Foto: Anylú Hinojosa-Peña
Mauricio Ariza Barile recuerda lo que es estar en el clóset en el entorno laboral. “Siempre trabajé por los derechos humanos. Cuando inicié mi carrera como analista político era bastante reservado. Posteriormente, cuando lideré las iniciativas de derechos humanos en la Secretaría de Salud de la Ciudad de México comencé a ser más abierto”, afirma. “Quizá cuando más visible fui por convicción de poder generar un cambio fue en la Secretaría de Gobernación, ya que a pesar de ser la responsable de implementar las políticas en temas de no discriminación, era una dependencia con muchos micromachismos. Ya cuando fui secretario particular de la procuradora del Trabajo era muy cómodo decirlo públicamente y trabajar por los derechos de la comunidad LGBT”.
Ahora, en EY, su labor se materializa en la mejora de políticas, procesos y estrategias que impacten no solo a la población de la firma en 11 países, sino a organizaciones y población LGBT+ que no es parte de EY, señala el también copresidente del Pride Alliance de la Cámara Británica de Comercio en México (la BritCham, donde quiere proponer este año una feria del empleo para personas LGBT+ con las integrantes del organismo), coordinador del Comité de Inclusión de la Cámara Alemana de Comercio en México y, desde el año pasado, presidente del consejo consultivo de la organización de la sociedad civil Género y Desarrollo GENDES.
Ariza Barile señala que en materia de impulso a la diversidad y la inclusión en las empresas no hay una fórmula exacta, pero sí que es necesario trabajar de forma interseccional e implementar la estrategia de forma que llegue al corporativo, la cadena de suministro, la operación y los stakeholders estratégicos. “Adicionalmente, se tienen que establecer KPI, responsables de seguimiento e indicadores concretos en diferentes áreas: atracción de talento, desarrollo de carrera, retención y permanencia, compras, cadena de suministro, responsabilidad corporativa, sustentabilidad, legal, entre otros”.