Hermes Infraestructura ejecutó la parte más desafiante de una obra que hoy destaca por su tecnología: un proyecto que reduce traslados de cuatro horas a solo 90 minutos.
Por: Rafael Mejía
José Luis Rodríguez, habitante de Santiago Acahualtepec, trabaja desde hace 10 años como asesor bancario en
Chalco. Antes de la llegada del Trolebús, debía despertarse a las 4:30 y salir a las 5:00 para llegar más o
menos a las 8:00 a su oficina, aunque regularmente, asegura, llegaba tarde.
Hoy, al tomar el servicio en Santa Martha, puede salir a las 6:00 y evita el congestionamiento habitual de
la carretera México–Puebla, reduciendo su tiempo de traslado a una hora y asegura, con una sonrisa en su
cara, que ahora puede contar con su bono de puntualidad.
“Era muy complicado llegar a mi trabajo. Hasta el año pasado pensé varias veces en cambiar de empleo o
mudarme a Chalco, pero era una decisión difícil porque tengo familia y responsabilidades en casa. Además,
las obras del Trolebús, el tráfico en la carretera, la inseguridad y la mala calidad del transporte hacían
todo más pesado. Pero ahora creo que la espera valió la pena, porque ahora voy seguro a mi trabajo y me
queda ya a solo 10 minutos de la estación Chalco”, agrega Rodríguez.
El Trolebús Chalco–Santa Martha, una de las obras de movilidad más ambiciosas en el oriente del Valle de
México, se ha convertido en un referente de innovación tecnológica aplicada al transporte público. Con una
extensión total de 18.5 kilómetros y una infraestructura que combina viaductos elevados, estaciones modernas
y sistemas operativos de última generación, el proyecto redefine lo que significa construir movilidad
sostenible en zonas urbanas complejas.
La aportación tecnológica radica en la implementación de un sistema de transporte 100% eléctrico, capaz de
atender a cerca de 190,000 usuarios diarios con una flota estimada de 128 trolebuses articulados.
Esta infraestructura, ejecutada en un 70% por la empresa constructora, Hermes Infraestructura, integra
soluciones de ingeniería para mejorar la eficiencia, reducir tiempos de traslado y minimizar la huella
ambiental.
Dentro de la valoración del proyecto por parte de los miembros del jurado que participaron en Obra del Año
2025, sostuvieron que la magnitud y complejidad del proyecto evidenciaban el uso de tecnologías como energía
eléctrica, sistemas de seguridad y vigilancia, conectividad digital (Wi-Fi), infraestructura avanzada
(sistema de tendido aéreo de cables y viaductos), y además de tener un diseño accesible para atender a una
gran cantidad de personas de forma eficiente.
La mayoría del jurado tomó estos argumentos para proponer al proyecto Trolebús Chalco–Santa Martha como
ganador de la categoría “Uso de Tecnología’, además de que destacaron que el proyecto redistribuye
oportunidades y redefine la vida urbana en la región oriente de la Zona Metropolitana de la Ciudad de
México.
En ese sentido, el proyecto resalta la construcción del viaducto elevado de 6.7 kilómetros, cuya estructura
fue diseñada para soportar cargas específicas de transporte masivo eléctrico. Este tramo, que según la
empresa es único en su tipo en México, evita conflictos viales a nivel de calle y optimiza el uso del
espacio urbano sin desplazar a las comunidades de la zona.
La empresa explica que la ingeniería aplicada permitió resolver retos particularmente complejos, como la
creación del puente curvo bifurcado conocido como “pantalón”, una estructura inédita en la región, según la
firma. Para su ejecución se emplearon morteros tixotrópicos de alta resistencia que facilitaron ajustes
milimétricos en elementos metálicos clave.
El uso de mini perforadoras para pilas coladas en sitio, zapatas prearmadas y columnas prefabricadas
permitió acelerar los procesos constructivos y garantizar mayor precisión. Estas innovaciones redujeron de
35 a solo 10 días el tiempo de instalación de los apoyos para las pasarelas elevadas.
“La fabricación y ensamble de tableros metálicos para puentes se realizó con estándares equivalentes a los
de una planta especializada, pero instalados directamente en obra. Esta estrategia, ejecutada por personal
certificado bajo normas AASHTO y AWS D1.5 (normas generales para la construcción de carreteras y puentes, y
el cumpliento de requisitos para la soldadura de los puentes de acero), asegura que se trabaje con los más
altos niveles de calidad estructural en un proyecto que requería exactitud milimétrica”, indica la empresa.
En zonas donde la obra convivió con la autopista México–Puebla, la tecnología fue esencial para planificar
maniobras de montaje en ventanas de tiempo reducido. Estudios de cinemática y simulaciones permitieron
definir acciones rápidas y seguras, minimizando afectaciones al flujo vehicular y reduciendo riesgos
operativos.
El sistema de iluminación LED instalado en las 15 estaciones garantiza un consumo energético eficiente,
además de proporcionar confort visual a los usuarios. Complementan esta infraestructura techumbres
fabricadas con paneles aislantes multitecho, cuyo núcleo de poliuretano reduce el ruido y mantiene confort
térmico en un entorno climático variable.
Según el proyecto, la accesibilidad también integra tecnología indispensable, pues las estaciones elevadas
cuentan con elevadores de última generación y rutas táctiles podotáctiles que permiten a personas con
discapacidad desplazarse con autonomía desde los accesos hasta los andenes.
Como parte de su estrategia sustentable, el proyecto incorpora sistemas de manejo de aguas pluviales
diseñados con criterios de resiliencia ante inundaciones. Chalco, una zona históricamente vulnerable a
lluvias intensas, ahora cuenta con colectores, rejillas y cárcamos que mitigan riesgos y protegen la
infraestructura.
La integración con otros sistemas de transporte requirió tecnología coordinada entre distintas agencias.
Conexiones precisas con el Metro Línea A, Cablebús, otros trolebuses y rutas locales permiten un flujo
eficiente que depende de sistemas eléctricos y logísticos robustos.
Uno de los logros que más destaca la empresa del proyecto es el uso de campañas geotécnicas intensivas,
apoyadas en estudios técnicos avanzados para garantizar cimentaciones seguras en suelos inestables. Los
análisis hechos por Hermes Infraestructura permitieron evitar asentamientos en una de las zonas geológicas
más complejas del Valle de México.
Además, Hermes Infraestructura dice que los programas de separación, reúso y reciclaje de residuos tienen
un manejo especializado para materiales peligrosos que se apegan a recomendaciones de sostenibilidad. La
empresa constructora también señala que se consideraron acciones para conservar flora y fauna local,
respetar vestigios arqueológicos y realizar compensación forestal.
“El trolebús no solo optimiza el tiempo de traslado, al reducir de cuatro horas a apenas una hora y media,
sino que introduce un modelo replicable de transporte masivo eléctrico que otras ciudades del país pueden
adoptar. Su operación en carriles confinados, combinada con tecnología limpia, reduce emisiones y mejora la
calidad del aire”, explica la empresa.
Por otro lado, la empresa también considera que el impacto social va de la mano con la tecnología, ya que la
obra generó más de 1,500 empleos y mejoró la infraestructura urbana con obras complementarias como drenaje,
agua potable y repavimentación en zonas aledañas.
Todo esto mientras incorpora estándares de calidad avalados por certificaciones: ISO 9001:2015, referente al
Sistema de Gestión de Calidad; ISO 14001:2015, para el Sistema de Gestión Ambiental; e ISO 45001:2018, que
es para el Sistema de Gestión de Seguridad y Salud en el Trabajo.
Fotos: CORTESÍA