El puerto inicia un proceso de recuperación, en medio de los esfuerzos del gobierno y del sector privado para darle una nueva cara.
Por: Mara Echeverría
MÁS RETOS. La mayor parte de los hoteles y negocios en Acapulco no contaban con seguro y eso complicará la reconstrucción.
FOTO: QUETZALLI NICTE-HA/REUTERS
l sector hotelero enfrenta el impacto de Otis al sector turístico, que mueve la economía de Guerrero. Los informes hablan de daños en el 80% de la infraestructura y, aunque las grandes cadenas pueden tener la capacidad de reabrir en cuestión de semanas gracias a protocolos de desastres naturales, la realidad es diferente para los pequeños comercios.
El hotel Finisterra es uno de ellos. El inmueble ha quedado completamente destruido y la magnitud de la pérdida se estima en más de 40 millones de pesos, una cifra que ha dejado a los propietarios con pocas opciones viables para su reconstrucción, según señalan los análisis de campo realizados por la consultora mexicana Retail Lab.
El sector hotelero enfrenta el impacto de Otis al sector turístico, que mueve la economía de Guerrero. Los informes hablan de daños en el 80% de la infraestructura y, aunque las grandes cadenas pueden tener la capacidad de reabrir en cuestión de semanas gracias a protocolos de desastres naturales, la realidad es diferente para los pequeños comercios.
El hotel Finisterra es uno de ellos. El inmueble ha quedado completamente destruido y la magnitud de la pérdida se estima en más de 40 millones de pesos, una cifra que ha dejado a los propietarios con pocas opciones viables para su reconstrucción, según señalan los análisis de campo realizados por la consultora mexicana Retail Lab.
Aproximadamente 16,000 pequeños comercios enfrentan un reto similar, debido a que no tienen la misma red de seguridad financiera que las grandes corporaciones. Muchos de ellos perderán no sólo sus negocios, sino también sus hogares, ya que el huracán se llevó consigo locales comerciales y viviendas. Según el estudio de la consultora, sólo el 22% de los 63,000 comercios en Acapulco contaban con seguro, dejando al 78% restante sin protección financiera.
Aunque la primera fase de la reconstrucción ya está en marcha, varios expertos advierten que la recuperación total llevará al menos una década. Esta estimación se basa en la magnitud de los daños y en la complejidad de la restauración de un tejido comercial y económico tan extenso. Es, por ejemplo, lo que tardó en recuperarse Nueva Orleans, tras Katrina, señala Jorge Quiroga, director y fundador de Retail Lab.
Empresarios hoteleros y líderes gremiales del sector, entre ellos, Braulio Arsuaga, presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), consideran que la tragedia en Acapulco ofrece una oportunidad para replantear el turismo que se puede desarrollar hacia el futuro, aunque antes hay que lidiar con desafíos que van más allá de tener en operación hoteles y restaurantes. “Acapulco será un gran puerto remodelado, hay que ver el vaso medio lleno”, dijo Miguel Torruco, titular de la Secretaría de Turismo (Sectur) durante su comparecencia en la Cámara de Diputados el 30 de octubre.
Pero el camino hacia una recuperación total tiene que atravesar algunos obstáculos, desde establecer comunicación entre el gobierno y la industria turística hasta la pérdida de infraestructura hotelera, de restaurantes y bares, que se suman a un clima de inseguridad que desde antes del paso de Otis ya azotaba a Guerrero.
Luis Barrios, director general de Hoteles City Express, comenta que en Acapulco hay cerca de 19,599 habitaciones de hotel y de esa cifra, sólo el 25% contaba con un seguro, lo que pone contra las cuerdas la recuperación del sector. “La recuperación mete presión a los hoteleros y dependerá de si sus dueños tienen un fondo o un crédito, pero no pueden dejar que su propiedad deje de trabajar, y por eso tienen que acelerar el proceso del cobro de los seguros y, en todo caso, solicitar préstamos o créditos”, añade.
Con el reloj casi marcando el inicio de la temporada de las vacaciones de fin de año, al menos 36 hoteles se han fijado como fecha el 15 diciembre para retomar las operaciones; el objetivo es contar con 3,500 habitaciones disponibles para la segunda semana de abril de 2024, cuando la entidad albergue el Tianguis Turístico.
