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Pandemia: el otro eje de ataque de los ciberdelincuentes

A raíz de COVID-19, el nivel de relevancia de la ciberseguridad ha crecido. La migración al trabajo remoto, la necesidad de adquirir servicios o productos desde aplicaciones y el constante intercambio de información en dispositivos digitales contribuyen a ello.

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La pandemia significó, en consecuencia, que el perímetro de ciberseguridad de las empresas se extendiera a las casas de los profesionales, pues las conexiones a internet en los hogares se convirtieron en otro blanco de las amenazas cibernéticas.

7 claves
para entender y protegerse de ciberataques


En suma, la ciberseguridad es un área que requiere inversión significativa, misma que debe ser dinámica e ir aumentando en la medida que los procesos se vuelven más maduros, pero se trata de un aspecto que, en el panorama digital actual, resulta indispensable para mantener la continuidad de los negocios.


Se dio principalmente el ransomware, es decir, el bloqueo del acceso a la información corporativa, a cambio del pago de un rescate para volver a acceder a ella.


La inversión en ciberseguridad de las empresas se incrementó considerablemente, porque se tuvieron que atender nuevas necesidades y desafíos que no tenían previstos.


Las compañías sin transformación digital probablemente invirtieron más, ya que se vieron orilladas a migrar a una plataforma para la que no estaban listas.


La pandemia representó un entorno que impulsó la transformación digital, trayendo consigo retos para los que, hasta ese momento, pocas empresas estaban listas.


La ciberdelincuencia aprovechó esta nueva ruta para generar ataques, dejando aún más clara la necesidad de robustecer la capacidad de las empresas en su ciberseguridad.


Así, las empresas deben invertir en tecnología, servicios especializados, mejora de procesos internos y en profesionales técnicos especializados en ciberseguridad.

FUENTES: Riesgos de Deloitte Spanish Latin America y Cyber Risk Services en Deloitte México-Centroamérica