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Alejandra Chong quiso trabajar siempre en tecnología, pero tenía miedo de que la catalogaran dentro de un estereotipo. Reconocerse y darse cuenta de que dentro de esta industria también había un lugar para ella le tomó tiempo y también tardó mucho en ser parte de GLEAM, el grupo global de afinidad para empleados y aliados LGBT+ de Microsoft, el comité de la compañía que impulsa la diversidad y la inclusión.
“Por mucho tiempo, por el mismo miedo, oculté mi vida personal. Cuando decidí reconocerme fue porque ya había tenido suficiente de ocultarme”, explica la directiva, que lidera un equipo de ocho personas que se encarga de la organización de términos y condiciones contractuales de los clientes grandes en México, que incluyen tanto comerciales como de gobierno. “Yo viví el ejemplo de cómo cambia el involucramiento, el desempeño y las ganas de compartir con tus compañeros cuando no tienes nada que ocultar. Es muy cansado, y no puedes aspirar a querer estar en la portada de una revista o ser directora general y tener un impacto, cuando la mitad de tu vida está oculta,” apunta.
Considera que uno de sus mayores éxitos, en cuanto a su filosofía ética, es la diversidad y la inclusión. Así que mientras es común pensar que los equipos de tecnología están compuestos sobre todo por hombres, el suyo lo está mayormente por mujeres. “También tenemos personas de diferentes edades. Somos un ejemplo de cómo un equipo diverso se siente más completo y rico, por todas las experiencias que cada uno trae a la mesa”.
Chong destaca la visibilidad que ofrece este tipo de listados, porque permite ver que es posible llegar a puestos de alto nivel, que esos lugares pertenecen a todos y, por tanto, se puede aspirar a ellos. “Por otro lado, los reconocimientos que las empresas reciban deben presumirse, porque estas abren los ojos a otras personas y hacen que los miembros de la comunidad sepan que pueden aspirar a un lugar seguro dentro de ellas”, agrega.