Logotipo Expansión

Outsourcing en ciberseguridad: ¿por qué aliarse con terceros?

A diario surgen nuevas y más sofisticadas vulnerabilidades, exigiendo un alto nivel de especialización que no todas las empresas pueden afrontar. El outsourcing se convierte en una forma eficaz de resolver esta problemática.

-->

Hoy en día, la velocidad con la que surgen nuevas amenazas en el entorno digital exige un nivel de especialización en ciberseguridad muy grande. Por ello, cuando las organizaciones empiezan su camino hacia la digitalización, deben tener presente la gestión del resguardo de su información.

La pregunta que surge es: ¿cuánto será necesario invertir en ciberseguridad y qué nivel de protección brindará esa inversión?

Tomar una decisión resulta difícil para la mayoría de las compañías, ya sea porque no son lo suficientemente maduras en la materia o porque no cuentan con los recursos necesarios para crear y desarrollar una buena administración de ciberseguridad desde el interior. Cuando esto último ocurre, algunas se inclinan por el outsourcing, es decir, contratan los servicios de terceros especializados para que se encarguen de dichas labores.

Ventajas del outsourcing

Las empresas obtienen el beneficio de optimizar recursos y, a cambio, alcanzar un mayor nivel de ciberseguridad, gracias al cúmulo de experiencias que aportan las firmas especializadas en la materia, como es el caso de Deloitte.

Porque no es lo mismo que una organización encare sola una amenaza o un incidente que resulte completamente nuevo para ella, a que cuente con la asesoría de quienes ya han afrontado casos similares, con el conocimiento y preparación para hacerlo.

¿Cuál es la ruta para lograrlo?

Cada empresa debe realizar un análisis profundo para descubrir cuáles son los riesgos particulares a los que se enfrenta.

En función de los riesgos, establecer el nivel de inversión en ciberseguridad que requiere.

Determinar si es conveniente implementar un área de ciberseguridad propia o contratar un servicio especializado.

Definir si se delega toda la administración de ciberseguridad al proveedor especializado o solo algunas funciones estratégicas.

Diseñar un plan, en colaboración con la empresa especializada, donde se puntualice qué acciones deben seguirse durante las etapas de prevención, detección y respuesta a un incidente.

Considerar la duración del contrato que se firma con el especialista que se encargará de la ciberseguridad.

Tener la infraestructura humana y tecnológica para responder a incidentes de ciberseguridad “en casa” puede resultar una apuesta cara, compleja e incluso ineficaz, sobre todo para las organizaciones que no tienen experiencia en ese ámbito. Por ello, apoyarse de terceros especializados se convierte en una opción conveniente para invertir sus recursos en seguridad cibernética.