“Hay un poco de optimismo en las fechas, pero es un reto al que todos debemos sumarnos, ha habido muchísimo avance en cuestión de ayuda, y esto es el principal desafío, pero sirve poner las fechas para plantearnos metas a corto plazo en este rescate”, afirma Rosario Rodríguez Rojo, directora general de Royal Holiday.
Las vacaciones de fin de año son una de las temporadas que suelen dar un impulso al turismo local, que llevaba a una gran parte de mexicanos, sobre todo, capitalinos, a elegir Acapulco como destino vacacional por la cercanía y el precio. En 2022, la ciudad registró la visita de 7.8 millones de turistas, el 92% de ellos de origen nacional, según datos proporcionados por la Sectur.
Pero con hoteles, tiempos compartidos y casas de vacaciones cerrados temporalmente, los turistas buscarán alternativas para viajar. Destinos como Querétaro o Veracruz podrían capitalizar esta demanda de turismo local durante las festividades de Navidad o Año Nuevo, especialmente, de aquellos que buscan disfrutar de estas celebraciones fuera de sus hogares. “Mucho del turismo de Acapulco llega desde la Ciudad de México y tienen varios destinos alrededor, esas son las opciones”, dice Barrios, de City Express.
FOTO: JOSÉ LUIS GONZÁLEZ / REUTERS
Los especialistas consultados coinciden en que la reconstrucción de Acapulco no debe limitarse sólo a la restauración de sus estructuras físicas. Es esencial una estrategia integral que aborde la reactivación del comercio, la generación de empleo, la atracción de turistas y la recuperación del Estado de derecho.
Los líderes del sector coinciden en que la inseguridad generalizada en Guerrero es uno de los principales focos rojos que han opacado a Acapulco como un destino internacional. Esta problemática, que no sólo afecta a los turistas, sino que también pone en peligro las inversiones, se convierte en un desafío crítico. Los líderes del sector destacan la carencia de una entidad dedicada a apoyar a las empresas en la gestión de estos retos.
“Para regresar a Acapulco a lo que fue hay que repensar todo el destino, no sólo la zona de la bahía. Hay que repensar cómo desarrollar otro modelo de turismo y eso no lo veo en el corto plazo, porque la seguridad es un problema social, que debería estar en los planes para que se pueda retornar el destino”, dice Gonzalo del Peón, presidente del Grupo Inclusive Collection de Hyatt Américas.
Mientras las grandes cadenas aceleran para poder reabrir una parte de su infraestructura en abril, con miras a capitalizar la temporada de Semana Santa y el próximo Tianguis Turístico, Quiroga plantea la posibilidad de que algunos otros comercios opten por no reabrir hasta asegurarse de que la población permanezca en la zona.
Además, el especialista anticipa una migración hacia otras localidades cercanas, como Cuernavaca o Zihuatanejo, debido a la pérdida de propiedades y oportunidades de trabajo, generando así un cambio en la dinámica comercial.
“Es posible que algunos empresarios evalúen migrar sus inversiones a otros sitios. Deberán analizar varios factores, incluyendo la frecuencia de huracanes futuros. Algunas empresas ya lo han hecho en el pasado”, agrega Quiroga. Costco, por ejemplo, cerró su sucursal de Acapulco a causa de las afectaciones que tuvo por las tormentas Ingrid y Manuel en el año 2013. Recientemente, algunos hoteleros medianos, como ahora hacen los dueños del hotel Finisterra, han decidido no reabrir instalaciones.
Para la recuperación, el gobierno prevé un gasto de 61,300 millones de pesos, aunque al cierre de esta edición, las aseguradoras aún están definiendo el monto exacto de los daños para determinar los pagos y dar paso a la rehabilitación de los hoteles.
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Con información de Ivet Rodríguez.
CONSECUENCIAS. Las afectaciones llevarán a que algunos comercios no vuelvan a abrir sus puertas, como ocurrió en 2013 tras el paso de Ingrid y de Manuel.
FOTO: ALEXANDRE MENEGHINI /REUTERS
GRÁFICOS: Rodrigo Heredia / DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB: Evelyn Alcántara / Paula Carrillo