creo que
es algo que me ha permitido ser quien soy”.
Pero ha sentido la necesidad de pausar dos veces. La primera fue hace 13 años cuando nació su hija; la
segunda, hace dos años. “Estaba en DHL, pero llegó un momento en mi vida en donde falleció mi papá, mi mamá
tiene párkinson y de pronto tuvo que venir a vivir conmigo, y además tenía a mi hija adolescente. Tuve que
tomar una decisión personal y decidí hacer un alto”.
Pero su capacidad de organización, disciplina y enfoque le han permitido seguir creciendo profesionalmente
sin sacrificar a su familia, lo que más valora. El balance lo encontró con la oferta de Gartner. “Algunas
personas me decían que si uno para en su vida profesional a veces es difícil regresar; por fortuna, no fue
mi caso. Pero estas experiencias de vida me hicieron darme cuenta de lo importante que es para la salud
mental el derecho a frenar. Las empresas deben darse cuenta de que esto es necesario incluso para tener
mejores resultados operativos”.
A Sánchez Chapa le llena de emoción completar su posdoctorado en Psicoanálisis Contemporáneo, ya que a
través de este ve la posibilidad de seguir incorporando entre los consejos consultivos temáticas sobre la
salud mental y poblaciones neurodivergentes, además de expandir su asociación Estoy Contigo a toda
Latinoamérica con la finalidad de transformar, impactar y abrir caminos para futuras generaciones.