Expansión

Entre Otis y la violencia

Varios expertos advierten que, al ver afectados sus ingresos, el crimen organizado podría disputarse los recursos de la reconstrucción con la extorsión.

Por: David Santiago y Lidia Arista

SEGURIDAD. El gobierno federal anunció el despliegue permanente de 10,000 efectivos de la Guardia Nacional en Guerrero.
FOTO: SILVANA FLORES/REUTERS



“E

ste negocio ha sido cerrado porque nos quisieron matar a mí y a mi familia grupos que operan esta área”. El mensaje, en letras negras y rojas, se leía en una manta junto a la taquería Chely. La colocaron sus propietarios. Su negocio, en la playa Tlacopanocha, bajó las cortinas en enero de 2022, tras más de 20 años de servicio y varios intentos de extorsión por la delincuencia organizada, que exigía más de 20,000 pesos mensuales para permitirles trabajar.

La extorsión o el cobro de piso era una de las situaciones más extendidas en Acapulco hasta antes de que tocara tierra Otis. El huracán no sólo ocasionó afectaciones a la población, también arrojó repercusiones a las dinámicas de la delincuencia organizada.

Dedicadas principalmente al narcotráfico y economías criminales, como extorsión y lavado de dinero, las organizaciones delincuenciales están viendo afectados sus ingresos debido a que no hay actividad turística, sector protagonista de la actividad económica del estado gobernado por la morenista Evelyn Salgado.

Los expertos en seguridad advierten que el crimen organizado no se quedará esperando la reconstrucción, que regresen los cruceros, vuelvan los restaurantes y las noches de fiesta y verán la forma de sacar ventaja y comenzar con la extorsión a proveedores de materiales o constructoras. “Los grupos del crimen organizado no desaparecen, más bien, se adecuan a la coyuntura”, advierte el especialista en seguridad David Saucedo.

"Este negocio ha sido cerrado porque nos quisieron matar a mí y a mi familia grupos que operan esta área”. El mensaje, en letras negras y rojas, se leía en una manta junto a la taquería Chely. La colocaron sus propietarios. Su negocio, en la playa Tlacopanocha, bajó las cortinas en enero de 2022, tras más de 20 años de servicio y varios intentos de extorsión por la delincuencia organizada, que exigía más de 20,000 pesos mensuales para permitirles trabajar.

La extorsión o el cobro de piso era una de las situaciones más extendidas en Acapulco hasta antes de que tocara tierra Otis. El huracán no sólo ocasionó afectaciones a la población, también arrojó repercusiones a las dinámicas de la delincuencia organizada.

Dedicadas principalmente al narcotráfico y economías criminales, como extorsión y lavado de dinero, las organizaciones delincuenciales están viendo afectados sus ingresos debido a que no hay actividad turística, sector protagonista de la actividad económica del estado gobernado por la morenista Evelyn Salgado.

Los expertos en seguridad advierten que el crimen organizado no se quedará esperando la reconstrucción, que regresen los cruceros, vuelvan los restaurantes y las noches de fiesta y verán la forma de sacar ventaja y comenzar con la extorsión a proveedores de materiales o constructoras. “Los grupos del crimen organizado no desaparecen, más bien, se adecuan a la coyuntura”, advierte el especialista en seguridad David Saucedo.

Un viejo conocido

La violencia no es un problema nuevo para Acapulco o Guerrero. El destino turístico es la tercera ciudad más violenta del país, sólo detrás de Tijuana y de Juárez. Como estado, Guerrero es el séptimo con más homicidios, tras Guanajuato, Estado de México, Baja California, Chihuahua, Jalisco y Michoacán. En conjunto concentran el 53% de los homicidios.

Guerrero es disputado hasta por 16 organizaciones, entre ellas, el cártel Jalisco Nueva Generación, el de Sinaloa, el Independiente de Acapulco, La Familia Michoacana, Los Tlacos y Los Ardillos.

