Mejoramiento de ciudades

MASTERPLAN & CONJUNTO DEPORTIVO LA PAZ

Despacho: CCA | Bernardo Quinzaños

La Paz, Baja California Sur

Un espacio que hace comunidad

Por: Josep Rodríguez

La Paz es una ciudad marcada por contrastes: el desierto inmenso, la línea costera que enmarca la vida diaria, las colonias históricas y las zonas recientes que crecen entre arena y viento. En medio de ese territorio árido surge el Masterplan & Conjunto Deportivo La Paz, una intervención pública que cambia el ritmo de una zona olvidada y la convierte en un espacio donde la ciudad recupera su derecho a convivir.

La obra se sitúa en El Cajoncito, un cauce seco que durante años funcionó solo como desfogue pluvial. Antes del proyecto, quienes cruzaban este punto lo hacían bajo el sol intenso, avanzando entre tierra suelta, sin sombra, sin mobiliario, sin infraestructura.

Hoy, ese mismo lugar se percibe distinto: la experiencia urbana cambia desde el primer paso, y el vacío que antes separaba comunidades ahora funciona como un corredor vivo que invita a recorrerlo.

El proyecto arquitectónico estuvo a cargo de CCA | Bernardo Quinzaños, en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) y el municipio de La Paz. Su proceso de un año y cinco meses, acompañado de una inversión pública superior a los 343 millones de pesos, dio como resultado más de dos hectáreas convertidas en infraestructura social que vincula barrios previamente desconectados y redefine la manera de moverse y convivir en la ciudad.

Infraestructura para conectar y proteger

El conjunto se despliega en dos gestos principales: un paseo lineal y un espacio deportivo-cultural. El primero acompaña la forma natural del antiguo cauce, su trazo sinuoso guía el recorrido y genera una transición amable entre suelo duro, vegetación endémica y áreas sombreadas.

Bajo sus cubiertas, ahora aparecen paradas de transporte, zonas de descanso y senderos accesibles que protegen del clima extremo.

En las primeras visitas al sitio, el panorama era claro: equipos de béisbol y softbol entrenaban en terrenos improvisados, celebrando jugadas en medio del polvo. Esa imagen se transformó en uno de los motores del proyecto.

Hoy, esos mismos jugadores entrenan sobre superficies adecuadas, rodeados de graderías ligeras, techumbres amplias y espacios que reconocen la importancia del deporte dentro de la comunidad.

La presencia deportiva convive con aulas para actividades culturales: karate, danza, música, yoga. Una biblioteca pública y una cafetería acompañan los recorridos, mientras áreas exteriores funcionan como puntos de reunión, sombra y respiro.

El sitio ya no es un territorio residual: se vuelve un espacio donde niñas, niños, jóvenes y personas adultas encuentran tiempo y lugar para estar.

Nada surge aislado. Las decisiones se definieron escuchando a quienes usarían el espacio. Así, el proyecto formaliza una tradición arraigada, atiende necesidades concretas (sombra, seguridad, movilidad digna) y amplía la oferta cultural en un entorno donde antes no existía.

Una infraestructura que transforma territorio

El área que hoy ocupa el conjunto tenía un uso intermitente y disperso. Con su apertura, la dinámica cambió: por las mañanas aparecen corredores y ciclistas; por la tarde llegan equipos de entrenamiento, niñas y niños que aprenden nuevas actividades; por las noches, el espacio continúa activo, ofreciendo iluminación y seguridad.

El paseo lineal se vuelve parte de la rutina diaria. Caminar o trasladarse en bicicleta ya no significa cruzar un terreno árido, sino recorrer un espacio diseñado para acompañar la movilidad de forma serena y continua.

Accesibilidad, resiliencia y diseño climático

El clima de La Paz definió parte de la arquitectura. Las cubiertas modulares permiten ventilación cruzada y reducen la acumulación de calor; los pabellones están orientados para proteger del sol; la vegetación endémica aparece en puntos estratégicos y otorga sombra donde antes no existía. El sistema de drenaje utiliza los escurrimientos naturales hacia el arroyo y fortalece la función original del cauce.

La accesibilidad se percibe desde el recorrido: rampas, señalética clara, mobiliario ergonómico y senderos continuos hacen posible que personas de todas las edades puedan disfrutar el espacio sin obstáculos. La inclusión no se limita al acceso físico: los servicios son públicos y gratuitos, pensados especialmente para quienes históricamente tuvieron menos posibilidades de participar en actividades deportivas o culturales.

Un proyecto con impacto social profundo

El Conjunto Deportivo La Paz fue reconocido como ganador en la categoría de Mejoramiento de Ciudades, luego de una deliberación en la que el jurado destacó el impacto social del proyecto y la manera en que transforma un espacio antes subutilizado en infraestructura comunitaria activa.

“Lugares como La Paz (al igual que Oaxaca, Chiapas o Guerrero) necesitan estas instalaciones para convivir en el exterior e impulsar el deporte y actividades culturales”, añadió la misma voz al reflexionar sobre su alcance territorial.

El Masterplan & Conjunto Deportivo La Paz propone una visión que puede adaptarse a otros contextos del país. La relación entre infraestructura deportiva, cultural y movilidad peatonal se combina con estrategias de resiliencia climática y apropiación comunitaria.

Más que un proyecto aislado, es una pieza articulada del territorio. Un espacio público que dignifica la experiencia urbana y devuelve a la comunidad la posibilidad de encontrarse.

Un recordatorio de que, cuando la arquitectura escucha, la ciudad cambia.



Fotos: Jaime Navarro