Por décadas, Acapulco ha sido uno de los puertos más importantes del Pacífico debido a que es punto de entrada de la cocaína que viene de Sudamérica hacia Estados Unidos. “Siempre fue importante desde la década de los 90 del siglo pasado y fue objeto de furiosas peleas por el control de la plaza, que, en su momento, protagonizaron los Beltrán Leyva, Los Zetas y el cártel de Sinaloa. Desde entonces, el puerto tiene esta característica: ser un punto en donde todo el mundo quiere una rebanada del pastel”, explica Saucedo.

FUENTE: Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Los grupos han diversificado sus ingresos a través de la extorsión a hoteles, restaurantes y comercios locales. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2023 del INEGI, durante 2022, en el estado hubo un incremento de 42% en este delito, que pasó de 8,773 en 2021 a 12,455 por cada 100,000 habitantes. La tasa a nivel nacional se ubicó en 5,056.

Bajo la gestión de Evelyn Salgado, postulada por Morena en sustitución de su padre, Félix Salgado Macedonio, a quien el Instituto Nacional Electoral (INE) le retiró la candidatura, la violencia sigue. En los últimos meses, Guerrero fue escenario del homicidio de Fernando García Hernández, delegado de la Fiscalía General de la República (FGR), de Víctor Manuel Salas, fiscal general de Tierra Caliente, del asesinato del esposo de Zulma Carbajal Salgado, prima de la gobernadora, y de José Guadalupe Fuentes, tío de Rubén Hernández Fuentes, su actual pareja.

¿Instituciones débiles?

Para responder a la emergencia de Otis, el gobierno federal anunció el despliegue permanente de casi 10,000 integrantes de la Guardia Nacional, que aumentó de 360 a 9,860 sus elementos en Acapulco, con lo que, en total, Guerrero tiene 14,620 y es ya la entidad con mayor despliegue de efectivos.

“No es lo mismo hablar del plan DN-III y de intervención de corporaciones militares en planes de reconstrucción por desastres, que hablar de la Guardia Nacional y la construcción de cuarteles y planear la presencia permanente de una corporación que es 90% militar en el territorio para hacerse cargo de la seguridad pública y, además, tomar control de la actividad portuaria”, cuestiona Lisa Sánchez, directora general de México Unido Contra la Delincuencia.

Varios expertos consideran que el gobierno está relegando a las autoridades civiles. “Y eso lo que termina haciendo es desprofesionalizar aún más a esas instituciones porque las hace a un lado y no respeta su competencia”, dice Sánchez.

Esto agrava el papel de las policías locales y estatales, que, de por sí, no gozan de la confianza ciudadana. “Algunos propietarios se comunicaron con los grupos criminales para pedir que fueran protegidos sus comercios y que no fueran tocados por la rapiña. Es decir, el mundo al revés”, plantea Saucedo.

En los meses venideros, el crimen organizado se disputará los recursos para la reconstrucción.“Las mafias tienen el control de algunas constructoras. Algunas son del crimen organizado y seguramente otras serán extorsionadas”, agrega.

Carlos A. Pérez Ricart, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), advierte un efecto más: extenderán sus actividades a otras entidades. Es el llamado ‘efecto cucaracha’. “Si no tienen ningún incentivo para quedarse, los grupos van a otros estados. El peligro tiene que ver con la expansión, su relocalización”.

Guerrero está entre dos emergencias, una temporal, provocada por Otis, y una permanente, la violencia. Según respondan las autoridades, serán los resultados. “Algunos grupos criminales ven en esta coyuntura la posibilidad de incrementar su base social de apoyo con la entrega de despensas, agua embotellada en ciertas colonias que ya tenían bajo su control y en las que quieren fortalecer su dominio”, advierte Saucedo.




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GRÁFICOS: Rodrigo Heredia / DISEÑO Y PROGRAMACIÓN WEB: Evelyn Alcántara / Paula Carrillo